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TAILANDIA / LAOS

Relato de un viaje de 19 días a Tailandia y Laos

Marita Acosta
Published on Travel date: 2011 | Published on 07/06/2012
Last updated: 04/2022
2.8 de 5 (217 votes)

Introducción

Elegimos viajar a Tailandia porque nos apetecía hacer una primera incursión en el sureste asiático y pensamos que era mejor empe- zar por la opción más light y turística, para en futuros periplos adentrarnos en tierras más vírgenes y menos explotadas y no al revés.

Los vuelos directos desde Madrid a Bangkok los compramos con bastante antelación, el 24 de marzo, a través de la página web de la compañía Thai Airways y nos salieron muy bien de precio (670 €/pax). ¡Una excelente elección!. Es importante llamar a la compañía con antelación para reservar asientos: nosotros lo hicimos unos días antes y por los pelos, casi tenemos que sentarnos separados.

Siempre consulto la web TheBestTimeToVisit.com, en la que puedo consultar si es buena época para viajar al país por cuestiones climáticas. Para preparar la ruta compramos las guías de Tailandia y de Laos de Lonely Planet, además de inspirarnos en otros relatos tanto de foros de viajeros (viatgeaddictes.com, guiadetailandia.com o viajerosolidario.com) como de amigos de nuestro entorno que ya habían visitado el destino.

Inicialmente Tailandia debía tener mayor peso en el viaje, pero en el último minuto (¡literalmente!) nos vimos obligados a modificar sustancialmente nuestra ruta e improvisar, dadas las terribles inundaciones que estaban azotando el país.


Ficha técnica del viaje

Fechas del viaje

Del 25 de octubre al 12 de noviembre de 2011. Diecinueve días de viaje.

Itinerario

Día 1: Madrid - ... (salida a las 13:00. Día en ruta)
Día 2: ... - Bangkok (llegada a las 6:05)
Día 3: Bangkok
Día 4: Bangkok - Chiang Mai (vuelo a Chiang Mai)
Días 5-6: Chiang Mai
Día 7: Chiang Mai - Chiang Rai - Huay Xay (Laos) (día en ruta hacia Laos, con parada en Chiang Rai)
Día 8: Huay Xay - Pak Beng (día de travesía en barco por el Mekong)
Día 9: Pak Beng - Luang Prabang (día de travesía en barco por el Mekong)
Día 10: Luang Prabang
Día 11: Luang Prabang - ... (autocar nocturno a Vientián)
Días 12-13: Vientián
Día 14: Vientián - Bangkok - Krabi - Koh Phi Phi (vuelos Vientián-Bangkok y Bangkok-Krabi. Ferri a Phi Phi)
Días 15-16: Koh Phi Phi
Día 17: Koh Phi Phi - Krabi (ferri de Phi Phi a Krabi)
Día 18: Krabi - Bangkok - ... (vuelo Krabi-Bangkok. Día en Bangkok. Vuelo nocturno a España)
Día 19: ... - Madrid (vuelo Bangkok-Madrid, con aalida a las 00:05 y llegada a las 7:45h)

Moneda

Ambos destinos son muy baratos. Llevé 400 € en efectivo.

En Tailandia la moneda oficial es el Baht (THB). El tipo de cambio en las fechas del viaje rondaba los 41.44 THB/euro (por 50 €, por ejemplo, me entregaban 2.072 THB). En Laos la moneda es el Kip, con un tipo de cambio poco estable (aprox. 10.000 Kip/euro).

Costes de los vuelos

Vuelo Madrid - Bangkok - Madrid: 670 € (1 pasaje)
Vuelo BKK- Chiang Mai: 134,66 € (2 pasajes)
Vuelo Vientián- BKK: 240,10 € (2 pasajes)
Vuelo BKK- Krabi: 110,31 € (2 pasajes)

Salud y vacunas

No tuve que ponerme ninguna vacuna ni recibir medicación para el viaje.

Alojamiento

Un par de noches antes de viajar reservamos nuestro alojamiento en Bangkok, en el Rambuttri Village Inn & Plaza.

Algunos consejos

• Cuando en una misma habitación te den a elegir entre ventilador o aire acondicionado opta por el ventilador y si, al final necesitas el aire, siempre estás a tiempo de pagar la diferencia.

• El tiempo fue excelente a lo largo del viaje. Es una buena época para viajar.

• Anochece pronto y los templos cierran temprano. Tenedlo en cuenta a la hora de programar vuestras visitas.

• Regatead siempre los precios.

• Daos todos los masajes que podáis.


(I) RELATO DE UN VIAJE A TAILANDIA Y LAOS: Bangkok, Chiang Mai, Chiang Rai, Huay Xay

Días 1-2: Madrid - BANGKOK (Tailandia)

Efectivamente, volar con Thai Airways es una gozada: el colorido, las sonrisas de su personal y, sobretodo, el espacio para las piernas en clase económica. ¡Qué amplitud!. Fue uno de los viajes más cómodos que recuerdo.

Al día siguiente, tras un vuelo (insisto) muy cómodo, llegamos a Bangkok a las 6:05 de la mañana. Habíamos leído que se podía ir al centro en transporte público pero optamos por coger un taxi oficial fuera de la estación. Es fácil y nada engorroso, hay un mostrador con una señora que te pregunta donde vas, escribe la dirección en tailandés en un papel y se lo entrega al taxista.

Lo primero que me impresionó al salir del aeropuerto fue el bochorno. La humedad era insoportable. Para mis adentros, pensé que de ser así todo el viaje, el hacer de turista se iba a convertir en una ardua tarea.

El taxi nos dejó en el Rambuttri Village Inn (recomendado en la Lonely Planet y de gama económica). El trato no fue especialmente amable y la entrada al edificio es bastante descorazonadora, pero en general resultó una buena opción, tiene una excelente piscina en la azotea y la ubicación, en la zona de Banglamphu (en los alrededores de la famosa Kao Shan Road) es buena. Se puede llegar a pie a los principales monumentos (Grand Palace, Wat Phra Kaew, etc), está muy cerca del río y de la parada de ferri y cuenta con una variada oferta complementaria (bares, restaurantes y masajes).

Desayunamos junto al hotel, caro y no muy bueno y decidimos ir de ruta hasta que el jet lag nos detuviera. Recorrimos el mercado de amuletos (algo decepcionante) y a continuación visitamos lugares de interés de Ko Ratanakosin (barrio que fue la cuna de Bangkok).

Atravesamos el Sanam Luang (zona verde del distrito real que es como un parque sin árboles) y llegamos al Gran Palacio y al Wat Phra Kaew, dos de las atracciones más famosas de Bangkok. Me dejaron boquiabierta. ¡Cuánta belleza junta!. No tengo palabras. La sucesión de pequeños templos es apabullante, a cuál más bello que el anterior.

Vistas desde Wat Arun
Vistas desde Wat Arun

También fuimos al Wat Pho, con su impresionante buda reclinado de 46 m. de longitud y 15 m. de altura y cruzamos el río Chao Phraya para visitar el asombroso templo Wat Arun, con su característica torre de estilo jemer de 82 m. de altura. Me gustó por ser muy diferente a los templos anteriores, aunque las escaleras hasta la parte alta se me hicieron algo largas por el jet lag, pues nuestros cuerpos ya empezaban a ser víctimas del cansancio y la diferencia horaria. Las vistas desde arriba son una gran recompensa.

Cansados, optamos por acercarnos al río y contratar a un barquero una excursión de una hora por los canales de los alrededores. Valió la pena, pues vimos una parte de la ciudad y de cómo viven sus gentes muy pintoresca.

Eso sí, recomiendo mucha paciencia, ya que los sistemas de compuertas obligan a dete- nerse varias veces a lo largo del recorrido y las esperas se hacen algo largas. Se trata de un paseo puramente panorámico, pues el patrón no da ningún tipo de explicación.

Regresamos al hotel, caímos rendidos durante un par de horas y después fuimos capaces de levantarnos de nuevo e ir a cenar por los alrededores del hotel (un delicioso pad thai). También probamos la cerveza local (Chang). Rica y barata.


Día 3: BANGKOK (Tailandia)

Nos levantamos a las 8:30, el día era soleado y muy húmedo. Desayunamos (300 THB) cerca del hotel, un sitio muy mono frente al edificio de la FAO.

Queríamos ir a alguna de las zonas comerciales, así que cogimos un bus (el 15) hasta el colosal MBK, que nos encantó. El tema del bus no es sencillo, pero sí súper barato (7 THB) y una gran experiencia. No nos hubiéramos atrevido a cogerlo de no ser porque nos acercamos a una oficina de información turística próxima al hotel. Allí nos indicaron donde y cuál tomar. Tuvimos que esperar bastante y aprendimos que hay que abalanzarse sobre el bus porque si no, no paran. Nos gustó mucho movernos como los locales, lo recomendamos.

Esa zona de la ciudad nos fascinó: Siam Center, Siam Discovery y finalmente MBK. ¡Es todo tan futurista!. Paramos en el Starbucks del Siam Centre, sus vistas sobre la vías del skytrain son espectaculares. Recomiendo pararse a tomar algo ahí para sentarse, mirar a través de sus ventanales y absorber bien el ajetreo del entorno.

Pasamos horas recorriendo las tiendas. Antes, visitamos la casa de Jim Thompson (100 THB/pax), ¡súper recomendable!. Incluye una visita guiada de 35 minutos y se trata sin duda de un rincón encantador, un remanso de paz en la urbe y un lugar interesante.

De vuelta al MBK, comimos en un buffet japonés por 300 THB cada uno, ¡nos pusimos las botas!. Ya con la tripa llena, recorrimos algunas plantas del centro comercial. Hay muchos relojes de imitación (entre ellos, Rolex). Te recomiendo que si ves alguno de segunda mano (que no de imitación) que realmente te interese, lo compres porque puede que otro día ya no lo encuentres.

Ya cuando anochecía cogimos otro bus hasta el interesante barrio de Chinatown. Estuvimos paseando por el barrio más de una hora, intentando seguir el circuito a pie que venía en la guía de viajes y que nos pareció algo confuso. A eso de las 19h ya no podíamos más, el jet lag es muy fuerte los primeros días. Cogimos un taxi (50 THB) y nos retiramos al hotel.

Esa noche nos dimos nuestro primer tratamiento de doctor fish (esos pececitos que te muerden los pies y se comen tu piel muerta) y masaje de pies de una hora. Lo primero, un poco extraño. Lo segundo, un gusto.

A las 22h ya dormíamos, debíamos coger fuerza para un buen madrugón.


Día 4: BANGKOK - CHIANG MAI (Tailandia)

Este día fue un poco atípico, ya que cogimos un vuelo a las 6:00 a Chiang Mai con Nokair. En circunstancias normales no hubiéramos volado a horas tan intempestivas, pero las inundaciones lo cambiaron todo.

Llegamos a una soleada Chiang Mai con algo de retraso. Tomamos un taxi al centro. No teníamos alojamiento reservado, así que le pedimos al taxista, que era súper majo, nos esperó hasta que finalmente conseguimos una doble en la Tri Gong Residence, recomendada por la Lonely Planet como económica. Fue una buena elección, el dueño fue de mucha ayuda y estuvimos muy a gusto.

Tras un breve descanso, recorrimos a pie la ciudad antigua, repleta de templos. ¡Hacía bastante calor!. Visitamos todos los que había en el centro histórico y nos encantó su ambiente accesible y lleno de vida, aunque sí me pareció algo más turístico de lo que esperaba. Tuvimos un primer contacto con el estilo arquitectónico Lanna, como el del Wat Chedi Luang.

Tras descansar en el hotel, a eso de las 21:00 cogimos un tuk tuk a los mercados nocturnos, donde compramos relojes de imitación (un timo) y cenamos en el food hall por unos 200 THB (práctico, pero sin encanto). Regresamos en tuk tuk (60 THB) a los alrededores del hotel. Cervecita y a dormir.


Día 5: CHIANG MAI (Tailandia)

A las 8:10 nos pasaron a recoger para el trekking por el norte de Chiang Mai (1.000 THB/pax), que habíamos contratado el día anterior en la recepción del hotel. Estuvimos comparando y estaba bastante bien de precio.

A pesar de estar organizado de manera muy modesta, fue divertido. Caminata por la selva, paseo en elefante, rafting (el equipo era bastante viejo y acabé en el agua... no muy agradable).

Nos devolvieron al alojamiento a eso de las 17:00. Tuvimos tiempo de reposar y a las 19:15 cogimos un tuk tuk (60 THB). Por cierto, ¡con estos siempre hay que negociar!. Son más caros que los taxis.

Nuestra intención era cenar en el Riverside Bar & Restaurant, muy recomendado. Fue imposible porque no habíamos reservado y acabamos en un restaurante justo al lado, también con vistas al río y con muy buen ambiente, en el que comimos como reyes por 1.000 THB. ¡Baratísimo! Un servicio excelente.


Día 6: CHIANG MAI (Tailandia)

Visita a la zona norte de la Ciudad Antigua. La idea era conocer el Parque Nacional del Doi-Suthep, que incluye, además del parque en si, el templo sagrado de Phra That.

Niñas en Wat Suthep
Niñas en Wat Suthep

Por la mañana visitamos Wat Suthep (entrada 30 THB), un templo fundado en 1383. Es un lugar muy animado, a veces caótico, pero muy recomendable. Había niñas ataviadas danzando y niños tocando música tradicional. Un recinto lleno de rincones por descubrir.

A continuación, avanzamos 4 km hasta el palacio de invierno de la familia real (Phra Tamnak Phu Phing). Allí se pueden recorrer sus jardines, contemplar los distintos edificios y pasear. Normalito.

Por la tarde, fuimos a visitar el parque nacional de Doi-Suthep, a 16 km al noroeste del centro de Chiang Mai. No lo recomiendo. Esperábamos alejarnos del mundanal ruido y poder pasear en plena naturaleza, pero el entorno nos defraudó. Prescindible.

Ese día conviene decidir cómo moverse, porque los lugares de interés están muy alejados los unos de los otros. Nosotros lo hicimos en transporte público, unas pequeñas furgonetas compartidas que circulan con frecuencia. En la casa de huéspedes nos explicaron cómo cubrir el primer trayecto con el que llegar al templo, el resto lo vas haciendo por etapas y sobre la marcha. Hay que negociar mucho cada pequeño trayecto y puede llegar a resultar algo agotador.


Día 7: CHIANG MAI - CHIANG RAI - HUAY XAY (Laos)

Nos levantamos a las 8:00 de un día soleado y muy caluroso. Os recomiendo ir a desayunar al Blue Diamond, que estaba a la vuelta de la esquina de nuestro hotel. Excelente. Por 500 THB, tomamos pancakes, el mejor café del viaje e incluso nos llevamos un take away para el camino.

A las 10:15, con algo de retraso, nos recogió la agencia para ir en minivan a Chiang Khong (frontera con Laos). Existen otras opciones más económicas, pero esta fue sin duda un gran acierto. Vehículo espacioso, limpio, moderno y casi en exclusiva para nosotros (sobraban plazas). Todo por 700 THB los dos. Además, de camino nos pararon en el templo blanco o Wat Rong Khun, ¡precioso!.

Llegamos a Chiang Khong a muy buena hora (15:10). El camino fue especial, bañado de una luz y de unos colores muy vivos. Disfruté dejando atrás el ambiente turístico y viendo los campos de arroz pasar.

Los trámites para cruzar a Laos fueron rápidos: oficina en el lado del río de Tailandia, breve trayecto en barca por 40 THB y oficina de inmigración de Laos en Huay Xay. Aquí os recomiendo llevar una foto (si no, os cobran 40 THB por la fotocopia del pasaporte), así como pagar en dólares (35 USD), que es más ventajoso. Lo peor es el calor, sudaba horrores durante las gestiones.

¡Ya estábamos en Laos!. Lo primero que me impresionó fue la amabilidad de la gente.

Fuimos directamente a la BAP Guesthouse, a unos metros del embarcadero. ¡No la recomiendo! Viene muy publicitada en la Lonely Planet, pero la dueña nos timó y, por lo que nos contaron, no fuimos sus únicas víctimas.

Si hacéis la excursión en barco, no se os ocurra reservar con ella la noche en Pak Beng porque se queda el dinero y no hace la reserva: mejor directamente cuando bajéis del barco en destino.

Cogimos una habitación modesta con vistas al río y una cama enorme y cómoda (600 THB con aire acondicionado). No regateamos, así que creo que nos salió algo cara. Además, no necesitamos el aire, así que hubiéramos podido pagar 100 THB menos por sólo ventilador.

Reservamos en recepción la travesía en barco de dos días hasta Luang Prabang (64 €/dos pax) y nos apresuramos a aprovechar los últimos rayos de Sol y recorrer el pueblo. Nos gustaron mucho ese paseo y las vistas desde el templo en las alturas. Nos alejamos un poco del centro y pudimos atisbar la vida sencilla de los lugareños. Un señor mayor, acompañado de un niño pequeño, nos saludó entusiasmado a nuestro paso dándonos así, sin él saberlo, la bienvenida al país más sincera de todo el viaje.

Cenamos en el Riverside Houay Restaurant. Recomendado en la guía, está junto al río y es muy agradable. Por 450 THB degustamos especialidades laosianas, así como su cerveza típica: la Lao Beer. Un emblema nacional.


(I) RELATO DE UN VIAJE A TAILANDIA Y LAOS: Travesía en barco
por el Mekong, Luang Prabang, Vientián, islas Phi Phi y Krabi

Día 8: HUAY XAY - PAK BENG (Laos)

Nos levantamos a las 8:30, de nuevo el día es soleado. Tras recoger nuestros sándwiches para el camino y desayunar en la casa de huéspedes (38.000 K) unos huevos revueltos sobre tostadas y café, a las 9:30 nos recoge el tuk tuk para llevarnos al muelle y embarcar y realizar la travesía en barco por el Mekong hacia Luang Prabang.

El barco no era cómodo, pero creo que tuvimos suerte, porque habíamos leído historias negativas de barcos que llenan a tope y acaba habiendo un auténtico motín a bordo por ello.

El trayecto fue muy bonito. Yo tenía mis dudas, pensaba que quizá se me haría monótono o pesado, pero al final fue bastante inspirador. Te vas cruzando con lanchas de pescadores, niños chapoteando y búfalos de mar.

Cuando empezaba a anochecer, paramos para hacer noche en la pintoresca Pak Beng. Hubiera sido mejor reservar el alojamiento aquí directamente (lo sacas por 200 THB= 5 €. Nosotros habíamos pagado el triple).

Nos alojamos en la Pak Beng Guesthouse, nada destacable (no tenían agua caliente). Mejor os alojáis en otro sitio.

Con nuestros amigos españoles (los conocimos en el barco) fuimos a cenar a un hindú de la calle principal, que es muy cortita (4,5 euros por persona). Terraza agradable junto al río.

Nos retiramos temprano, a las 9:00 del día siguiente zarparía de nuevo el barco...


Día 9: PAK BENG - LUANG PRABANG (Laos)

A las 7:30 nos levantamos y desayunamos bastante mal y caro en la guesthouse. Compramos algo de comida para el trayecto (arroz frito por 30.000 k) y aprovechamos para tomar algunas fotos en los alrededores, las vistas al río eran preciosas.

Niños en las orillas de Mekong
Niños en las orillas de Mekong

El barco era diferente al día anterior y fuimos más estrechos. A las 10:00 zarpó con retraso y nos dejó en Luang Prabang a las 17:30. El trayecto me pareció más monótono respecto al del día anterior. Los mejores momentos son las paradas junto a muelles, los niños jugando y nadando y las gentes observando.

La llegada a Luang Prabang es algo desconcertante, desde el muelle es algo difícil orientarse al principio pero, en realidad, el lugar es pequeño y todo está a mano. Superado eso, sólo te queda dejarte llevar por la tranquilidad reinante.

Luang Prabang nos fascinó. Uno de los hitos del viaje y un destino al que no me importaría volver para pasar una temporada.

Tras peregrinar un poco encontramos alojamiento a la tercera. Habitación impecable por 10 euros la noche. Tras instalarnos, nos tomamos una cervecita junto al río (8.000 K) y recorrimos el mercado nocturno, que es una pasada. Tiene una atmósfera mágica y se pueden comprar camisetas, colchas para las camas, pantalones, etc.

Por el camino nos zampamos un crepe, durante todo el viaje tuvimos tal vicio con ellos y con los batidos. Están por todas partes y a muy buen precio, ¡son deliciosos!. Cenamos bien de bufé por 1 € (10.000 k) en los puestos callejeros del mercado nocturno.

Sinceramente, nuestra primera impresión de Luang Prabang no pudo ser mejor.


Día 10: LUANG PRABANG (Laos)

Nuestros objetivos para hoy eran hacer el recorrido a pie por el centro de la ciudad e informarnos sobre los buses nocturnos a Vientián.

A primera hora fuimos a visitar el mercado de alimentos. Alegre, colorido y fotogénico. Luego desayunamos en un puesto callejero (batido y sándwich por 10.000 k).

Preguntamos en varias agencias el tema de los buses. Hay diversas categorías según el grado de comfort. El más cómodo es el sleeping bus, pero no circula a diario, así que nos tuvimos que conformar con el VIP bus (14,5 €).

Siguiendo con la ruta cronológicamente subimos al Phu Si (20.000 k). Recuerdo mucho calor y unas vistas excepcionales. La escalinata de ascenso es preciosa. A continuación visitamos el Wat Xieng Thong (10.000 k), el mejor templo de la ciudad.

Después paramos a comer unos deliciosos noodles en un puesto callejero. Lo mejor, su precio: 1 €. Y alquilamos unas bicis durante un par de horas por 20.000 k/persona.

En bici por los alrededores de Luang Prabang
En bici por los alrededores de Luang Prabang

Nos alejamos del centro de la ciudad unos kilómetros y comprobamos que el paisaje va mejorando con la distancia. Al principio es algo descorazonador pero poco a poco se desvanece el tráfico y el entorno gana en tranquilidad y autenticidad. Pasamos por Ban Xan Khong y regresamos al centro con la puesta del sol.

Un consejo: recomiendo sentirse segura conduciendo la bici, porque el tráfico es complicado. Yo que no tengo mucha técnica al principio iba algo tensa, aunque acabé disfrutándolo muchísimo.

De vuelta en el centro, nos dimos una hora de masaje de cuerpo entero (50.000 k, unos 5 euros). ¡Muy bueno y relajante!.

Para cenar escogimos un restaurante recomendado por la guía de viaje: el Somchanh, junto al río. No acertamos. Me pareció caro (135.000 k) y poco típico. Eso sí, pudimos probar la alga laosiana, crujiente y rica y el vino tinto de la tierra, bastante normalito.


Día 11: LUANG PRABANG - ... (Laos)

Ese día planeamos hacer una excursión en moto y despedirnos, no sin pena, de Luang Prabang.

Nos levantamos a las 6:30 y desayunamos en un pequeño café francés cercano a la guesthouse. Por 30.000 k nos zampamos una deliciosa tortilla de tomate y cebolla con un bueno (aunque aguado) café laosiano.

Salimos tarde a la calle, a las 7:00 y para entonces ya había acabado la ceremonia de la ofrenda a los monjes budistas. Una de las principales ceremonias de la ciudad es el Binthabat, los monjes, en la mañana, recorren las calles de la ciudad, con cuencos, en silencio. Para ganar méritos, los pobladores de la ciudad, depositan arroz glutinoso, o algún otro alimento como fruta.

En moto por Luang Prabang
En moto por Luang Prabang

Alquilamos una moto manual junto al hotel (hay montones de oficinas) por 13 € (lo más barato). Fue un trasto muy incómodo, ¡y qué decir de los cascos!. ¡Qué dolor!. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, el paseo fue simplemente genial.

Partimos a las 9 de la mañana rumbo al norte y pasamos 5 horas de excursión en moto, tan placenteras para la vista como traumáticas para nuestros traseros.

Atravesamos paisajes rurales, arrozales e innumerables viviendas tradicionales. A las 10.30h hicimos una parada y, en plan valiente, nos pedimos una sopa de fideos en un bar de carretera, ¡al más puro estilo laosiano! (es su desayuno típico).

Nos encontramos con muchos signos de que Laos está cambiando a marchas forzadas en pro de su desarrollo, así que si aún no habéis estado, ¡id cuanto antes!.

A las 14:00, de vuelta a Luang Prabang, reservamos el hotel de Vientián y nos dimos otro relajante masaje de una hora. Cenamos de maravilla en un puesto del mercado nocturno. Y de postre un crepe de banana y chocolate por 1 €. ¡Son un vicio!. A cada paso tropezábamos con uno de estos puestos callejeros y era muy difícil resistirse.

A las 18:30, muy puntual, un tuk tuk nos recogió en el alojamiento y nos llevó a la estación de autobuses. Una hora después salió nuestro VIP bus nocturno a Vientián. ¡Fue tan incómodo!. Lo único bueno y bastante curioso es que la cena estaba incluida en el trayecto: una sopa enorme de fideos en un bar de carretera a la 1 de la mañana. ¡Surrealista pero muy apetitoso!. A pesar de lo intempestivo del manjar, nadie dudó en zamparse sus noodles.


Día 12: ... - VIENTIÁN (Laos)

Después de 12 horas infinitas de curvas y baches llegamos a Vientián. Por suerte, ya habíamos reservado el hotel en Vientián previamente por internet, estábamos reventados.

La habitación no estaría disponible hasta las 9:00, así que fuimos a desayunar cerca del hotel, a un café recomendado por la guía, el Croissant D'Or. Tomamos un buen desayuno (cruasán incluido) por 30.000 K (precio europeo).

Aunque la fachada me pareció bastante destartalada, el hotel es muy recomendable y la habitación, súper espaciosa.

Al mediodía iniciamos nuestra ruta bajo un potente sol. Nos detuvimos a comer arroz frito con una cerveza (15.000 k, normalito) cerca de un punto de interés, la Estupa Negra.

Durante la tarde alternamos el recorrido a pie por el centro de Vientián con paradas en agencias de viajes para programar cómo regresar a Tailandia. También preguntamos precios para la visita a la zona protegida de Phu Khao Khuay al día siguiente, pero organizado resultaba prohibitivo (150 dólares/persona). Más tarde, en la oficina de información turística, averiguamos como llegar por libre, en plan menos cómodo, pero mucho más barato.

Al final, después de algo de agobio y ciertas dudas, reservamos online los vuelos Vientián-Bangkok para el lunes siguiente (140 USD) y el Bangkok-Krabi con Air Asia por 3.500 THB (es la Ryanair tailandesa, te cobran hasta por respirar).

En el centro de Vientián, que se recorre a pie fácilmente, visitamos: el mercado diurno (curioso) y el centro comercial de Talat Sao (cutre, con prendas de imitación de muy baja calidad).

A las 19:00 nos reunimos con los colegas franceses que habíamos conocido en el autobús y pasamos la velada juntos, primero en un bar de vinos y después en el restaurante Kop Chai Deu, bastante fashion, probé la ensalada de papaya y fue deliciosa. Comimos mucho y muy bueno).

En general, considero que Vientián es caro, los precios se asimilan a los europeos, es una pena.


Día 13: ALREDEDORES DE VIENTIÁN (Laos)

Ese día queríamos visitar el Espacio Protegido de Phu Khao Khuay, el de más fácil acceso del país. Cuenta con circuitos de senderismo de entre dos horas y tres días. Nosotros, al no disponer de más tiempo, optamos por una excursión de unas horas.

La Lonely Planet destacaba que la mayor atracción de Phu Khao Khuay son las manadas de elefantes. Sin embargo, luego supimos que es muy difícil verlos, así que no os hagáis muchas ilusiones.

Nuestro reto fue llegar al espacio protegido en transporte público, para ahorrar dinero. Hasta la aldea de Ban Na fueron 2 tramos de viaje (60.000 k cada uno), allí contratamos con un guía local un circuito hasta la torre de observación de elefantes con comida incluida por 175.000 k (negociamos).

La caminata está bien, aunque puede resultar algo monótona. Y ni rastro de los elefantes. El encanto de la excursión radica en el contacto con la gente local y con el hecho de que el guía sea uno de ellos. Lo recomendaría, aunque no es imprescindible.

Regresamos a Vientián en transporte público (furgoneta compartida, 2 trayectos, 50.000 k cada uno).


Día 14: VIENTIÁN - BANGKOK - KRABI - KOH PHI PHI (Tailandia)

La jornada de hoy fue un poco larga. El aeropuerto de Vientián está a 17 km. al sur de la ciudad. Nosotros preferimos coger un shuttle bus, que va coordinado con los vuelos y que sale mucho más barato. El vuelo hacia Bangkok partió sin incidencias.

En el aeropuerto nos dirigimos a uno de los mostradores de una de las agencias de viajes para reservar el alojamiento en Phi Phi. Comprobamos que la disponibilidad era poca. Tras un par de llamadas fallidas aceptamos una reserva para la primera noche en el Phitharom PP Resort. Era cara, así que la intención era cambiar posteriormente.

Al llegar a Krabi nos dirigimos al embarcadero de Khlong Chilat, unos 5 km. al norte de la ciudad. De allí salen los ferries a Phi Phi y a Ko Lanta. Nosotros cogimos el de las 15:00. Puedes comprar el billete al llegar en taquilla.

Esperamos en una cafetería junto a la estación y recuerdo que estábamos muy cansados, pues el cansancio se acumula. El día estaba tan gris que no pudimos disfrutar del trayecto hasta la isla. El ferri es muy cutre y entre los pasajeros había muchos musulmanes, inédito hasta entonces.

La entrada al puerto de Koh Phi Phi es muy bonita, por fin las islas del sur.

Por cierto, si vas con reserva, los del alojamiento suelen ir a buscarte al ferri para acompañarte y llevarte las maletas. Que no os pase como a nosotros, que no lo sabíamos y fue una pena.


Días 15-16: KOH PHI PHI (Tailandia)

Excursión en barco, con parada en varios puntos de la isla Koh Phi Phi Leh, la más pequeña de las Phi-Phi, entre ellos la legendaria laguna de Ao Maya. Cuando llegamos a la laguna el sol estaba bastante bajo y no pudimos disfrutar igual de su maravilloso paisaje ni de sus aguas cristalinas. Un consejo: llegad más temprano.

Imagen de Koh Phi Phi Leh
Imagen de Koh Phi Phi Leh

Me sorprendió ver que en la laguna se puede pernoctar, hay tiendas de campaña que parecían bastante cómodas, valdría la pena intentarlo.

Al día siguiente nos levantamos con calma. Desayunamos muy bien en el hotel y nos fuimos a dar una vuelta y mirar tiendas por Tonsai Village (laberinto de callejones conocido como pueblo turístico). A cada paso te ofrecen excursiones en barco y contratamos una de medio día para el sunset (la puesta de sol, con salida a las 12:30, 400 THB), con visita a la isla grande, Don, para así no repetir la del día anterior.

Buen snorkel, aunque vimos menos peces que el día anterior. Tanto el barco como el personal también fueron peores. La parada estrella fue en Bamboo Island. Es muy bonita, aunque con la excursión de la tarde el sol se va muy pronto. Recomiendo reservar una por la mañana, las vi con salida a las 8:30 y regreso a las 13:00 que creo que serían muy acertadas. Un consejo: mejor llevar equipo de buceo propio, el del barco fue muy cutre y te puede echar a perder la experiencia.

Tras contemplar la puesta de sol, regresamos a puerto. A las 18:30 estábamos de vuelta en el hotel.

Esa noche cenamos en el restaurante Grand Bleu, muy recomendable (1.700 THB). Reserva necesaria. Nos sentamos fuera, es lo mejor. Raciones abundantes, rica comida y buen servicio. Si pedís el vino, alerta porque sale bastante caro. Acabamos la noche en los chiringuitos de la playa con una cerveza Chang en la mano.

En general, debo confesar que Koh Phi Phi Don me decepcionó un poco. Primero, le falta ese punto salvaje, es muy difícil escapar a la zona turística). Segundo, está todo muy sucio (el interior de la isla está llena de basura). Por otro lado, hay que reconocer la amabilidad de sus gentes.


Día 17: KOH PHI PHI - KRABI (Tailandia)

Llegó el día de dejar las islas y volver a la península. Nos levantamos a las 7:30 y brillaba el sol. Recogimos, desayunamos en el resort y a las 9:00 cogimos el ferri hasta Krabi (280 THB). Surcando el mar en calma llegamos a puerto. Buscamos alojamiento y acabamos en la Guesthouse Krabi (450 THB, limpio y bien decorado, barato).

Comimos en una cafetería del centro frecuentada por gente local. Nos pareció muy barato y recuerdo que los postres tenían una pinta deliciosa. En general, me sorprendió lo barato que es Krabi.

El centro de Krabi es más agradable de lo que esperaba, aun así a las 14:30 ya no sabíamos qué hacer y optamos por alquilar un barco de popa larga para recorrer los manglares del Mekhong a través de la agencia de viajes que estaba frente a nuestro alojamiento. La chica que nos atendió fue tan amable que acabamos reservándole también el taxi al aeropuerto para el día siguiente (250 THB). Las dos horas en privado de la lancha nos costaron 800 THB, un capricho que hizo más amenas nuestras últimas horas en el sur del país.

A las 20:30 salimos a la calle para disfrutar de uno de las noches más especiales de todo el viaje: vivir la fiesta anual del Loi Krathong. Las calles estaban impresionantemente abarrotadas y repletas de puestos de todo tipo: comida, ropa, etc.

La fiesta del Loi Krathong es una de las celebraciones más entrañables del país, con ella se da las gracias a la diosa del río por dar vida a campos y bosques y se le pide perdón por la contaminación. Por todas la vías fluviales sueltan pequeños barcos hechos a mano (krathong) con hojas de banano y decorados con flores.

Me pareció fascinante, me quedé embobada contemplando cómo grupos de personas aunaban esfuerzos para hacer volar con éxito linternas mágicamente iluminadas. Muy recomendable.


Días 18-19: KRABI - BANGKOK - ...

Nuestro último día de viaje... Suena el despertador a las 7:00 y nos recoge el taxi a las 7:30. Salida del vuelo de Air Asia con destino a Bangkok, previsto para las 9:10.

Una vez en Bangkok cogimos el Air Link (90 THB/2 pax) y luego el AirTrain (20 THB). Queríamos hacer algunas compras y decidimos volver al centro comercial MBK, que nos había encantado la primera vez. Así pasamos el día, que fue agotador, hasta que llegó la hora de ir al aeropuerto para tomar el vuelo de regreso a España.

Para acabar, algunas conclusiones del viaje:

• Viajar por Asia es muy barato. Ahora entiendo porque muchos viajeros en su año sabático se concentran en ese territorio. El presupuesto se puede estirar considerablemente.

• Tailandia me ha parecido un destino algo irregular, que en una escala de 1 a 10, sería un 7.

• Al ser el primer país que visitaba dentro del sudeste asiático, ciertamente me fascinaron sus templos y esa atmósfera budista que se respira por doquier. Es un destino cómodo, seguro, civilizado y con una gastronomía excelente (para mi gusto).

• Fueron muchas las ocasiones en las que me quedó un regusto de frustración, de un quiero y no puedo, de indefinición, de esperar algo que no llega. Tailandia es lo que esperas que sea, agrada bastante pero sorprende poco. Si quieres un viaje más cómodo y fácil, dale más peso a ese país.

• Sé que no descubro nada nuevo al corroborar que Laos es un destino más auténtico. Es aún bastante rural, aunque vimos atisbos de cambio, de casas tradicionales que conviven con las de obra, pensadas para ser sus sustitutas. Sus gentes son a veces amables y a veces toscas. Me quedé con las ganas de visitar la zona norte de Nam Ha, ese espacio natural protegido especializado en turismo cultural y medioambiental. Y me hubiera instalado in eternis en Luang Prabang, mi rincón favorito de todo lo que Laos me ofreció, frente a un Vientián que me decepcionó, sucio y algo caótico.


Relato de un viaje a Tailandia y Angkor (Camboya) - Elena y los magníficos [2007]
Relato de un viaje a Tailandia - Núria & Guillem [2007]
Relato de un viaje a Camboya y Tailandia - Sònia Graupera [2007]
Viaje a Tailandia - Astrid Rubio [2006]
Viaje a Camboya, Laos y Tailandia - Asun Sunyol & Àngel Armengol [2005]
Viaje a Tailandia, Laos y Camboya - Víctor Bordás, Paquita Poch & Elisenda Bordás [2005]
Viaje a Camboya y Tailandia - Marta & Jordi [2004]
Viaje al país de la eterna sonrisa - Elena Bermejo [2001]
Bangkok, la ciudad de los sentidos - Mª Dolores Martínez Giménez [2001]