Las Vías Verdes son itinerarios para hacer a pie, a caballo y/o en bicicleta (todoterreno, de carretera o cicloturística) que discurren por antiguos recorridos de ferrocarriles ya en desuso.
El viejo trazado del Feliuet, el tren que unió Girona y Sant Feliu de Guíxols entre 1892 y 1969, ha sido ocupado, en parte, por modernas carreteras y polígonos industriales; por lo tanto, la recuperación del recorrido original no ha sido completa y ha habido que aprovechar caminos y viales más o menos paralelos.
Con todo, los 40,5 km de la ruta actual constituyen un magnífic paseo por los paisajes rurales de la llanura gerundense y ampurdanesa, salvo las suaves estribaciones de las Gavarres y del macizo de las Cadiretes, dejándose llevar, durante el tramo final, por el suave declive del valle del Ridaura hasta la llegada al mar. En definitiva, una excursión fácil, al alcance de la mayoría de practicantes, sobre un firme regular, con servicios de todo tipo en las poblaciones que atraviesa.
Eso sí, al ser un recorrido lineal hay que prever el sistema para regresar al inicio.
Para iniciar el recorrido, hay que situarse en Girona, en la plaza de losPaïsos Catalans, ubicada al este de la ciudad, justo en el punto de origen de la carretera de Quart (C-250). Ya en la plaza, hay que buscar la señalización de la Vía Verde junto al río Onyar.
Los puntos de interés de la ruta son numerosos: la Riera del Corb en Llambilles, la estación y Can Rauric en Llagostera, la estación de la Font Picant en Santa Cristina d'Aro, y la bahía de Sant Pol y el monasterio en Sant Feliu de Guíxols.
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