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Europa

EUROPA

Relato de un viaje en coche por Francia, Bélgica y los Países Bajos

Antonia y Gerardo
Published on Data viatge: 2014 | Publicat el 16/12/2014
Darrera actualització: 04/2022
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Introducción

Somos Antonia y Gerardo y este es el relato de nuestro viaje en coche, saliendo desde Granada, por Francia, Bélgica y los Países Bajos en julio de 2014, en compañía de nuestro perro Leo.

Desde hace varios años viajamos con nuestro perro (de unos 12 kg) por Europa, donde no hay ningún problema en encontrar hoteles que permitan llevar mascotas, en la mayoría de los casos aplicando un suplemento por ello. Afortunadamente, cada vez es más frecuente que los hoteles españoles también lo permitan.

Lógicamente los que tenemos perro debemos ser conscientes de que hay que extremar el cuidado para que el animal no cause molestias de ningún tipo, pues eso además permite que cada vez más establecimientos den la bienvenida a nuestros acompañantes de cuatro patas.

Nuestro relato lo centramos en las impresiones de los lugares visitados y no en la descripción de los mismos. Lo que sí incluimos son enlaces a las páginas de información turística de cada lugar y a las páginas de los alojamientos donde hemos pernoctado y de algunos de los restaurantes que nos han gustado. Para cualquier consulta que alguien quiera plantear, estamos a su disposición en la dirección de correo que figura arriba.


Ficha técnica del viaje

Fechas del viaje

Del 7 al 26 de julio de 2014 (20 días).

Itinerario

mapa

Día 1: Granada - Pedraza
Día 2: Pedraza - Zarautz
Día 3: Zarautz - Burdeos (Francia)
Día 4: Burdeos - Tours
Día 5: Tours - París
Día 6: París
Día 7: París - Bruselas (Bélgica)
Días 8-9: Bruselas
Día 10: Bruselas - Amsterdam (Países Bajos
Días 11-13: Amsterdam
Día 14: Amsterdam - Rotterdam
Día 15: Rotterdam - Brujas (Bélgica)
Día 16: Brujas - Honfleur (Francia)
Día 17: Honfleur - Monte Saint Michel
Día 18: Monte Saint Michel - La Rochelle
Día 19: La Rochelle - Mondragón (España)
Día 20: Mondragón-Granada

En este viaje de 20 días hicimos en total unos 6.000 km con nuestro coche, con inicio y final en la ciudad de Granada.

El objetivo del viaje era descubrir Bélgica y los Países Bajos, desconocidos para nosotros, y hemos aprovechado para conocer además algunos lugares de Francia y repasar otros que ya habíamos visitado con anterioridad.

Presupuesto

El gasto total del viaje ha sido de unos 3.900 €, de los que 525 € corresponden a combustible, 195 € a peajes, 1.970 € a hoteles (se incluyen desayuno aparte en algunos casos y suplementos por el perro o por aparcamiento), 1.000 € a comer, 135 € a aparcamientos y 75 € a entradas.

Respecto al nivel de precios en los países visitados, nuestra apreciación personal es que son, en general, más elevados que en España, pero no en demasía (con alguna excepción, como la ciudad de París, donde son ostensiblemente altos).

Pero como decimos, es una opinión muy personal, pues creemos cada uno puede pensar de una manera, dependiendo del lugar de donde viva, de sus hábitos de viaje o de consumo, etc.

Lo que sí queremos señalar, como cosa concreta, es que tanto en Francia, como en Bélgica y los Países Bajos, sí parece existir una verdadera competencia en los precios de los carburantes y se observa una clara diferencia de precios entre unos puntos de venta y otros. En general, es más caro repostar en las áreas de servicio de las autovías y mucho más barato hacerlo en el interior de las poblaciones, aunque -como es lógico- a cambio suponga más tiempo de espera para echar el combustible o para pagar; pero si no se tiene prisa...

Todos los hoteles de nuestro viaje los habíamos reservado previamente a través del portal de reservas Booking.com usando el filtro "se admiten perros". Ya durante el viaje, tuvimos que hacer algunos cambios, cosa que llevamos a cabo también a través de la citada página de reservas.

Moneda

Sencilla la cuestión de la moneda, ya que todos los países visitados son de la zona euro.

Formalidades

Este es un viaje sencillo en cuestión de formalidades, solo hay que portar el DNI y la documentación del vehículo obligatoria en España. Para el perro, además de los requisitos exigidos en nuestro país, se tiene que estar en posesión del pasaporte europeo para movilidad de animales de compañía.

Transporte

Las autopistas francesas son de pago (excepto las circunvalaciones de las ciudades). Las de Bélgica y los Países Bajos, en cambio, son gratuitas.

Respecto al tráfico, solo hay que tener en cuenta que la densidad de circulación es muy alta en los países visitados. La conducción más tranquila y ordenada la hemos visto en los Países Bajos, es algo más agresiva en Francia, mientras que Bélgica es un poco más relajada en las normas.

Por último, respecto a conducir por Francia, hay que tener en cuenta que está en vigor un convenio entre las autoridades de tráfico de España y Francia para que las multas por exceso de velocidad impuestas a vehículos españoles en Francia se tramiten por la DGT española (en reciprocidad, las multas a vehículos franceses en España se remitirán al país vecino). Así que hay que tener cuidado con los radares.

Seguridad

Son países con buenas condiciones de seguridad pública, sólo es necesario mantener las precauciones elementales de sentido común.

Idioma

Respecto al idioma, con un poco de francés e inglés no hay problema; y no está de más aprenderse un vocabulario básico de neerlandés (llamado holandés en los Países Bajos y flamenco en Flandes).

Climatología

Viajar en cualquier época del año a la costa atlántica europea supone que nos vamos a encontrar con la lluvia en algún momento.

Y así ha sido en nuestro viaje, aunque los episodios de lluvia han sido ocasionales y de no mucha intensidad (a excepción de la etapa París-Bruselas, donde sí nos cayó un buen aguacero; también en Zarautz nos llovió bastante).

En Amsterdam sufrimos una ola de calor que sorprendió a sus habitantes. En general, una temperatura muy agradable en casi todo el viaje, incluidas las etapas españolas.


DIARIO DE VIAJE A FRANCIA, BÉLGICA Y LOS PAÍSES BAJOS

Día 1: GRANADA - PEDRAZA (540 km)

Salimos temprano de Granada y tras rodear Madrid, paramos a comer en Buitrago del Lozoya, que visitamos brevemente a continuación. Esta localidad madrileña cuenta con un vistoso e interesante conjunto defensivo amurallado, que se complementa con el propio río Lozoya, que rodea al casco urbano.

Continuamos viaje hacia el lugar donde pasaremos la noche, la villa segoviana de Pedraza, un magnífico pueblo medieval, que para nosotros es de los más bellos de España y en el que paramos cuando tenemos ocasión.

Esta vez, aprovechamos nuestra estancia para acercarnos a la zona de las hoces del río Duratón, concretamente a la solitaria ermita de San Frutos y después tomamos café en la histórica villa de Sepúlveda.

Regresamos a Pedraza y damos un paseo por sus calles, ya casi desiertas a esta hora. Nos congratula ver que no solo el estado de conservación del patrimonio de la villa es magnífico, sino que este patrimonio se va ampliando con la restauración de nuevos espacios.

Un aliciente más de Pedraza (y también de Sepúlveda) son sus restaurantes, en concreto asadores, que atraen a numerosos comensales, sobre todo de Madrid.

Nosotros, en vista de que nos espera un largo viaje, resistimos esta vez la tentación y preferimos hacer una cena ligera (con comida que hemos comprado en Sepúlveda para esta noche y para el desayuno de mañana) en nuestro alojamiento, que se trata de Apartamento El Desván (60 €, solo alojamiento, sin suplemento de perro; se paga al llegar), que está bastante bien equipado y es cómodo.

Lo único es que, como su nombre indica, está en el alto de un edificio (las ventanas están en el techo) y no tiene ascensor. Lo que hicimos nosotros, y creemos más conveniente, es subir solo lo necesario para la estancia y dejar el equipaje en el coche (el aparcamiento público del pueblo se encuentra a pocos metros y no creemos que haya problema alguno de seguridad).


Día 2: PEDRAZA - ZARAUTZ (360 km)

Nos levantamos temprano, desayunamos en el apartamento (ya sabíamos que en el pueblo es imposible hacerlo a primera hora) y damos otra vuelta por las calles, totalmente solitarias, y por fuera de la muralla.

Cogemos el coche y seguimos hacia el norte, haciendo una breve parada en la localidad burgalesa de Lerma, con su gran plaza mayor presidida por el palacio ducal (hoy Parador de Turismo) y sus también afamados asadores. Esta interesante villa puede servir además como base para interesantes visitas, como la del monasterio de Santo Domingo de Silos.

Esta vez sólo vamos de paso, así que seguimos hacia nuestro destino de hoy, la localidad guipuzcoana de Zarautz. La esencia de Zarautz es su magnífica playa, una de las más apreciadas de la costa vasca, tanto por bañistas como por los surfistas.

Muy cerca de Zarautz se encuentra Getaria. Hay un hermoso paseo entre las dos localidades, sin perder de la vista al mar, muy concurrido.

Por la noche, cenamos en el centro del pueblo, con los sabrosos pintxos y el buen txakolí de la zona. Terminamos tomando una copita en el paseo marítimo, refugiados bajo el toldo de una terraza del fuerte aguacero que cae esta noche, mientras vemos en la televisión como la selección de Alemania arrolla a la de Brasil en el Mundial.

Nuestro alojamiento es el Hotel Zarauz (93 €, sólo alojamiento, con aparcamiento gratuito en el recinto, sin suplemento de perro), muy correcto en todos los aspectos. Hay que tener en cuenta que los precios en verano en esta zona son un tanto elevados.


Día 3: ZARAUTZ - BURDEOS (250 km)

Nos levantamos y desayunamos en una de las muchas cafeterías del paseo marítimo de Zarautz, con vistas al Cantábrico.

La gran duna de Pilat
La gran duna de Pilat

Ya en ruta y tras pasar la frontera, nuestra primera parada en Francia es la espectacular duna de Pilat, en la bahía de Arcachon. Esta es la duna más alta de Europa.

A pesar de ser día laborable, aquello está lleno de gente (hay un aparcamiento de pago), pero la duna es tan enorme que hay sitio para todos. Es una experiencia interesante y divertida.

Después nos damos un breve paseo por la localidad playera de Arcachon y seguidamente vuelta a la autopista, rumbo a nuestro destino de hoy, Burdeos.

Burdeos (Bordeaux) es una gran ciudad, la capital de la región de Aquitania, y célebre por sus vinos. A orillas del río Garona (este río nace en territorio español, en el Valle de Arán), que tras atravesar Burdeos forma el estuario de Gironda al unirse con otro río, el Dordoña.

La ciudad tiene algunos elementos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (el llamado Puerto de la Luna y el campanario de la basílica de Saint-Michel).

El paseo por la ciudad es agradable, con espléndidos edificios y mucha animación. El único elemento discordante lo ponen algunos ciclistas poco prudentes (hay muchos ciclistas en las zonas peatonales; no somos contrarios a las bicicletas en las ciudades, ni muchísimo menos, pero creemos que hay un límite, que es que como peatón uno pueda caminar tranquilo).

Nuestro hotel de hoy es el Citotel le Chantry (71 € la habitación, más 19 € por dos desayunos, sin suplemento por el perro, aparcamiento gratuito interior). Típico hotel francés de cadena, ni le falta ni le sobra nada, está en una zona tranquila a unos 10-15 minutos andando del centro histórico.


Día 4: BURDEOS - TOURS (360 km)

Después de un último paseo por Burdeos, retomamos la ruta. Hacemos un parada intermedia en la histórica ciudad de Poitiers, que cuenta con un notable patrimonio artístico, destacando la iglesia románica de Notre Dame La Grande o la catedral gótica.

En los alrededores de Poitiers se encuentra el famoso parque temático Futuroscope, dedicado a la tecnología.

El final de etapa de hoy es la ciudad de Tours, a orillas del Loira. Precisamente, Tours es uno de los centros urbanos de la ruta de los Castillos del Loira, uno de los mayores hitos turísticos de Francia.

En Tours destaca el barrio antiguo, llamado El Viejo Tours, con casas de madera y piedra, muy ambientado, o su magnífica catedral gótica. También cuenta con notables edificios públicos, muy en la línea de la "grandeur" francesa.

Nuestro alojamientoen Tours es el Hotel Rabelais (65 €, más 16 € por los desayunos y 12 € por el perro; hay aparcamiento gratuito en la calle en la puerta). Un hotelito sin pena ni gloria, un tanto anticuado, suficiente para pasar la noche, en la parte nueva y a unos 15 minutos andando del Viejo Tours.

Después de un largo paseo por la ciudad, terminamos cenando en un sitio que nos resultó agradable, el restaurante Le Palais, en su terraza cubierta refugiados de la tenue lluvia que caía sobre Tours.


Días 5-6: TOURS - PARÍS (250 km)

Tras el desayuno en el hotel, nuestra primera parada del día es el Castillo de Chaumont (entrada, 12 € por persona, sólo los jardines). En otras ocasiones anteriores, hemos visitado otros castillos del Loira, como los de Chambord o Villandry. Hoy nos decantamos por este, que se encuentra en nuestra ruta y porque hemos oído hablar de la muestra de jardinería que anualmente se celebra en él (véase la información en el enlace).

Nos centramos en los jardines y prescindimos de la visita al interior del castillo (no es de los más espectaculares, como los citados). Los elementos de la muestra son una mezcla de obra de arte y jardinería, que -como es lógico- nos gustan más unos que otros.

Volvemos al coche y alcanzamos la autopista hacia París. Después de pasar por el bulevar periférico de París (a ratos congestionado, a ratos más que dinámico; y desde luego no apto para conductores indecisos), tomamos la puerta de Bercy y nos dirigimos al centro de la capital francesa, de la que han salido muchos vecinos por coincidir la fiesta nacional y el fin de semana.

Llegamos al aparcamiento público Rivoli-Sébastopol (que hemos reservado previamente a través de la web parkingsdeparis.com; hemos optado por una tarifa fin de semana de 50 €, ¡estamos en París!).

Salimos del aparcamiento y justo delante de la salida está nuestro hotel elegido, el Hôtel Saint Merry (120 € la noche, solo alojamiento, ¡estamos en París!).

Es este sin duda uno de los hoteles más curiosos en los que hayamos estado nunca, pues es la antigua casa parroquial de una iglesia contigua y ha conservado la decoración y arquitectura originales. La habitación, además de original, es cómoda y luminosa. Eso sí, no hay ascensor y la escalera de entrada es realmente diabólica, si se permite la expresión, muy peligrosa, unida al hecho de que nuestra habitación está en el tercer piso; así que no está indicado en modo alguno para personas con movilidad reducida.

Es recomendable (como ya dijimos en el caso de Pedraza, pero en este aún más) subir una bolsa solo con lo necesario para la estancia. Pero bueno, a cambio de esta incomodidad, disfrutamos de un buen hotel en un lugar inmejorable y a un precio muy razonable para estar en el centro de París. Aquí vamos a estar dos noches.

Aunque, como en nuestro caso, se haya visitado varias veces París, creemos que la capital francesa siempre resulta muy agradable y se disfruta simplemente con el paseo.

Y además, siempre hay algo nuevo que descubrir o alguna cita pendiente que cumplir. En esta ocasión, aprovechamos para conocer el Museo d'Orsay (11 €), que alberga la mayor colección de pintura impresionista del mundo, además de otros movimientos artísticos del siglo XIX y principios del XX.

No creemos que valga la pena detenerse en contar los atractivos turísticos de París, que todo el mundo conoce de alguna forma, y que se pueden consultar en las páginas de información que hemos enlazado más arriba. También es sabido que la oferta culinaria de París es inabarcable; en este viaje no hemos dado con ningún lugar que nos haya cautivado especialmente, por lo que no hacemos reseñas en ese aspecto.


Días 7-9: PARÍS - BRUSELAS (320 km)

Cogemos el coche y nos dirigimos hacia el norte de París, que abandonamos en busca de la autopista que conduce a Lille y la frontera belga.

El día ha amanecido lluvioso y el agua cae cada vez con más fuerza, hasta el punto de que se hace incómodo seguir conduciendo. Paramos en un área de servicio, donde desayunamos y esperamos que aminore la lluvia, lo que afortunadamente ocurre.

Seguimos hacia Bélgica, donde las autopistas son gratuitas (aunque el estado de conservación no es siempre el mejor), y entre lluvias intermitentes llegamos hasta nuestra parada prevista en Tournai. En esta pequeña ciudad se puede admirar su catedral (aunque la encontramos en obras, por lo que se puede ver muy poco), declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y su hermosa plaza mayor.

Enfrente de la catedral, se encuentra su campanario. Este campanario forma parte de la lista Campanarios de Bélgica y Francia declarada Patrimonio de la Humanidad. De esta lista veremos varios más en nuestro viaje: en Lovaina, Gante, Brujas, Calais y Boulogne sur Mer.

Después de una comida sencilla en la plaza mayor, refugiados de la lluvia bajo un toldo, seguimos nuestro viaje y pronto llegamos a nuestro destino de hoy, la capital belga, Bruselas. Afortunadamente, ya no llueve (y así seguirá durante toda nuestra estancia).

En Bruselas nos quedaremos tres noches en el B&B Les Clarisses (83 € la noche, incluye desayuno, sin suplemento por el perro). Este alojamiento pertenece a los dueños de un restaurante cercano (Winehouse Osteria), que hace las funciones de recepción y es donde se sirve el desayuno (también hacen descuentos a los hospedados si van al restaurante).

El alojamiento está francamente bien, tranquilo y cómodo, aunque una vez más está la cuestión de que no hay ascensor y las escaleras son peligrosas (aunque para nosotros, al día de hoy, eso no es problema). La ubicación es excelente, porque está en una calle muy tranquila pero a la vez muy cercana (a unos 5 minutos andando) a la Grand Place. El coche lo dejamos en el también cercano Parking Panorama (18 €/día).

En Bruselas no existe un casco antiguo que haya conservado alguna integridad, a este respecto la magnífica Grand Place (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) es como una "isla" entre calles de una arquitectura ecléctica y a veces de dudoso gusto. Los puntos de interés están dispersos por toda la ciudad; en el enlace que facilitamos se detallan los hitos turísticos.

Paseando por el centro, podremos encontrar por ejemplo la espléndida iglesia de Notre Dame au Sablon o edificios civiles de cierto interés, como el Palacio de Justicia. En Bruselas también está declarada Patrimonio de la Humanidad la obra del arquitecto Víctor Horta,  uno de los creadores del "art nouveau". No debemos olvidarnos tampoco del emblemático Atomium.

La oferta gastronómica de Bruselas es muy amplia (además los belgas afirman que su cocina no tiene que envidiar a la francesa), con gran número de restaurantes en el centro. Se ve que el plato más popular son los moules (mejillones).

Esplendor gótico en Lovaina
Esplendor gótico en Lovaina

Haremos dos referencias: una positiva, el restaurante La Moule Sacrée, muy cerca de la Grand Place, en un sitio agradable, buena comida, justa relación calidad-precio y excelente servicio. La otra es un lugar a evitar, llamado Las Memoires de Gretry, unos auténticos caraduras.

No nos olvidemos del delicioso chocolate belga, una compra ineludible (podemos recomendar el de la marca Leonidas, que cuenta con tiendas propias).

Una mañana cogemos el coche y nos acercamos a Lovaina (Leuven), a menos de 30 km de Bruselas, ciudad famosa por su universidad y que creemos que merece dedicarle al menos unas horas. Allí podremos ver la recargadísima fachada del Ayuntamiento o la iglesia de San Pedro (Patrimonio de la Humanidad).


Días 10-13: BRUSELAS - AMSTERDAM (215 km)

El siguiente objetivo del viaje era Amberes, donde pensábamos pasar la noche, pero hemos tenido que hacer un reajuste del viaje para volver antes a España por cuestiones particulares. Así que nos dirigimos directamente de Bruselas a Amsterdam, sin parar en Amberes.

Salimos de Bruselas camino de Amberes (Antwerpen), que rodeamos entre cientos de camiones que van o vienen de su gran puerto, y seguimos hacia la frontera con los Países Bajos (que es como dice la RAE que debe escribirse cuando nos referimos al Estado en su conjunto, pues Holanda es una parte, una región, de los Países Bajos. Para designar algo relacionado con los Países Bajos o su gentilicio, la palabra correcta es neerlandés).

Ya en territorio neerlandés, observamos que el tráfico está muy bien ordenado, al estilo de lo que hemos visto en otros viajes en Alemania.

Nuestra primera parada es la ciudad de Breda, pequeña, agradable y con rincones de interés. Más tarde, también pararemos en Utrecht, que es más grande y ya tiene una parte moderna, aunque su centro histórico merece sobradamente una visita.

A primera hora de la tarde, llegamos por fin a Amsterdam, la capital oficial de los Países Bajos (aunque las instituciones del reino residen en La Haya). Algunas guías la llaman "la Venecia del norte", por sus canales, aunque a nosotros este tipo de comparaciones nos resultan simplistas, Venecia es Venecia y Amsterdam es Amsterdam, cada una con su propia personalidad.

La ciudad de Amsterdam, desde el principio, nos resulta muy agradable y con sus canales, puentes y sus edificios típicos holandeses conforma una estampa magnífica. Eso unido al gran ambiente en las calles; además, en los días que pasamos aquí, las temperaturas fueron inusualmente altas, con máximas de casi 35 grados. Y no nos olvidemos de uno de los elementos más característicos de Amsterdam: sus millares de bicicletas en circulación.

Edificios de Amsterdam
Edificios de Amsterdam

La oferta turística de Amsterdam es amplísima, con monumentos, museos (como el famoso Rijksmuseum , el Museo Van Gogh o la casa de la desdichada Ana Frank ), paseos en barco, etc, que pueden consultarse en los enlaces. Y por supuesto, el callejeo por la ciudad es ya de por sí un gran entretenimiento.

Nuestro alojamiento en las 4 noches que pasaremos aquí es un sitio peculiar, el Bed & Breakfast Boat (105 € la noche, incluye desayuno), peculiar porque es una casa que está dentro de un canal. El sitio está bien, con muchos detalles, lo único es que no está preparado para el calor que sufrimos durante nuestra estancia.

La ubicación es buena, en un barrio tranquilo, muy cerca de una parada de tranvía que en menos de 10 minutos lleva al centro (los tranvías llevan cobrador y a ellos se les compra el billete).

Se puede aparcar en la puerta, pero hay que pagar (en Amsterdam es inevitable), son 10 € al día (el dueño del alojamiento -que incluso habla castellano- se encarga de tramitarlo y a él se le paga).

Uno de los días en que pernoctamos en Amsterdam lo dedicamos a hacer una larga ruta en coche (más de 300 km), que nos lleva la jornada completa, en la que visitamos primero el pueblo de Alkmaar (de tradición quesera) y a continuación el pólder (terreno ganado al mar) de Beemster, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Luego seguimos hacia el Afsluitdijk (información más completa aquí), el gran dique que cierra el antiguo mar de Zuiderzee, hoy convertido en el lago de agua dulce IJsselmeer y parte de cuya extensión se ha desecado, creando nuevos territorios habitados (que hoy constituyen la provincia de Flevoland).

Seguimos hacia Lelystad y cruzamos nuevamente el lago por el dique interior de Houtribdijk, para dirigirnos a visitar las pintorescas poblaciones de Edam y Marken.

Como puede suponerse, Amsterdam dispone de una gran oferta de restaurantes para todos los gustos. De los que estuvimos nosotros, señalamos el llamado DeStaalmeesters, buena ubicación, buena comida (con influencia indonesia) y gente simpática atendiendo.

Teníamos en mente visitar el Parque Efteling, pero por diversas razones no nos fue posible, aunque todas las informaciones que tenemos coinciden en que merece la pena.


Día 14: AMSTERDAM - ROTTERDAM (140 km)

Satisfechos de nuestro paso por Amsterdam, nos despedimos de la casa flotante y cogemos el coche rumbo a la ciudad que no es la capital, pero en la que residen el rey y el gobierno de los Países Bajos: La Haya (Den Haag), que creemos que tiene interés como para dedicarle unas horas.

En La Haya está también el parque Madurodam (13,5 €), uan especie de Holanda en miniatura.

Molinos de Kinderdijk
Molinos de Kinderdijk

Nuestra siguiente parada es la pequeña ciudad de Delft, de la que dicen que es la segunda más visitada del país, después de Amsterdam. Realmente la ciudad, en la que destaca su gran plaza del mercado, es muy atractiva y presenta gran animación. La cerámica del lugar es famosa en todo el país.

Después de la bella Delft, nos dirigimos a ver los molinos de Kinderdijk (declarados Patrimonio de la Humanidad); estos antiguos 19 molinos se utilizaban para drenar el agua y conforman una estampa realmente preciosa.

Y nuestro último destino de hoy es la ciudad de Rotterdam.

Arrasada por los nazis en 1940, su reconstrucción tras la guerra mundial se orientó hacia la arquitectura de vanguardia.

Hoy la prosperidad de la ciudad se basa en su enorme puerto, el de más movimiento de Europa, que conectado con una red de canales fluviales sirve de entrada y salida al comercio exterior de la antigua enemiga Alemania, entre otros tráficos.

En Rotterdam nos quedamos en el Hotel Breitner (78 € con desayuno incluido, más 15 € por el garaje cerrado  y otros 15 € por el perro). No es el hotel más bonito del mundo, pero está bien situado y es correcto.


Día 15: ROTTERDAM - BRUJAS (230 km)

Nos damos un último paseo por la moderna Rotterdam (la modernidad también se refleja en sus comercios, muy de diseño) y cogemos el coche, parando brevemente junto al puente Erasmus, para ver el propio puente y el edificio De Rotterdam , inaugurado en 2013, nuevo hito arquitectónico de la ciudad.

Rumbo al sur, salimos de la autovía para dirigirnos hacia la costa. Bajo un cielo permanentemente nublado, pero sin lluvia, y una temperatura por debajo de los 20 grados, hacemos unos kilómetros por carreteras locales hasta llegar a nuestro primer punto de interés del día: la barrera del Escalda Oriental (Oosterscheldekering), una de las ambiciosas construcciones del Plan Delta.

Más tarde, nos encontramos con otra gran obra de ingeniería, pues atravesamos el túnel del Escalda Occidental (Westerschelsetunnel), construido bajo el río. Mide más de 6 kilómetros y es de peaje.

Seguimos hacia el sur y nos despedimos de los Países Bajos, estamos de nuevo en Bélgica y nuestra primera parada es la histórica ciudad de Gante (Gent). La ciudad nos resulta muy hermosa, pero sucede que este día se celebra la fiesta nacional belga y que hay festivales y mercados, con un gentío impresionante, que hace que moverse por las calles resulte muy dificultoso. Con pena, no nos damos un paseo tan amplio como nos hubiera gustado, otra vez será.

Así que seguimos hacia la cercana y no menos histórica Brujas (Brugge), donde hoy dormiremos.

Esta ciudad es una verdadera joya y así fue reconocido por la UNESCO, declarando su centro histórico como Patrimonio de la Humanidad. Aparte de esta declaración para todo el casco antiguo, también está protegido por la UNESCO el "béguinage" de Brujas, que es uno de los béguinages flamencos declarados conjuntamente Patrimonio de la Humanidad.

Los béguinages eran un tipo de comunidad religiosa femenina, pero sin ser estrictamente monasterios (las mujeres no se ordenaban). Y también es Patrimonio de la Humanidad el campanario que domina la gran plaza del mercado.

Nuestro alojamiento en Brujas es el Hotel Cavalier (80 € con desayuno), casi al lado del aparcamiento subterráneo Biekorf (8,70 € el día completo). El hotel está perfectamente situado y bien equipado, en un edificio del casco antiguo, aunque una vez más la escalera es bastante incómoda.

Brujas es una ciudad bien conocida por el encanto de su traza urbana (de origen medieval) y su arquitectura gótica o neogótica, además de sus canales. En la página de información que enlazamos hay una descripción de sus monumentos, pero nada más el paseo por sus calles y plazas es bastante placentero.


Día 16: BRUJAS - HONFLEUR (385 km)

Hoy tenemos una larga etapa de autopista, con pocas paradas. Después del desayuno y de un nuevo paseo por Brujas, visitando la basílica de la Santa Sangre, que consta de una preciosa capilla románica, en su parte inferior, y de una capilla gótica, reanudamos nuestro viaje.

Pasamos a Francia y paramos en Calais, el principal punto para cruzar desde/hacia Francia el Canal de la Mancha, por barco o por el túnel bajo el mar, donde damos una vuelta rápida por la ciudad, en la que destaca el campanario del ayuntamiento, que forma parte de la lista Campanarios de Bélgica y Francia declarada Patrimonio de la Humanidad y ya mencionada anteriormente en este mismo relato.

Sobre el mediodía llegamos a Boulogne sur Mer, donde destacan su ciudadela y su campanario. Aquí comeremos.

Volvemos a la autopista y, tras pasar el espectacular puente de Normandía, sobre el Sena, llegamos a Honfleur, una pequeña ciudad costera y vacacional muy bonita.

Al haber tenido que reajustar las fechas de nuestro viaje, por necesidad de volver antes de lo planeado, hemos tenido que reservar otro hotel que no era el inicialmente previsto, con la consiguiente subida de precio en esta época del año. El hotel elegido es el Mercure Honfleur, que nos cuesta 145 €, más 14 € por el perro y 10 € por el aparcamiento en el recinto.


Día 17: HONFLEUR - MONTE SAINT MICHEL (295 km)

Dejamos la bella Honfleur, satisfechos a pesar del clavo del hotel.

Hace años habíamos hecho un viaje específico por la Bretaña y Normandía, descubriendo muchos lugares interesantes, como Caen, Bayeux (donde puede admirarse el tapiz de Bayeux), Saint-Malo, Quimper, etc.

En aquella ocasión visitamos la localidad de Arromanches, cuya playa fue uno de los escenarios del desembarco aliado de Normandía en 1944, donde hay un museo al respecto, bastante didáctico e interesante.

Esta vez visitamos otra playa del Día D, la llamada playa Utah, donde hay otro museo (8 €) dedicado al desembarco, además de monumentos conmemorativos. La verdad es que nos gustó más el que vimos en Arromanches.

El monte Saint Michel al amanecer,<br />casi sin turistas
El monte Saint Michel al amanecer,
casi sin turistas

Llegamos por fin al Mont Saint Michel, uno de los mayores reclamos turísticos de Francia, un lugar sencillamente impresionante.

El recinto amurallado ya resultaría imponente estando en cualquier sitio, pero su ubicación en medio de la bahía lo hace único. Lo conocíamos por el viaje anterior citado, pero en esta ocasión cumplimos un pequeño capricho: quedarnos a dormir en el interior de la ciudadela.

Y los caprichos se pagan: el alojamiento elegido, llamado Le Mouton Blanc nos cuesta 147 € la noche. Realmente se trata de una serie de alojamientos repartidos por la ciudadela; el nuestro es -digamos- básico, pero es lo que hay.

Está en marcha una remodelación del acceso a la ciudadela, habiéndose eliminado el aparcamiento que había junto a la entrada. Ahora se ha construido un nuevo aparcamiento más alejado y después hay que atravesar una pasarela solo accesible a pie, en bici o mediante unos autobuses-lanzadera gratuitos que te llevan desde el aparcamiento. Con ello se quiere recuperar la fisonomía insular del enclave (la previsión es que esté terminado en 2015).

Hay que tener en cuenta que los clientes de hoteles del interior de la ciudadela disponen de un aparcamiento específico (12 € el día); el hotel te facilita (por correo electrónico) unos días antes de la llegada un código para teclear a la entrada del aparcamiento.

El pernoctar en el Mont Saint Michel o sus alrededores permite disfrutar del paseo por este lugar único a última hora de la tarde, por la noche o a primera hora de la mañana, sin la presencia de las oleadas de turistas que lo abarrotan durante el día.

Así, se puede hacer la visita nocturna de la abadía, una experiencia preciosa. Y no nos olvidemos de una de las mayores atracciones del sitio: contemplar desde sus murallas cómo sube rápidamente el nivel del mar, pues este es uno de los lugares del mundo con mayor oscilación de marea.


Día 18: MONTE SAINT MICHEL - LA ROCHELLE (340 km)

Después de madrugar para pasear casi solos por la ciudadela, nos vamos de Mont Saint Michel. Nos espera un largo trayecto de autopista. Sin más novedad, llegamos a nuestro destino de hoy, la ciudad portuaria de La Rochelle.

La Rochelle nos supone un gran descubrimiento, pues la ciudad nos resulta muy agradable, por su arquitectura marinera (edificios de piedra blancos; también hay una parte más antigua, de casas de madera), su puerto y su ambiente.

El hotel de hoy, Hotel La Marine (100 € la habitación -por haber modificado la fecha, antes era 90 €-, más 10 € por el perro), está bien ubicado; es un poco anticuado y ¡faltaría más! la escalera es un tanto penosa.

Otro problema es la falta de aparcamiento, aunque tiene un acuerdo con el aparcamiento subterráneo Verdun (un pelín alejado), con un precio especial de 9 € el día (se paga en el hotel). Luego vimos que hay un aparcamiento más cerca, en el puerto, aunque es al aire libre y sin control.

En La Rochelle hay muchos restaurantes que sirven pescado y, sobre todo, marisco de la zona (parece que los precios y el producto son similares en todos). Así que terminamos la jornada con un plato de marisco y vino blanco de la región.


Día 19: LA ROCHELLE - MONDRAGÓN (490 km)

Después de un paseo por el puerto y desayunar por allí, dejamos La Rochelle, satisfechos de nuestra estancia, para tomar la autopista que nos llevará hasta España.

Tras varias horas de conducción atravesamos la frontera con España y seguimos por tierras guipuzcoanas, hasta el punto donde pasaremos la noche: Mondragón.

Nuestro plan inicial era quedarnos en San Sebastián, pero tras el reajuste no encontramos nada en la capital donostiarra y buscamos un lugar alternativo.

En la localidad industrial y emprendedora de Mondragón (oficialmente Arrasate/Mondragón), situada convenientemente junto a la autopista, nos quedamos en el Hotel Arrasate (60 €, con desayuno), sencillo, cómodo y acogedor. Eso sí, como no podía ser de otra manera, la escalera es un poco dura. Al lado hay un aparcamiento público subterráneo.


Día 20: El viaje se acaba... MONDRAGÓN - GRANADA (880 km)

Terminamos nuestro viaje con una larga etapa de norte a sur que nos llevará a casa.

Paramos a comer en Aranjuez, concretamente en el restaurante El Rana Verde, excelente opción (por el lugar, la comida, el servicio y el precio).

Fin del viaje.


PIRINEUS ORIENTALS - Relat d'una escapada a Pirineus Orientals, 2022 - Suanda, Yolanda & Toni (Viatgeaddictes) [2022]
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Relat d'un viatge d'Espanya al Caucas amb autocaravana - Piki y Enrique (Abueletes) [2011]
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Ruta en cotxe pels Països Baixos - Teresa Lagares [2002]
CÒRSEGA - Guia i relat d'un viatge a Còrsega - Yolanda & Toni (Viatgeaddictes) [1991]