Hungría es un país situado en el centro geográfico de Europa, sin salida al mar, y que comparte fronteras con Eslovaquia al norte, Ucrania y Rumanía al este, Serbia y Croacia al sur, Eslovenia al sudoeste y Austria al oeste.
Budapest es su capital y también su mayor ciudad. El país tiene una superficie total de 93.030 km2 (algo menos de la quinta parte de la de España). Es, en general, un país bastante llano y ocupa la cuenca media del río Danubio. Al oeste destaca el lago Balaton, el mayor de Europa Central.
Desde el punto de vista turístico Hungría se encuentra entre los primeros 30 destinos turísticos del mundo en número de visitantes, pero al parecer la mayoría de ellos se conforma sólo con visitar Budapest y, como mucho, la zona del lago Balaton.
Si bien es cierto que en países vecinos podemos encontrar paisajes o monumentos más espectaculares que en Hungría, la verdad es que el país tiene mucho que ofrecer al viajero inquieto. Por ejemplo, podemos encontrar un gran número de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad, sobre todo teniendo en cuenta el pequeño tamaño del país.
Además, a lo largo y ancho del país hay otras ciudades y pueblos que son ciertamente encantadores y que nos permitirán ver y disfrutar de cerca el modo de vida de la población magiar.
Del 2 al 11 de Abril de 2010.
Día 1: Barcelona → → Budapest - Pécs
Día 2: Pécs - Keszthely
Día 3: Keszthely - Heviz - Sümeg - Tihany
Día 4: Tihany - Balatonfüred - Veszprém - Herend - Györ
Día 5: Györ - Pannonhalma - Esztergom
Día 6: Esztergom - Visegrád - Szécsény - Holloko
Día 7: Holloko - Budapest
Día 8: Budapest
Día 9: Budapest
Día 10: Budapest → → Barcelona
El orden de esta ruta no es casual, ya que dejamos expresamente la visita a Budapest para el final con el fin de que no coincidiera con los días festivos de la Semana Santa y evitar así la previsible avalancha turística desde toda Europa. En esos días empezamos el recorrido por otras zonas del país, donde apenas encontramos turismo, excepto unos pocos alemanes en el lago Balaton. En la mayoría de sitios estábamos solos o prácticamente.
Para cuando llegamos a Budapest, una semana después de Semana Santa, probablemente ya había bajado la afluencia de visitantes, aunque Budapest, como muchas otras ciudades turísticas europeas, atrae turismo en cualquier época del año.
La moneda oficial de Hungría es el Florín (Forint en húngaro, abreviado Ft; código internacional: HUF). Aunque Hungría es miembro de la Unión Europea desde 2004 y está previsto que algún día se adhiera al euro, ahora por ahora no hay fecha fijada para ello.
Hay billetes de 500, 1.000, 5.000, 10.000 y 20.000 Ft. Conviene saber que desde 2009 los billetes de 200 Ft ya no son legales (por si alguien os quiere colar alguno). Los euros pueden ser cambiados sin problemas en las oficinas de cambio de divisas. Se puede pagar con tarjetas de crédito en hoteles, grandes tiendas y restaurantes, pero siempre conviene asegurarse antes de que es así (también puede haber problemas con las nuevas tarjetas con chip). También se puede obtener dinero a través de cajeros ATM, presentes en bastantes poblaciones húngaras.
En las fechas de nuestro viaje el cambio medio obtenido fue de: 1 € = 260 Ft (Forint) / 1 Ft = 0,003846 €
(ver cambio oficial actualizado en el enlace Eur -> HUF).
+ 174,5 € (vuelo BCN-Budapest-BCN)
+ 116 € (50% alquiler coche + seguro todo riesgo)
+ 43,9 € (50% gasolina coche)
+ 195 € (50% alojamiento)
+ 187 (50% entradas, comida, otros)
= 716,4 € (total por persona)
Nivel de vida en Hungría: Nosotros encontramos que el coste de la vida en Hungría, al menos en las fechas de nuestro viaje, era algo más caro que otros países del Este, como Rumanía o Bulgaria, aunque aún y así los precios son más baratos que en nuestro país. En julio de 2009 el IVA en Hungría subió del 20 al 25%, aunque los hoteles y alimentos básicos gozan de un IVA reducido del 18%.
De todos modos, el cambio vigente entre el florín húngaro y el euro puede abaratar los costes del viaje, ya que, en general, en los últimos años tiende a perder valor respecto al euro. Y si se dispone de carné de estudiante internacional ISIC vale la pena llevarlo consigo, ya que en algunas entradas el descuento es del 50%. Por último, comentar que en Budapest los precios son sustancialmente más caros que en el resto del país.
Para viajar a Hungría los ciudadanos españoles sólo necesitan un pasaporte o un DNI en vigor, al menos para estancias que sean inferiores a los 3 meses.
Las compañías aéreas de bajo coste WizzAir y Vueling tienen, o al menos tenían en las fechas de nuestro viaje, vuelos directos entre las ciudades de Barcelona y Budapest. En nuestro caso, por conveniencia de horarios, hicimos la ida con WizzAir y la vuelta con Vueling.
Para movernos por Hungría nosotros optamos por alquilar un coche, la opción más recomendable si se quiere exprimir al máximo el tiempo de viaje disponible y tener un grado de libertad total que permita, incluso, modificar la ruta sobre la marcha y llegar a lugares dónde el transporte público es muy escaso o inexistente.
Nosotros alquilamos el coche a través de la web Booking.com y la experiencia fue muy satisfactoria. Recogimos el coche, un Fiat Punto muy nuevo, a nuestra llegada al aeropuerto de Budapest y lo entregamos 6 días después en el centro de Budapest, con un coste total de 232 € (6 días), incluyendo un seguro extra de 42 € para cubrir cualquier percance y no estar sujetos a la franquicia de 900 €.
Recorrimos un total de 1.200 km con el coche de alquiler. El precio de la gasolina 95 oscilaba, en las fechas de nuestro viaje, entre los 326 y los 333 Ft/litro, por lo que era sustancialmente más cara que en España.
En general, las carreteras húngaras tienen aún mucho por mejorar, ya que el asfalto suele estar en mal estado, con muchos parches, por lo que lo normal es ir dando botes. Siempre hay que conducir con la luz de cruce encendida. Y respecto a la forma de conducir de la población local es, en general, bastante correcta, aunque con una cierta tendencia a correr mucho.
En Hungría todas las autopistas son de peaje, aunque en la ruta expuesta en este viaje las evitamos completamente tomando carreteras nacionales alternativas. Las vías de peaje son en general reconocibles por la señal donde aparece el texto matrica-vignette. El pago se puede realizar en los puntos de venta habilitados al efecto, tiendas y gasolineras, así como por Internet y vía SMS con el teléfono móvil. El no pagar supone una multa y es importante guardar el recibo, físico o electrónico, del pago del peaje por si, en un control rutinario o por algún tipo de infracción el vehículo es detenido por la policía. Podéis encontrar más información sobre condiciones, precios y puntos de venta en el enlace Autopalya.hu (en inglés, pero con una parte en español).
Para buscar hotel en la ciudad de Budapest utilizamos el Booking.com, la mejor opción para buscar hoteles de un cierto nivel a precios más económicos. Así encontramos el art'otel Budapest, un hotel de 4* bien situado, cómodo y con instalaciones bastante nuevas y más que correctas por sólo 63 € la noche por una habitación doble con todas las comodidades de un hotel de estas características.
Para el resto del país optamos por pensiones (panzió), apartamentos privados (szoba kiadó) o casas de huéspedes (vendeghaz) que íbamos buscando sobre la marcha al llegar a un pueblo o ciudad, con precios que oscilaban entre los 22 y los 45 € por una habitación doble con baño. La relación calidad-precio que obtuvimos fue, en general, bastante buena. Y en la época del año que hicimos este viaje, con muy poco turismo si exceptuamos la ciudad de Budapest, normalmente éramos los únicos huéspedes.
Para viajar a Hungría no hay ninguna vacuna obligatoria y ni siquiera recomendada. Las condiciones sanitarias en el país son bastante aceptables, pero se recomienda viajar, como a cualquier otro país del mundo, disponiendo de alguna póliza o seguro médico que cubra la asistencia sanitaria y, en su caso, los gastos de repatriación.
En Hungría no hay especiales problemas de seguridad o no más que en nuestro país. Por ello, en las zonas más turísticas y en transportes públicos, sobre todo en Budapest, conviene vigilar los bolsos y equipajes de mano por la posible presencia de carteristas. Tampoco hay que dejar en el coche objetos a la vista cuando lo aparquemos. En cualquier caso hay que tomar las precauciones habituales y usar el sentido común, estando siempre vigilantes. Dicho esto esto, nuestra experiencia al respecto fue totalmente positiva y no tuvimos en ningún momento la más mínima inquietud.
En las fechas de nuestro viaje por Hungría, en la primera semana de abril, el tiempo fue típicamente primaveral, bastante cambiante, con algún episodio de lluvia y temperaturas entre frescas por la noche y más cálidas de día, pero en general bastante suaves. El día oscurecía sobre las 19:45 horas.
En Hungría la electricidad es de 220 V y 50 Hz, con un tipo de enchufe equivalente a los que encontramos en España.
En general el acceso a Internet por banda ancha está bastante extendido en Hungría. Es habitual encontrar acceso wi-fi gratuito en centros comerciales y en algunos cafés y bares, sobre todo en Budapest, pero también en pequeñas poblaciones (hay que fijarse en el signo wi-fi a la entrada del local).
El húngaro (o magiar) es la lengua materna del 93% de la población de Hungría y pertenece al grupo de las lenguas Urálicas. Se da la circunstancia de que esta lengua no tiene ningún parentesco con el resto de lenguas de la zona y, de hecho, junto con el estonio y el finés, pertenece al grupo de las lenguas europeas que no forman parte de la familia de lenguas indoeuropeas.
A lo largo de nuestro viaje no tuvimos demasiados problemas para hacernos entender, utilizando sobre todo el inglés. El alemán también parece bastante extendido, sobre todo en la zona del lago Balaton, por lo que en algún caso tuvimos que recurrir a nuestro escaso vocabulario alemán, e incluso italiano, para entendernos con los dueños de alguna pensión.
En cualquier guía podréis encontrar más vocabulario de magiar, pero aquí tenéis unas cuantas palabras útiles: Utca (Calle); Tér (Plaza); Igen (Sí); Nem (No); Kávézó (Cafetería); Étterem (Restaurante); Vendégház (Casa de Huéspedes)
En Hungría rige la misma hora que en la España peninsular.
Hungary, Lonely Planet (en inglés, 6ª edición Junio 2009). Bastante bien en general, y tratándose de una edición tan reciente, en las fechas de nuestro viaje, la información estaba bastante actualizada.
Empezamos este viaje tomando un vuelo de la compañía WizzAir de Barcelona a Budapest. Tras 2 horas de vuelo aterrizamos en la terminal T1 del aeropuerto Liszt Ferenc de Budapest, después de recorrer 1.500 km desde Barcelona. Se da la circunstancia de que este aeropuerto fue rebautizado en el mes de marzo de 2011, ya que su nombre anterior era Ferihegy. La teminal T1 es pequeña y algo vetusta, quizás por ello es la destinada a las compañías de bajo coste.
En la sala de equipajes de esta terminal hay una oficina de cambio de divisas, pero el cambio ofrecido es tan malo que conviene cambiar lo mínimo o esperar, si es posible, a cambiar en otro lugar. Al salir de la terminal encontramos a la persona de la compañía de alquiler de coche contratada que nos debe llevar a la oficina, ya que no disponen de ella en el propio aeropuerto (tal como hemos comentado antes, en el apartado Transporte, el coche lo alquilamos a través de la web Booking.com). En la oficina de esta compañía, situada a sólo 5 km de la terminal T1, formalizamos el contrato de alquiler y salimos con nuestro flamante coche con rumbo a la ciudad de Pécs.
Pero antes, a sólo 500 metros de esta oficina, paramos en un centro comercial Tesco porque nos han dicho que en él hay una oficina de cambio de divisas. Efectivamente, la encontramos y podemos cambiar euros a florines (Ft) a un precio mucho mejor que en el aeropuerto (casi un 20% más).
Desde el sudeste de Budapest tomamos la ruta 4 en dirección a Debrezen, hacia el este, pero al llegar a Cegléd, tras recorrer unos 50 km, nos desviamos y tomamos la 441 hacia Kecskemét. Al llegar a Kecskemét, después de 34 km, tomamos la ruta 52 hasta Donaföldvar (90 km hacia el oeste), donde enlazamos con la ruta 6. Este tramo de la ruta 52 cruza el precioso paisaje que conforma el parque nacional Kiskunság, formado por grandes superficies de hierba y humedales rebosantes de aves.
En Donaföldvar cruzamos el imponente río Danubio a través de un larguísimo puente. Siguiendo la ruta 6 hacia el sur nos reencontramos poco después con el Danubio a la altura de Paks, ya que la carretera serpentea paralela al gran río. Unos 140 km después de Donaföldvar llegamos a Pécs, nuestro destino final por hoy.
La distancia total recorrida en este itinerario ha sido de unos 300 km. Debemos aclarar que la ruta seguida no es ni mucho menos la más corta entre el sudeste de Budapest y Pécs, pero es que nuestra intención inicial era detenernos en Kecskemét, pero luego, sobre la marcha, decidimos continuar hasta Pécs.
Después de preguntar en varios hoteles del centro de Pécs, como el Patria (nos pareció caro), el Aranyhajo Fogado (mejor que el anterior, pero también caro) o el Nap Hostel (sólo había una habitación doble y ya estaba ocupada), nos decidimos por ir a una casa que alguien nos había recomendado en la calle.
Se trata de una casa que dispone de un único apartamento privado enorme, con baño, calefacción, cocina y 4 camas por el que pagamos 3.000 Ft por persona (en total 6.000 Ft, unos 23 €). Esta casa se encuentra en la calle Szepesy Ignac nº 6 (en el exterior de la casa hay un rótulo que pone Apartment), super céntrica porque esta calle desemboca en el lado norte de la plaza Szechenyi, pero a la vez muy tranquila. La casa la lleva la señora Gulyós Gabriella y aunque sólo nos pudimos entender con ella con cuatro palabras de alemán la verdad es que el lenguaje de signos obra maravillas y no tuvimos ningún problema durante la estancia. Muy recomendable.
En cuanto a restaurantes podemos recomendar el restaurante Oázis Ettérem (calle Király, 17), de tipo libanés, o el Az Elefanthoz (plaza Jokai, 6). Para desayunar un buen lugar es el Café Semiramis (c/ Király, 33, delante de la iglesia de San Esteban).
PÉCS (pronunciado Pics es una ciudad situada en el sudoeste de Hungría, cerca de la frontera con Croacia. Durante sus 2.000 años de historia Pécs siempre ha sido una ciudad multicultural, donde se han fundido pueblos y culturas de distintas procedencias. Tanto es así que en 1998 la UNESCO le dio a la ciudad el premio Ciudades Por la Paz gracias a su esfuerzo por preservar las culturas minoritarias y también por su actitud tolerante y de ayuda a los refugiados de la guerra de los Balcanes.
En 2010, el año de nuestra visita a la ciudad, esta había sido elegida como Capital Europea de la Cultura, junto a Essen (Alemania) y Estambul (Turquía). Y ello propició que encontráramos un gran número de obras en marcha en el centro de la ciudad, con renovación de plazas, calles y lugares públicos, así como la creación de centros cultura- les, una sala de conciertos o una biblioteca.
Debido a su larga y rica historia, así como a la cantidad y calidad de bellos edificios y rincones que atesora, Pécs es una de las ciudades húngaras más interesantes de visitar. Además es una ciudad tranquila y agradable para recorrer a pie. Y por último, pero no menos importante, Pécs es la ciudad húngara donde hay más y mejor arquitectura turca, testimonio de sus 150 años de ocupación otomana.
Alrededor de Széchenyi Tér, la plaza principal de la ciudad, encontramos algunos bonitos y grandes edificios barrocos, pero lo que más sorprende en ella es la antigua mezquita Gazi Kasim, ahora consagrada como iglesia católica, aunque permanecen visibles en ella algunos elementos islámicos (en el interior es posible ver algún fresco del s. XVI con pasajes del Corán). Fue construida por los turcos en el s. XVI y es el mayor edificio construido durante la época de ocupación otomana que aún queda en pie en Hungría. Destaca en el centro de la plaza por su cúpula verde de cobre oxidado. En un lado de la plaza está el Museo Arqueológico Janus Pannonius, situado en un bonito edificio del s. XVII. En el lado sur de la plaza está, junto a una columna, la fuente Zsolnay, de porcelana.
En la calle peatonal Király, al este de Széchenyi, hay también bonitos edificios, como el Teatro Nacional de Pécs, en un edificio neo-rococó. También el Hotel Palatinus, la iglesia de San Esteban o el Museo Marzipan. Unos 250 m. al sur de Széchenyi está la plaza Kossuth Tér, donde destaca el Ayuntamiento, en un llamativo edificio de finales del s. XIX de estilo ecléctico, y la Sinagoga, en un edificio de estilo romántico de 1869. Esta última es visitable, pero estaba cerrada en las fechas de nuestro viaje.
Siguiendo la calle Janus Pannonius desde la esquina noroeste de Széchenyi nos dirigimos hacia la zona donde se encuentra Dom Tér, pero unos 100 m. antes de llegar nos detenemos en la ...
Necrópolis paleocristiana de Pécs (Sopianae) (declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 2000). Se trata de un excepcional conjunto de tumbas ornamentadas del s IV situadas en el que fue cementerio de la ciudad romana de Sopianae, la actual Pécs. Estos sepulcros poseen un gran valor estructural y arquitectónico, porque fueron excavados bajo tierra como cámaras funerarias y encima de ellos se construyeron capillas funerarias. También poseen un valor artístico importante porque están ricamente ornamentados con excelentes pinturas murales de temática cristiana.
A través del muy recomendable Cella Septichora Visitor Centre (entrada: 1.200 Ft ó 600 Ft con carné ISIC) se pueden visitar varias de esas tumbas, aparte de ver paneles explicativos, exposiciones y todo tipo de material multimedia sobre la necrópolis.
Ya en Dom Tér visitamos la gran e interesante Basílica (Székesegyház), la cual data del s. XI, pero que fue mayormente renovada en 1880. Vale la pena recorrer su interior para ver sus bonitas capillas. Junto a la basílica encontramos el Palacio del Obispo, un bonito edificio del s. XVIII. En uno de sus balcones hay una curiosa estatua de Franz Liszt. Desde aquí podemos seguir un tramo de la antigua muralla de la ciudad hasta llegar a la barbacana (s. XV), la única torre defensiva que queda en pie de la muralla de Pécs. Junto a ella hay un precioso jardín. Lo cierto es que toda la parte vieja de Pécs es muy bonita y repleta de plácidos rincones.
Desde Dom Tér vamos hacia el este por la calle Káptalan, donde hay varios interesantes museos, como la Modern Art Hongarian Gallery y Ferenc Martyn Museum o el Zsolnay Porcelain Museum. En la calle Rakóczi, unos 500 m. al oeste de Széchenyi, hay una mezquita, construida por Yakovali Hassan, y que es la única de Hungría que aún conserva su minarete.
La ruta que seguimos para ir de Pécs, en el sur de Hungría, a Keszthely, en el extremo noroeste del lago Balaton, supone una distancia de 162 km y empleamos 2 horas y 45 minutos en recorrerla, sin prisas y disfrutando del paisaje.
Salimos de Pécs hacia el oeste por la ruta 6 y al llegar a la población de Szigetvár (31 km) nos desviamos por la ruta 67 hacia el norte hasta llegar a Kaposvár (40 km). Aquí tomamos la ruta 61 hacia el oeste hasta Bohönye (34 km), donde viramos nuevamente hacia el norte para tomar la ruta 68, la cual pasa por Kéthely y finaliza en una rotonda (44 km) donde se cruza con la ruta 7 que va de este a oeste. Ya hace rato que vemos el enorme lago Balaton en el horizonte, al cual nos vamos acercando km a km.
En esta rotonda seguimos recto para tomar la ruta 76 y tras recorrer 7,8 km y pasar por la pequeña localidad de Balatonszentgyörgy tomamos la ruta 71 a la derecha, ahora ya circulando por la orilla oeste del lago, y tras recorrer otros 9 km llegamos a Keszthely, nuestro destino final por hoy. Antes de llegar a Keszthely cruzamos el Balaton-felvidéki Nemzeti Park, un parque nacional formado por una enorme zona de humedales de gran importancia ecológica.
En Keszthely nos alojamos en la Pensión Erika (c/ Ady Endre, 14-16 - Keszthely; tel: +36/83/314-591), en realidad unos bonitos apartamentos que están a sólo 10 minutos andando del lago Balaton. Aquí pagamos 45 € por una habitación doble, con baño y desayuno bufé incluido. Este sitio está muy bien, aunque de todos modos en Keszthely hay una gran oferta de alojamiento (hoteles, apartamentos o casas que ofrecen habitaciones, indicadas aquí en alemán con el rótulo Zimmer frei).
Para comer recomendamos el restaurante de la pensión Párizsi Udvar (c/ Kastély, 5 - Keszthely), situado junto a la entrada del castillo de Festetics. Aquí cenamos rodeados de unos cuantos alemanes, la nacionalidad más presente, con diferencia, en esta zona de Hungría. Para tomar algo recomendamos el Pelso Café (c/ Kossuth Lajos, 38 - Keszthely, situado muy cerca de la iglesia de Fo ter), un sitio moderno, muy animado y con conexión wi-fi.
Para comer en Sümeg recomendamos el hotel-restaurante Kisfaludy, situado en un bonito edificio de la calle principal (c/ Kossuth Lajos, 13): el lugar es muy acogedor, la comida muy buena y los precios muy razonables. Y eso que tardaron una eternidad en servirnos la comida (unos 40 minutos) sin una causa aparente que lo justificase.
KESZTHELY. La población de Keszthely, con poco más de 21.000 habitantes, está situada en la orilla noroeste del lago Balaton. A diferencia de otras poblaciones turísticas del lago Balaton, Keszthely continúa siendo un lugar con clase, de otra época, gracias a su ambiente tranquilo, su ubicación entre las montañas y el lago y, como no, al fantástico Palacio de Festetics y las casas señoriales que aún vemos en algunas de sus calles. Por todo ello recomendamos Keszthely no sólo cómo lugar de visita si no también para alojarse.
• Palacio de Festetics. Es un gran palacio de estilo neo-barroco cuya construcción comenzó en 1745 a cargo de uno de los condes de Festetics y finalizó unos 140 años después, triplicando su tamaño original. El edificio sobrevivió milagrosamente a la destrucción de los alrededores durante la Segunda Guerra Mundial. Se encuentra situado en el extremo norte del núcleo urbano de Keszthely, al final de la calle Kassouth Lajos.
Desde 1974 este palacio alberga un museo independiente, el Helikon Castle Museum. La entrada para visitar el palacio/museo cuesta 2.000 Ft (la mitad con carné ISIC).
Como ya habíamos visto numerosos palacios y castillos similares a éste, más que el edificio en sí nos impresionó su extraordinaria biblioteca Helikon, la cual contiene más de 100.000 volúmenes perfectamente ordenados por materias y es la única de tipo aristocrático que sobrevive en Hungría.
También vale la pena pasear por sus bonitos jardines, creados en el s. XIX siguiendo un estilo inglés de paisajismo natural. En ellos encontramos unas cuantas estatuas. En verano se hacen conciertos al aire libre.
• Centro de Keszthely. En Fö tér hay algunos bonitos edificios, como el Ayuntamiento, de estilo gótico tardío, o la antigua iglesia franciscana. Delante de la iglesia hay una gran estatua del conde György Festetics. También vale la pena recorrer la calle peatonal Kassouth Lajos hasta llegar a la entrada del palacio de Festetics. Por último, un paseo desde el centro, cruzando el parque Helikon, nos conduce a la orilla del lago Balaton, junto al embarcadero de donde parten las embarcaciones turísticas que recorren el lago.
Héviz. El principal interés turístico de la pequeña población de Hévíz, situada a menos de 8 km al oeste de Keszthely, es su lago termal y su famoso spa, por lo que se ha desarrollado una floreciente industria del turismo de salud en la zona.
El lago Hévíz es, con 47.500 m2, el segundo mayor lago termal del mundo y el mayor de Europa. En verano la temperatura media del agua del lago es de 32ºC, mientras que en invierno raramente baja de los 25ºC. Las fuentes subterráneas que alimentan el lago son tan potentes que se cree que renuevan todo el agua del lago cada 24 horas. En las orillas del lago hay un fango ligeramente radiactivo que se usa en el tratamiento de enfermedades de las articulaciones y de desórdenes nerviosos. El contenido mineral del agua del lago hace que esta tenga un ligero olor a sulfuro y que esté indicada para multitud de enfermedades, pero su alta concentración motiva que no sea recomendable pasar más de 20 minutos seguidos dentro del agua.
En cuanto al spa, el Spa Hévíz y el Hospital Szent András, es un complejo balneario y médico situado junto al lago Héviz. Además de la zona de baño exterior, en el mismo lago y al cual se accede a través de unas pasarelas de madera, hay piscinas cubiertas. Hasta aquí llegan visitantes de todo el mundo para disfrutar de las aguas y tratamientos, más como una necesidad que como un lujo. Entre los tratamientos ofrecidos hay packs de fango, terapias de relajación, masaje subacuático y tradicional, baños y muchos más.
Se puede acceder al spa por un precio a partir de 2.400 Ft (válido para 3 horas), pero hay numerosos bonos y tarifas en función de los servicios deseados y el tiempo que deseemos pasar en el spa. Sólo es necesario llevar el traje de baño, ya que el resto de accesorios de baño se puede comprar o alquilar.
Sümeg. La población de Sümeg se encuentra a unos 20 km al norte del lago Balaton y a unos 30 km de Keszthely por carretera vía Héviz. Sümeg es conocida principalmente por su fortaleza, que por otra parte es la mejor conservada de todo Hungría. Pero en el pequeño núcleo urbano podemos encontrar otros puntos de interés.
• Fortaleza de Sümeg. Este castillo-fortaleza fue construido hacia mediados del s. XIII, tras vivir aquí un tiempo el rey Béla IV durante la invasión de los mongoles (1241-1242), y fue ampliado varias veces en los siglos sucesivos. También fue sede episcopal durante 200 años. La fortaleza, de 125 metros de largo por 80 de ancho, está enclavada sobre una colina rocosa que emerge de la llanura circundante, por lo que las vistas desde ella son magníficas.
Detrás de la fortaleza hay un aparcamiento donde dejar el coche. Desde aquí se puede subir hasta la entrada a la fortaleza por un bonito y fácil camino de subida, pero también existe la posibilidad de subir en una furgoneta (400 Ft/persona), aunque no vale la pena excepto a menos que tengamos algún problema de movilidad. La entrada al castillo, situada en la puerta exterior, cuesta 1.500 Ft. Tras cruzar esta puerta un camino que sigue la muralla nos lleva a una puerta interior que desemboca en un gran patio. Dentro hay un pequeño museo que explica la historia de la fortaleza y muestra antiguos instrumentos de castigo, así como una colección de armas y carruajes.
Tras visitar la fortaleza nuestra opinión personal es que no vale la pena pagar el precio de la entrada, ya que su mayor interés son las vistas que ofrece sobre los alrededores, pero estas también podemos disfrutarlas a lo largo del camino de subida a la fortaleza.
• Centro de Sümeg. En el centro de esta población el principal punto de interés debería ser la iglesia de la Ascensión, ubicada en un edificio de 1757 cuya verdadera joya son unos extraordinarios frescos pintados por F. A. Maulbertsch en su interior, con escenas del Nuevo y Viejo Testamento, y que están considerados los frescos barrocos más bonitos de Hungría. La entrada es gratuita. Otros sitios interesantes son la iglesia franciscana, del s. XVII, o el Palacio Episcopal, un edificio barroco acabado en 1755 y que ahora necesita una restauración urgente. Y en la casa natal de Sándor Kisfaludy (1772-1844), el llamado poeta del Balaton, hay un museo dedicado principalmente a narrar su vida y obra. Las tumbas del poeta y de su esposa, Róza Szegedy, están en el cementerio local.
Salimos de Keszthely por una carretera local hacia el norte porque en nuestra ruta hacia la península de Tihany, junto al lago Balaton, damos un pequeño rodeo para visitar la interesante población de Sümeg (ver apartado anterior). El trayecto entre Keszthely y Sümeg, vía Zalaszántó y Bazsi, supone unos 30 km.
Acabada la visita a Sümeg salimos de esta población por la ruta 86 hacia el sur y al llegar a Lesencetomaj, unos 15 km después, nos desviamos a la izquierda hacia Tapolca. Rodeamos esta población y tomamos una carretera local hacia el sur que, unos 9 km después, antes de llegar a Badacsony, enlaza con la ruta 71, la cual va bordeando el lago Balaton por su lado norte. En toda esta zona vemos una gran cantidad de viñedos.
Seguimos otros 40 km por esta ruta 71, siempre en dirección este y cruzando varias poblaciones cuyo nombre comienza por Balaton, hasta llegar a Balatonfüred, donde teníamos pensado pasar la noche. Pero cuando llegamos a ella nos agobió ver tanto hotel y servicio turístico de todo tipo (nos recordó una ciudad muy turística de la costa mediterránea) que decidimos volver unos pocos kilómetros hacia atrás (unos 8 km) para ir a la pequeña población de Tihany, situada en la península de igual nombre. El trayecto por carretera desde Sümeg a Tihany es de unos 74 km siguiendo la ruta indicada, pero sin contar el rodeo a Balatonfüred.
En Tihany nos alojamos en Sarokház (c/ Csokonai, 12 - Tihany; tel. 00 36 87/448-149), una bonita casa, pintada de color amarillo, regentada por Aradi István y su esposa. Está en el centro del pueblo, en una calle que discurre paralela a la carretera que va hacia el puerto, pero por debajo de esta. Nos quedamos una habitación muy bonita, grande y nueva, con baño privado, TV, wi-fi y buenas vistas a Belsö-tó, un pequeño lago interior, y a lomas de origen volcánico. Y todo por 7.000 Ft (unos 26 €).
Recordad que para encontrar este tipo de alojamiento hay que fijarse en las casas con rótulos que ponen Szoba kiadó o Zimmer frei.
Teniendo en cuenta que Tihany es un pueblo muy pequeño y que era temporada baja cuando estuvimos allí no sorprenderá si decimos que la oferta de restaurantes era muy escasa. De hecho sólo encontramos un par de ellos abiertos, pero finalmente nos decidimos por la pizzería-bar Steg (c/ Kossuth Lajos, 18 - Tihany), donde comimos muy bien y en un ambiente animado y agradable (parecía estar todo el pueblo cenando aquí). Fue un verdadero acierto, Otra opción hubiera sido coger el coche e ir a buscar un restaurante por la península e incluso a Balatonfüred, donde probablemente haya mucha más oferta.
TIHANY. Esta pequeña población húngara se encuentra situada sobre la costa este de la península de Tihany. Esta península está en la orilla norte del lago Balaton y se adentra unos 5 km en el lago. El centro de Tihany se encuentra encaramado unos 80 metros sobre el nivel del lago. Gracias a su famosa iglesia-abadía, de gran significado histórico y artístico en la región del lago Balaton, y a sus resorts vacacionales junto al lago, perece ser que en verano Tihany, que por otra parte es un callejón sin salida, se llena hasta los topes de visitantes. Por suerte, en las fechas de nuestra visita, totalmente fuera de temporada, no había prácticamente nadie.
Su principal punto de interés es la iglesia y convento de la Abadía Benedictina. La abadía fue fundada en el año 1055 por András I, el cual está enterrado en la cripta de la abadía, pero la iglesia actual fue reconstruida en estilo barroco en 1754. Se da la circunstancia de que Carlos I, el último emperador de Austria de los Habsburgo, estuvo prisionero aquí durante una breve etapa tras su intento de acceder otra vez al trono de Hungría. Vale mucho la pena visitarla porque en el interior de su iglesia barroca podremos admirar excelentes obras del arte barroco centroeuropeo, como frescos (pintados por Károly Lotz) o tallas en madera en altares y púlpitos. Al atardecer se ilumina la parte exterior de la iglesia y es una bonita imagen.
También es muy interesante el llamado paseo Pisky, un agradable camino entre jardines que discurre por el borde de un acantilado con excelentes vistas sobre Balatonfüred y todo el lado oriental del lago Balaton. Este paseo arranca del lado norte de la abadía y llega hasta Visszhang-hegy (Colina del Eco), un lugar donde si se grita en dirección a la Abadía se obtiene un eco. Por el camino encontramos el Open-Air Folk Museum, un museo que muestra las costumbres y forma de vida locales.
Si se dispone de más tiempo en la zona hay unas cuantas caminatas muy interesantes que recorren los puntos de interés naturales, históricos y paisajísticos de la península de Tihany. Se puede obtener un mapa con las rutas en TourInform (calle Kossuth, 20), la oficina de turismo de Tihany. Cada una de las rutas se identifica con un color y todas ellas parten de la Abadía Benedictina.
Balatonfüred. La población de Balatonfüred está situada en la orilla norte del lago Balaton y es uno de las principales centros turísticos que hay alrededor del lago, además de ser el más antiguo, al menos en la orilla norte. Balatonfüred es popular por su clima, de rasgos similares al mediterráneo, y por sus aguas termales con contenido de ácido carbónico. Pero gracias a la parte vieja de Balatonfüred este no es un sitio turístico como tantos otros, ya que en esta ciudad se mantiene la elegancia de sus edificios y calles.
Y es que el desarrollo urbano real de Balatonfüred empezó en el s. XVIII, cuando se convirtió en un lugar de encuentro de políticos progresistas y artistas. De esa época quedan varios monumentos nacionales, importantes edificios y numerosas tradiciones. Por eso, si juntamos la elegancia barroca de la parte vieja, sus bonitos paseos y avenidas arboladas, y las bonitas vistas de la península de Tihany desde la orilla del lago, no sorprende que Balatonfüred goce de tanta popularidad como destino vacacional en el lago Balaton, tanto para húngaros como para extranjeros.
• Centro histórico de Balatonfüred. Nuestra visita a Balatonfüred coincidió con una lluvia persistente, lo cual nos hizo ir más rápidos de lo que el lugar realmente merece. Aparcamos el coche en la calle Blaha Lujza, muy cerca de la iglesia Redonda, en un bonito edificio de estilo neoclásico que fue construido en 1846. Desde aquí, ya andando, seguimos por la misma calle hacia el este y pasamos junto a la preciosa villa de Blaha Lujza (en el nº 4), la cual data de 1861 y tiene la particularidad de que en ella pasó varios veranos la cantante y actriz húngara Blaha Lujza. Ahora la villa lo ocupa el hotel Blaha.
La calle acaba en la plaza Gyógy tér. En mitad de esta plaza está la Kossuth Lajos Pump House, un edificio de 1853 que alberga una fuente de agua termal ligeramente sulfurosa que se puede beber. En el lado este de la plaza destaca el gran edificio del Hospital Estatal de Cardiología, construido entre 1869 y 71, y en el que se han curado famosos políticos, científicos o poetas, como por ejemplo el premio Nobel indio Rabindranath Tagore, el cual se curó aquí en 1926 gracias a las aguas termales que se usan en este hospital.
En el lado norte de Gyógy tér está el Panteón Füred, un memorial con placas de artis- tas, escritores y científicos con algún tipo de relación con Balatonfüred. Otros bonitos edificios alrededor de la plaza Gyógy tér son el que hoy ocupa el Anna Grand Hotel o la Casa Horváth, construida en 1798 en estilo barroco tardío.
Y al sur de Gyógy tér encontramos el agradable Paseo Tagore, una gran zona verde y llena de árboles situada junto al lago. Su nombre lo debe al poeta indio Rabindranath Tagore, que tal como dijimos antes se sanó aquí en 1926. Al principio del paseo hay un busto de Tagore, pero a lo largo de este mismo paseo hay unas cuantas estatuas más. En la calle Jokai también hay varias y preciosas villas de época, como la Villa Dory (c/ Jokai, 28), hoy un hotel sobre el edificio que fue reconstruido en 2004. Y por último recomendamos entrar en Kedves (c/ Blaha Lujza, 7), una cafetería y pastelería con muchísimo encanto e historia, ya que aquí pasaba horas y horas la actriz Blaha Lujza.
Balatonfüred está a unos 9 km de Tihany por carretera. Desde el centro de Tihany bajamos hasta Lepke sor (siguiendo las indicaciones hacia el puerto), la carretera que bordea el lago, y la seguimos en dirección oeste sin abandonar la orilla del lago. Unos 4 km después enlazamos con la ruta 71 y la tomamos a la derecha. Al llegar a la entrada de Balatonfüred seguimos las indicaciones hacia el centro.
En nuestra ruta desde Tihany, junto al lago Balaton, hasta Györ, situada casi sobre la frontera norte con Eslovaquia, recorrimos un total de 149 km, con varias paradas en el camino para realizar interesantes visitas.
Salimos de Tihany en dirección a Balatonfüred, pero en vez de hacerlo por la carretera que va por el interior de la península y por la que vinimos el día anterior, lo hacemos por Lepke Sor, la carretera que va pegada a la orilla norte de la península (y por tanto tenemos el lago Balaton a nuestra derecha). Esta carretera desemboca en la ruta 71, ya casi a la entrada de Balatonfüred. De Tihany a Balatonfüred son 10 km por esta ruta.
Dejamos Balatonfüred tomando la ruta 71 hacia el este, pero al cabo de 2 km nos desviamos a la izquierda para tomar la ruta 73 hacia el norte y que nos conduce directamente a la preciosa ciudad de Veszprém, a sólo 16 km. Acabada la visita a Veszprém salimos por la ruta 8 hacia el noroeste y al cabo de 14 km nos detenemos en Herend para visitar su conocida factoría de porcelana Herend.
Y finalizada esta interesante visita continuamos viaje por la misma ruta 8 hasta llegar a Városlöd, donde enlazamos con la ruta 83 hacia el norte y llegamos a Györ tras recorrer unos 61 km desde Herend vía Pápa. Pero si no se piensa visitar Herend el camino más rápido y directo entre Veszprém y Györ es a través de la ruta 82 vía Zirc (78 km).
En Györ nos alojamos en la pensión Katalinkert (c/ Sarkantyú köz, 3 - Györ; tel. 0036-96/542-087), donde pagamos 10.500 Ft por una habitación enorme, con baño privado, wi-fi y un buen desayuno incluido. El sitio está bastante bien y es muy céntrico, cosa interesante en esta ciudad para no tener que coger el coche. La señora que nos atendió en la pensión, como no, sólo hablaba alemán.
Para comer en Györ podemos recomendar el café-restaurante Patio (en c/ Baross Gábor, 12), el cual sirve excelente comida húngara, aunque los precios son algo más caros que la media.
GYÖR (pronunciado Guíor). La ciudad de Györ, la más importante del noroeste húngaro, está situada a medio camino entre Viena y Budapest, cerca de las fronteras con Eslovaquia y Austria. Está considerada la segunda ciudad de Hungría en cuanto a riqueza histórica y monumental, sólo tras Budapest, y todo gracias a su centro histórico, de estilo barroco, sometido recientemente a un importante trabajo de reconstrucción. En él encontramos iglesias, palacios, museos, callejones, etc... y con el añadido de que es bastante compacto y se puede recorrer perfectamente a pie.
• Centro histórico de Györ. Nosotros empezamos la visita a Györ en Kaptalan-Domb, la parte más antigua de la ciudad y situada sobre una pequeña elevación, llena de calles adoquinadas y tranquilos callejones. Aquí destaca la Basílica, un edificio cuyo exterior es una mezcla de estilos de varias épocas, mientras que en su interior es eminentemente barroco. Si algo destaca en él es el Relicario de László, una obra de orfebrería de valor incalculable que fue creada a principios del s. XV para la ceremonia de canonización del rey Ladislaus I. Se encuentra en la Capilla Héderváry, dentro de la Basílica.
No muy lejos de aquí está el Tesoro Diocesano y Biblioteca, un museo que no visitamos. Y en el lado opuesto a la Basílica vemos los restos del Castillo del Obispo, una fortaleza del s. XIII que no se podía visitar. Tomando Gutenberg tér desde el lado este de la Basílica pasamos junto a la Arca de la Alianza, una gran estatua que data de 1731 y que está considerado el monumento barroco más bonito de Györ. Y en la barroca plaza Bécsi kapu destaca la iglesia Carmelita, construida en 1725.
Y así llegamos a Széchenyi tér, una enorme plaza en la que se celebraba el mercado en la Edad Media. En su lado sur destaca la iglesia de San Ignacio de Loyola, de 1641. Y al lado está el Museo Farmacia Széchenyi, en realidad una farmacia aún activa que fue establecida por los jesuitas en 1654. Vale la pena entrar (entrada gratuita) para admirar sus fantásticos frescos en paredes y techos. En el lado sur hay un par de museos, el Museo Janos Xánthus (muestra la historia de Györ y alrededores desde la Antigüedad hasta nuestros días) y la Colección Imre Patkó (obras de arte de Hungría y la Europa Occidental del s. XX, así como una colección etnográfica de África y Oceanía desde el x. XVI).
Unos 200 m. al sudeste de Széchenyi tér, en el nº 20 de la calle Lizst Ferenc, está el precioso Palacio Zichy, donde se puede visitar gratuitamente una muestra de muñecas y mobiliario del s. XIX, aunque ya sólo por ver el edificio, del s. XVIII, vale la pena la visita. La calle Baross Gábor, una agradable y animada calle peatonal, es el eje de la ciudad barroca de Györ, y en ella abundan cafés, restaurantes, tiendas, etc. Y para acabar, yendo al oeste por el puente sobre el río Rába, llegamos a la Sinagoga, un precioso edificio de cúpula octogonal y con un interior muy elaborado.
Abadía Benedictina de Pannonhalma (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996, conjuntamente con su entorno natural). Esta abadía es unos de los monumentos históricos más antiguos que encontramos hoy día en Hungría.
Fue fundada en el año 996, cuando se establecieron aquí los primeros monjes benedictinos, los cuales evangelizaron a los húngaros, fundaron la primera escuela del país y escribieron el primer texto en lengua magiar (año 1055). Desde su fundación, la comunidad monástica se dedicó a la difusión de la cultura en Europa Central. La historia milenaria del monasterio se puede leer en la sucesión de estilos arquitectónicos de sus edificios, que hoy en día siguen albergando a la comunidad religiosa, así como una escuela. El edificio más antiguo de los existentes data del año 1224.
Entre sus principales puntos de interés para el visitante destacamos la Basílica y la Cripta (construida en el s. XIII), la Porta Speciosa y los Claustros, la enorme e impresionante Biblioteca con 400.000 volúmenes, o el Refectorio barroco (s. XVIII), entre otros. La visita a la abadía debe hacerse mediante un tour guiado que dura unos 80 minutos y cuesta 1.800 Ft/persona (850 Ft con carné ISIC).
La Abadía Benedictina de Pannonhalma se encuentra situada sobre una colina (282 metros de altura), por lo que es visible desde lejos. Está a una distancia de 20 km al sur de Györ y para llegar a ella desde esta ciudad hay que tomar la ruta 82 hasta llegar a Écs, donde hay que desviarse por una carretera local que en 4 km conduce al centro de Pannonhalma, la pequeña población situada a los pies de la abadía. Desde aquí, y siguiendo otros 1'5 km, una carretera sube hasta el aparcamiento que hay a la entrada de la abadía.
Veszprém (pronunciado Vesprím). La ciudad de Veszprém es una de las áreas urbanas más antiguas de Hungría y por tanto con un importante papel en la historia del país. A causa de la gran destrucción que sufrió la ciudad durante el periodo de ocupación otomano la mayor parte de edificios que podemos ver hoy día en el centro histórico de Veszprém son de los siglos XVIII, XIX y principios del XX.
La mejor forma de recorrer el centro histórico de Veszprém es a pie. La página web Walking ways of Veszprém propone 6 interesantes rutas a pie que recorren tanto el centro histórico como sus alrededores, teniendo siempre el castillo como punto de referencia.
Si no se dispone de mucho tiempo y hay que escoger sólo una ruta, esta debería ser la que recorre la calle Vár por el antiguo castillo, con inicio en Óváros tér. Esta plaza era el antiguo mercado medieval y estaba a los pies del castillo. Ahora en ella podemos disfrutar de numerosos edificios de estilos barroco tardío y art-nouveau, como por ejemplo la Casa Pósa, el Ayuntamiento, la Aduana o la Casa China.
Del lado noroeste de la plaza arranca la Vár útca, una calle adoquinada que sube hacia el castillo. Poco después encontramos la Puerta de los Héroes, una bonita entrada construida con los restos de la puerta del castillo del s. XV. A la izquierda se levanta la Torre de vigilancia de incendios, de 48 m. de altura, a la que se puede subir (300 Ft/persona) para ver bonitas vistas. Continuando por la calle Vár vamos encontrando otros bonitos e interesantes edificios, como la iglesia Piarista, el Palacio del Obispo, la Capilla Gizella, la Catedral de San Miguel o la Capilla de San Jorge (algunos de ellos son visitables).
Y al final de la calle Vár llegamos al lugar conocido como Fin del Mundo, un mirador sobre la muralla con magníficas vistas sobre los valles y colinas circundantes. En este punto hay unas estatuas del rey Stephen y la reina Gizella, erigidas en 1938 para conmemorar el 900 aniversario de la muerte de ese rey.
En resumen, se trata de una ruta muy recomendable que bien merece detenerse en Veszprém. En el nº 4 de la calle Vár está la oficina de turismo de Veszprém, donde es posible obtener folletos y mapas de la ciudad. Y por último, para comer en Veszprém recomendamos el restaurante Café Piazza (plaza Óváros tér, 4).
Veszprém se encuentra unos 18 km al norte de Balatonfüred, en la ruta por carretera hacia Györ. Al llegar a la ciudad fuimos siguiendo las indicaciones hacia el centro y conseguimos aparcar el coche en la mismísima plaza Óváros tér.
Herend. La historia de la pequeña población de Herend se remonta a la época romana, pero si por algo es conocida mundialmente es por su longeva tradición como excelente centro manufacturero de porcelana.
Y por este motivo nosotros nos detuvimos en Herend, para visitar su archifamosa factoría de porcelana Herend. Esta factoría fue fundada en 1826 y hoy día es una de las mayores fábricas de cerámica del mundo, estando especializada en porcelana de lujo pintada a mano y dorada. En la segunda mitad del siglo XIX fue proveedora de la dinastía de los Habsburgo y tenía clientela aristocrática en toda Europa. De hecho, muchos de sus modelos clásicos aún están en producción. Exporta a más de 60 países de todo el mundo.
Para esta visita nosotros escogimos la entrada combinada que permite conocer el proceso de fabricación de la porcelana Herend, a través de una visita guiada personalizada, además de visitar el Museo de la Porcelana. El precio de esta ticket combinado es de 1.700 Ft/persona e incluye un café, té o refresco en el bonito Apicius Café al final de la visita. También hay una entrada de 500 Ft para visitar sólo el museo. El horario de visita es de 9:30 a 17:00 o 18:00 dependiendo de si es horario de invierno o de verano respectivamente. La última visita guiada sale 1 hora antes de la hora de cierre.
La visita guiada para ver in situ el proceso de fabricación de la porcelana Herend dura unos 40 minutos y tiene lugar en la llamada minifactoría, una copia en miniatura de la factoría real. Aquí nos enseñan paso a paso como se crea, pinta y decora la porcelana de Herend. La verdad es que disfrutamos mucho de las explicaciones y de poder ver en primer plano como se crean los exclusivos productos Herend.
El Museo de la Porcelana Herend, por su parte, ocupa dos plantas de un edificio de estilo clásico, y en él encontramos desde las primeras piezas que produjo Herend en el s. XIX a las más destacables en toda la historia de la factoría, bien sea por su tamaño, técnica, decoración u otras características.
Herend está a unos 13 km al noroeste de Veszprém siguiendo la ruta 8 que va hacia Györ vía Városlöd y Pápa (ruta 83). La factoría de porcelana Herend está junto a la carretera, a la entrada del pueblo, por lo que no tiene pérdida.
Salimos de Györ hacia el nordeste por la ruta 1. Unos pocos km más adelante, antes de llegar a la población de Gönyü, esta carretera vira al este y va al encuentro del río Danubio, el cual nos acompañará ya el resto del trayecto. Aquí, y ya durante muchos kilómetros, el carismático río Danubio sirve de frontera entre Eslovaquia y Hungría. En Gönyü paramos a comer en el restaurante-pensión Anker, situado junto a la ruta 1, donde disfrutamos de una comida casera típicamente húngara (buenísimo el guisado de ternera con paprika).
Recorridos unos 50 km desde Györ, y pasado el pequeño núcleo de Almasfüzitö, dejamos la ruta 1 para enlazar con la ruta 10, la cual discurre aún más pegada al Danubio si cabe. Y unos 10 km antes de llegar a Esztergom, en la población de Tát, la ruta 10 se transforma en la 11, la cual nos conduce directamente a la ciudad de Esztergom, nuestro destino final en esta jornada.
Siguiendo esta ruta son 93 km desde Györ a Esztergom. Y la distancia entre Esztergom y Budapest es de 48 km por la ruta 10.
En Esztergom nos alojamos en la casa de huéspedes Székely (c/ Jókai, 41 - Esztergom; tel. 06 70/9 459-798). Pagamos 7.820 Ft (unos 30 €) por una habitación doble con baño privado, wi-fi gratis y aparcamiento para el coche. Su propietaria, Linda, es muy simpática y atenta en todo. Muy recomendable. Este alojamiento se encuentra situado en la zona sur de la ciudad, a 1.5 km de la Basílica.
En el bar-cafetería Napos Oldal Kavézo (Széchenyi tér, 24 - Esztergom) se puede comer un tentempié, desayunar o simplemente tomar algo. Y para un café y pasta a media tarde o para el desayuno nada mejor que la Szamos Cukrázsda (c/ Vörösmarty, 2 - Esztergom).
ESZTERGOM. La ciudad de Esztergom se encuentra a unos 46 km de distancia al noroeste de Budapest, la capital húngara, y está situada en la orilla derecha del río Danubio, el cual forma aquí frontera con Eslovaquia. Esztergom fue la capital húngara desde el s. X hasta mediados del XIII, cuando el rey Béla IV de Hungría movió la capital real a Buda, en la actual Budapest.
Esztergom ofrece numerosos puntos de interés al visitante gracias a su gran patrimonio cultural y artístico, secular y religioso, pero sin duda el más visible de todos es su enorme Basílica, la mayor de todas las iglesias en Hungría,y el edificio más alto del país, con sus 118 m. de largo, 49 m. de ancho y una altura total de 100 m. Es visible desde muchos kilómetros a la redonda. El edificio actual fue construido entre 1822 y 1856. En el interior quizás lo que más destaca es la Capilla Bakócz, construida por maestros italianos en1506-1507 con mármol rojo, donde encontramos paredes adornadas con motivos renacentistas de la Toscana. Por otra parte, la enorme pintura que hay sobre el altar mayor, con unas dimensiones de 13.5 por 6.6 metros, está considerada la más grande del mundo pintada sobre un solo lienzo. También hay una gran cripta donde están enterrados los últimos arzobispos. Pagando 250 Ft se puede subir hasta la cúpula (72 m. de altura) para disfrutar de las vistas sobre la ciudad, el Danubio y los alrededores.
En la misma colina donde se encuentra la Basílica, llamada Colina del Castillo, se encuentra el Museo del Castillo (entrada: 800 Ft), situado sobre los restos del que fue el Palacio Real (s XII) y que muestra restos arqueológicos de la zona. A los pies de la colina y junto a la orilla del llamado Pequeño Danubio, un afluente del río Danubio, se encuentra el llamativo barrio de Viziváros, formado por edificios de colores pastel, como el que aloja el Museo Balint Balassi o la iglesia Viziváros Plevania, ambos del s. XVIII, o el antiguo Palacio del Obispo, el cual aloja ahora el Museo Cristiano. En resumen, vale la pena vagar por las calles de Viziváros para descubrir los bellos rincones que atesora, incluidos los bellos jardines que hay junto al río.
También es muy recomendable cruzar a pie el puente Mária Valéria sobre el río Danubio y que sirve de frontera con Eslovaquia (al otro lado se encuentra la ciudad eslovaca de Stúrovo), porque desde el lado eslovaco hay unas magníficas vistas sobre Esztergom en general y la colina del Castillo y la Basílica en particular. Al principio del puente hay una pequeña oficina de cambio de moneda.
Abandonamos Esztergom siguiendo la ruta 11 hacia el nordeste. La carretera continúa bordeando el río Danubio y durante unos 10 km también seguimos viendo territorio eslovaco al otro lado del río. Unos 25 km después de salir de Esztergom llegamos a Visegrád, donde paramos para visitar este pequeño pero interesante pueblecito.
Acabada la visita a Visegrád continuamos por la ruta 11 hacia el este, siguiendo la curva del Danubio en esta región. Al llegar a la población de Tahitótfalu, a unos 14 km de Visegrád, nos desviamos a la izquierda siguiendo las indicaciones a Vác. Cruzamos un brazo del río Danubio a través de un puente que nos conduce a la enorme isla de Szentendre, formada por un terreno llano confinado entre el propio río Danubio y uno de sus brazos.
Cruzamos esta isla de oeste a este por una estrecha carretera local de unos 5 km que finaliza en el embarcadero del ferry a Vác, ciudad situada al otro lado del río Danubio. Hay un ferry aproximadamente cada 30 minutos/1 hora (dependiendo del tráfico), desde el amanecer hasta el atardecer. La bonita travesía sólo dura unos 5 minutos. Embarcarnos en él nos cuesta 2.400 Ft (1.560 Ft del coche + 420 Ft por cada uno de nosotros), lo cual puede parecer caro, pero es que no hay ningún puente para cruzar el Danubio hasta casi llegar a Budapest, si no es tomando la autopista M0, y eso supondría dar un rodeo de unos 80 km para llegar a Vác subiendo por el otro lado del Danubio desde Budapest.
Una vez desembarcamos en el embarcadero de Vác enlazamos con la ruta 2 hacia el norte. Pasado Rétság dejamos la ruta 2 y continuamos por la 22 hacia el nordeste hasta llegar a la población de Szécsény, donde nos desviamos a la derecha por una carretera local que arranca de la calle Kossuth. Al cabo de unos 8 km encontramos la aldea de Nagylóc y siguiendo otros 7 km encontramos el desvío a Hollókö. Otros 2 km por una estrecha carretera local nos conducen al pueblecito de Hollókö, final de nuestra etapa de hoy.
Desde Esztergom a Hollókö, siguiendo la ruta explicada, hay un total de unos 122 km.
En Hollókö nos alojamos en Tugári Vendeghaz (Rakoczi út. 13 - Hollókö; tel. 06-20-379-6132), una casa de huéspedes donde pagamos 8.500 Ft por una habitación doble con baño privado. La habitación estaba muy bien, además de ser acogedora y muy nueva. Muy recomendable. Y como en la gran mayoría de alojamientos en este viaje nosotros éramos los únicos huéspedes en la casa.
En Hollókö no hay mucha oferta de restaurantes y los pocos que hay parecen cerrar cuando se van los turistas que vienen durante el día para la visita, por lo que para cenar, en el caso de os alojéis aquí, como fue nuestro caso, la cosa está complicada.
Disponiendo de coche nosotros optamos por ir hasta la población de Szécsény, a 17 km, para tener más donde escoger. Finalmente elegimos el restaurante de la Bástya Panzió (calle Ady Endre, 14), un lugar agradable y donde comimos bastante bien. En Szécsény también encontraréis un supermercado de la cadena Penny donde poder comprar algo para el desayuno (en la casa donde nos alojamos había un comedor con microondas, platos, cubiertos, etc).
Por otra parte, en la calle principal de Visegrád hay unos pocos restaurantes donde comer, como el Don Vito o el Siraly Kavezó, este último con una estupenda terraza donde tomar algo si el tiempo acompaña.
HOLLÓKÖ. La minúscula población de Hollókö (menos de 500 habitantes) está situada en el norte de Hungría, unos 91 km al nordeste de Budapest, en un valle de las montañas Cserhát que está rodeado por suaves lomas. Desde el punto de vista etnográfico, la población de Hollóko ha sido tradicionalmente Palóc, un subgrupo étnico de los Magiares con tradiciones y dialecto propio.
Siendo Hollókö tan pequeño la verdad es que se puede ver todo en un máximo de medio día. Otra cosa a tener en cuenta es que Hollókö tiene pinta de ser un lugar bastante turístico, por lo que durante el día y en temporada alta la visita puede llegar a ser bastante agobiante por la concentración de visitantes en sólo un par de pequeñas calles. Por ello, para disfrutar del pueblo con tranquilidad es mucho mejor ir a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde
Aldea antigua de Hollókö y alrededores (declarada Patrimonio de la Humani- dad por la Unesco en 1987). Hollókö, que se desarrolló sobre todo en los siglos XVII y XVIII, es un magnífico ejemplo de hábitat tradicional, conservado a propósito, y constituye un testimonio vivo del modo de vida rural previo a la revolución agrícola que trajo el s. XX.
Para el visitante el atractivo de la parte vieja es, sin lugar a dudas, su arquitectura tradicional rural. A ambos lados de sus dos calles adoquinadas se distribuyen las bonitas casas encaladas, con porches de madera tallada y tejados de teja roja. Ya casi nadie vive aquí y ahora varias casas albergan tiendas de artesanía. Debido a la abundante presencia de madera en su construcción, Hollókö ha sufrido numerosos incendios a lo largo de su historia, el último en 1909, pero sus habitantes la han reconstruido cada vez tal cual estaba, de acuerdo con las técnicas de la arquitectura rural Palocz.
Entre las casas tradicionales destaca su pequeña iglesia de madera, consagrada en 1889. También hay varios pequeños museos, cuyo mayor interés es el edificio en sí. Quizás el más interesante de ellos el Village Museum (c/ Kossuth Lajos, 82; entrada: 250 Ft).
Por tanto, vale la pena pasear con tranquilidad por las dos únicas calles e irse fijando en las casa tradicionales y sus detalles constructivos y decorativos. Nuestra visita coincidió con la última hora de la tarde y el color de los rayos de sol, anaranjado primero y rojizo después, sobre las casas propició una atmósfera mágica.
Otro sitio de interés es el castillo de Hollókö, el cual se encuentra sobre una colina de 365 m. de altura. Fue construido a finales del s. XIII, capturado por los turcos en el s. XVII y parcialmente destruido a principios del s. XVIII, aunque la parte exterior se conserva casi intacta. Se puede visitar el interior del castillo (entrada: 600 Ft), pero su verdadero interés actual son las extraordinarias vistas sobre los alrededores: montañas, bosques y campos sin casi ningún rastro de presencia humana. En cualquier caso, tanto si se entra en el castillo como si no, es igualmente recomendable subir hasta lo alto de la pequeña colina que hay junto al castillo, ya que desde su cima se disfruta de unas impagables vistas (básicamente las mismas que desde el castillo, pero desde un punto algo más elevado y además con el plus del propio castillo en primer plano). Para llegar al castillo basta con tomar el camino (c/ Josef Attilla) que parte de delante del cementerio de Hollókö y caminar unos 500 metros.
Visegrád. La pequeña población de Visegrád se encuentra en el norte de Hungría, junto a la orilla derecha del río Danubio, el cual forma aquí frontera con Eslovaquia. Nosotros hicimos una breve visita a Visegrád yendo en ruta desde Ezstergom a Hollókö, encontrándose a unos 25 km al este de Esztergom siguiendo la ruta 11.
De las cuatro poblaciones más importantes que se encuentran en la llamada Curva del Danubio esta es la que cuenta con más historia, siendo además famosa por albergar los restos del palacio de verano del rey Matthias Corvinus de Hungría y por la ciudadela medieval, entre otros.
Palacio Real de Visegrád (Visegrádi királyi palota). Se empezó a construir en 1320, cuando el rey húngaro Charles Robert movió la corte real a Visegrád. Posteriormente el rey Segismundo amplió el palacio original y le añadió más patios y jardines. Luego, tras unos años de abandono, algunos edificios del palacio fueron bellamente reconstruidos en estilos gótico tardío y renacentista por el rey Matías tras su boda con Beatriz de Aragón en 1476. Durante la ocupación turca el palacio fue olvidado y en el s. XVIII la mayoría de sus 350 habitaciones estaban ya en estado ruinoso. En las últimas décadas se ha acometido un importante trabajo de reconstrucción.
Lo que se puede ver ahora es la reconstrucción de una pequeña parte del palacio original, pero aún y así la visita vale la pena y es interesante. La entrada al Palacio Real cuesta 1.100 Ft/persona. Se encuentra situado no muy lejos del embarcadero del ferry.
Ciudadela de Visegrád (Fellegvár). Fue construida en el s. XIII y servía para proteger el valle del Danubio y la ruta comercial entre Buda y Esztergom. También albergó las joyas de corona húngara hasta la invasión turca.
Actualmente hay en su interior una muestra de fotografías sin mucho interés, siendo quizás sus vistas privilegiadas sobre Viségrad, las montañas Börzsöny y el río Danubio la única motivación para querer entrar en la ciudadela. De todos modos, si os queréis ahorrar los 1.400 Ft de la entrada también se puede disfrutar de estas extraordinarias vistas desde un mirador que hay junto a la carretera que sube a la ciudadela, poco antes de llegar a ella.
La ciudadela de Visegrád está situada sobre una colina de 350 m. de altura y se puede llegar a ella en coche por una carretera de 5 km que cruza el pueblo o bien andando por un camino de casi 2 km, indicado como Kálvária sétány, y que parte de detrás de la iglesia del s. XVIII que hay en Fö tér.
El trayecto por carretera entre Hollókö y Budapest, evitando autopistas de peaje, supone una distancia de 100 km. Nosotros salimos de Hollókö y al cabo de 2 km enlazamos con la bonita carretera local que va de Szécsény a Pázstó y la tomamos en dirección sur. Unos 16 km después, al llegar a la altura de Pázstó conectamos con la ruta 21 que va hacia el sur y tras recorrer 27 km llegamos a la población de Hatvan. Aquí tomamos la ruta 3 hacia el oeste.
Al cabo de unos 28 km, siguiendo por la ruta 3, pasamos por Gödöllö, donde podemos ver de pasada su espectacular Palacio Real (se trata de un palacio real e imperial construido en el s. XVIII, famoso por ser el preferido de la reina Isabel de Hungría, y que es uno de los más importantes y más grandes de todos los palacios de Hungría). Y unos pocos kilómetros después de Gödöllö, en Mogyoród, podemos ver los accesos al circuito de Hungaroring, donde se llevan a cabo pruebas de Fórmula 1 y de motociclismo.
Y poco después ya llegamos al gran Budapest, donde encontramos las primeras retenciones. Vamos siguiendo las indicaciones Centrum y utilizando la lógica (!!) llegamos hasta el puente Elizabeth, encadenando calles y avenidas como las de Kerepesi, Rákóczi, Kossuth Lajos y finalmente Szabad Satjó, ya en el centro de Budapest. Cruzamos el puente sobre el río Danubio y pasamos al lado de Buda, dejando atrás el de Pest, para dirigirnos al hotel que tenemos reservado.
En Budapest nos alojamos en el art'otel Budapest (Bem Rakpart 16-19 - Budapest; tel. 0036 1 487 9 487). Es un hotel de 4* situado frente al río Danubio, en el lado de Buda, a sólo 500 m. del puente Szechenyi. Pagamos 63 € la noche por una habitación doble con todas las comodidades y amenities de un hotel de estas características (wi-fi gratis), pero sin desayuno. La habitación era muy acogedora y las instalaciones del hotel bastante nuevas y más que correctas. Recomendable.
Podéis encontrar ofertas y comparar precios de alojamiento en Budapest a través del buscador Booking.com.
En el apartado de restaurantes la verdad es que de los restaurantes de Budapest que probamos ninguno de ellos nos convenció lo suficiente para recomendarlo aquí. De todos modos podéis mirar la página Restaurantes de Budapest, un listado de restaurantes con opiniones de viajeros, y escogéis vosotros mismos.
En cuanto a bares y cafés, en la plaza Ferenc Lizst hay numerosos cafés con agradables terrazas exteriores donde tomar algo. Para un postre o un ligero tentempié en la zona de Buda recomendamos Nagyi Palacsintázója (Batthyány tér, 5), donde sirven unos estupendos pancakes muy buenos y que cuestan 170 Ft. Un buen sitio para un tentempié o una bebida en el Barrio del Castillo es la Kruscanda Korona, con una terraza exterior donde ver el trasiego de gente. En la sección Cafés históricos de Budapest, al final de esta página, tenéis los mejores cafés de la ciudad donde, además de tomar algo, podréis disfrutar de la historia y clase del sitio en sí.
BUDAPEST. Budapest es la capital de Hungría y la mayor ciudad del país en población y tamaño. La actual Budapest, la cual se extiende a ambas orillas del río Danubio, es el resultado de la unificación el 17 de Noviembre de 1873 de Buda y Óbuda en la orilla oeste del río y Pest en la este. A su vez la zona de Buda incluye el distrito histórico del Barrio del Castillo, la parte más antigua de la ciudad.
Budapest está considerada, creemos que merecidamente, como una de las ciudades más bellas de Europa. Entre sus muchos atractivos están sus edificios históricos, las orillas del río Danubio, su intensa y rica vida cultural, además de sus 80 fuentes geotermales (forman el mayor sistema subterráneo de agua termal en el mundo), su sinagoga (la segunda mayor del mundo) o el edificio del Parlamento (el tercero mayor del mundo).
No sorprende, pues, que Budapest esté entre las 40 ciudades del mundo más populares en cuanto a número de visitantes.
Aunque Budapest es una ciudad grande, lo cierto es que muchos de sus puntos de interés son fácilmente accesibles yendo a pie, aunque posiblemente al final del día habremos andado unos cuantos kilómetros. Por ello, y porque en algunas zonas abundan las calles adoquinadas, recomendamos vestir zapatos cómodos.
Budapest, incluyendo las orillas del Danubio, el barrio del Castillo de Buda y la Avenida Andrássy, fue declarada Pa- trimonio de la Humanidad por la Unesco en 2002 por el hecho de conservar vestigios de monumentos que han ejercido una gran influencia en la arquitectura de diversas épocas, creando un paisaje urbano que es uno de los más bellos del mundo.
• Puentes de Budapest. En Budapest hay un total de 8 puentes sobre el Danubio que unen las orillas de Buda y Pest. Cada uno de ellos tiene su propia historia y carácter, por lo que han pasado a ser una atracción turística más de la ciudad.
De todos ellos el más antiguo y famoso es el Puente de las Cadenas (Széchenyi Lánchíd), abierto al tráfico en 1849 y siendo desde entonces, sin ninguna duda, el símbolo de Budapest, ya que es el más bonito y fotografiado de todos, especialmente con iluminación nocturna. Vale la pena recorrerlo a pie por las vistas.
Otro bonito puente es el Puente de la Libertad (Szabadság híd), construido en 1894 e inaugurado por el emperador Francisco José en 1896 para conmemorar el milenario del establecimiento del pueblo magiar en la zona.
Igualmente destacable es el Puente Elizabeth (Erzsébet híd), llamado así en honor a la emperatriz Sissi. Fue inaugurado en 1903 y hasta 1926 fue el puente colgante con el mayor arco del mundo. En el año 1945 fue destruido por las tropas alemanas, pero a diferencia de los otros puentes de Budapest, que fueron reconstruidos, este fue hecho completamente nuevo, por lo que el actual tiene poco que ver con el original.
El resto de puentes sobre el Danubio en la ciudad de Budapest son el Puente Megyeri, el Puente Arpad, el Puente Margaret, el Puente Petofi y el Puente Lagymanyosi.
• Cosas a ver en Buda. La zona de Buda está en la orilla oeste del Danubio y aquí se concentran buena parte de los puntos de interés de la ciudad más importantes para el visitante, tanto desde el punto de vista histórico como cultural.
El conocido como Barrio del Castillo (Várhegy en húngaro), situado sobre una colina en la zona de Buda, fue a partir del s. XIII el refugio de los pobladores de la zona (posteriormente también de la corte real húngara) para poderse defender mejor de ataques extranjeros. Es una zona pequeña y compacta que se puede recorrer perfectamente a pie. Y para subir hasta ella se puede hacer caminando por estrechas calles o siguiendo un camino entre jardines junto a la vía del funicular. También se pueden tomar los autobuses 16 o 16A, aunque la opción más espectacular, pero también más cara, es tomar el funicular, llamado Budavári Sikló que sube desde la plaza Adam Clark, frente al puente de las Cadenas, hasta el Bastión de los Pescadores. El precio del trayecto es de 840 Ft sólo ida o 1.840 Ft ida/vuelta. Para bajar de la colina recomendamos hacerlo a pie por la escalera que arranca justo al lado del inicio del funicular, ya que en el fácil camino de bajada tendréis grandes vistas.
En esta colina destaca el Castillo de Buda (también llamado Palacio Real), el cual es visible desde todo Budapest. En su forma actual fue construido en el s. XVIII, en estilo barroco, y ampliado a finales del s. XIX. Fue la residencia del emperador austro-húngaro Franz Joseph, así como de varios archiduques de los Habsburgo. El palacio quedó bastante destruido durante la II Guerra Mundial a causa de un incendio, ardiendo buena parte de su mobiliario y suntuosa decoración (lo que vemos ahora es una reconstrucción simplificada). Actualmente el palacio alberga el Museo de Historia de Budapest, la Galería Nacional de Hungría y la Biblioteca Nacional Széchényi.
Paseando por los alrededores del enorme palacio podemos ver diversas estatuas y fuentes, algunas de ellas espectaculares como la Fuente Matías, la estatua ecuestre del Príncipe Eugenio de Savoya, y otras.
En el Barrio del Castillo también encontramos el Bastión de los Pescadores, una espectacular terraza de estilo neogótico y neorrománico de finales del s. XIX, situada junto a la Iglesia de Matías, con grandes vistas sobre el río Danubio y la zona de Pest. Se paga una entrada para acceder a su terraza superior, pero creemos que no vale la pena porque son más o menos las misma vistas que desde la terraza inferior, de acceso gratuito.
La iglesia de Matías, por su parte, es una iglesia neogótica (en reconstrucción en las fechas de nuestra visita) cuya torre espiral es visible desde toda la ciudad. Entre la iglesia y el Bastión hay una gran estatua ecuestre en bronce de Esteban I de Hungría. Aparte de esto hay algunos otros museos para quien tenga más tiempo y ganas: el Museo de la Música, el Museo Militar, el Museo de Farmacia, etc. Y en cualquier caso, vale la pena callejear hasta llegar al extremo norte de la colina para luego volver por otras calles y completar así un recorrido circular.
• Cosas a ver en Pest. La zona de Pest, situada en la orilla este del Danubio, aglutina la parte moderna, comercial y de negocios de la ciudad de Budapest y, a diferencia de la de Buda, es completamente llana.
El Edificio del Parlamento húngaro, situado en la plaza Kossuth Lajos, junto al río Danubio, no tiene pérdida, ya que es el más grande de Europa. Fue construido en estilo neogótico entre 1880 y 1902 y está inspirado en el edificio londinense del Parlamento inglés. La verdad es que su aspecto exterior es realmente espectacular y no solo por sus enormes dimensiones. Y en su interior, bajo la cúpula del edificio, se exponen las Joyas de la Corona húngara.
Sólo es posible visitar su interior mediante un tour guiado (gratuito para ciudadanos de la Unión Europea, pero recordad llevar un pasaporte o DNI que lo demuestre). Las visitas guiadas se llevan a cabo en unas horas determinadas y las entradas se obtienen para el mismo día a partir de las 8 de la mañana, pero conviene estar pronto en la cola porque no es raro que se agoten pronto (ir a la entrada X, en el lado del edificio opuesto al río). Conviene ir con cuidado porque no hay indicaciones claras y, sobre todo, hay que ignorar a personas que suelen estar en las inmediaciones del Parlamento ofreciendo visitas guiadas o entradas a precios astronómicos.
Paseando por la orilla del Danubio, entre las plazas Kossuth y Széchenyi/Roosevelt, unos 300 m. al sur del Parlamento, podemos ver el Memorial de los Zapatos en el Danubio, formado por varios zapatos de metal situados junto a la orilla del Danubio con el objeto de honrar aquellos judíos que fueron ejecutados y arrojados al río por una milicia fascista en 1944 y 1945.
La Basílica de San Esteban fue construida en estilo neoclásico entre 1851 y 1905 en honor al primer rey húngaro. Con 96 metros de altura es el edificio más alto de Budapest, juntamente con el edificio del Parlamento. En su interior podemos ver notables mosaicos, así como otras interesantes obras de arte. El detalle gore de la visita lo encontramos en una capilla lateral, donde se conserva momificada dentro de una urna de cristal la mano derecha de San Esteban. Y pagando 500 Ft se puede subir hasta lo alto de una de las dos torres de la basílica, desde donde disfrutamos de magníficas vistas de 360º sobre la ciudad. Por todo ello no sorprende que esta iglesia esté entre los lugares más visitados de Budapest.
La Gran Sinagoga y Museo Judío (c/ Dohány, 2-8). Esta impresionante y bonita sinagoga es la mayor de Europa y tiene unas carac- terísticas únicas, tanto por su gran tamaño como por sus dos cúpulas en forma de bulbo, muy atípicas en un templo judío. En la parte posterior del templo hay un memorial dedicado a las víctimas del Holocausto. El museo está junto a la sinagoga.
La Avenida Andrássy es un importante e icónico bulevar de Budapest que fue creado en 1872, inspirado en la parisina Champs-Élysées, y une las plazas Erzsébet y Hosök. Vale mucho la pena recorrerla de principio a fin para admirar sus mansiones de estilo neo-renacentista y las preciosas fachadas de muchos de sus edificios. En la actualidad está ocupada por numerosos comercios, oficinas, teatros, embajadas, boutiques de lujo, así como restaurantes y cafés de nivel.
Precisamente en el nº 22 de la Av. Andrássy está el edificio de la Ópera Estatal Húngara, el cual fue construido en estilo neo-renacentista y barroco e inaugurado en 1884. Por él han pasado artistas muy importantes del mundo de la ópera, del ballet y la música clásica, como Gustav Mahler o Otto Klemperer, entre otros muchos. En su interior podemos ver una rica ornamentación que incluye pinturas y esculturas de los mejores maestros húngaros, que unido a su belleza y a su perfecta acústica hacen de él uno de los mejores teatros de ópera de todo el mundo.
Se puede visitar el edificio de la Ópera con un tour guiado (en varios idiomas, entre ellos el español), pero nosotros recomendamos asistir a uno de sus espectáculos y aprovechar la ocasión para ver el teatro por dentro. La temporada de espectáculos va de septiembre a finales de junio e incluye conciertos, ópera y ballet. El precio lógicamente depende de la categoría del espectáculo, del día de la función (más caro en fines de semana y festivos) y de la localidad escogida, pero en cualquier caso es bastante más barato que el equivalente en nuestros teatros de ópera. Debido a la gran demanda que tienen muchas de sus representaciones, es muy importante reservar con bastante antelación (incluso meses) para asegurar las entradas. Se pueden comprar las entradas en el mismo edificio de la Ópera, en un lateral de la planta baja, o también online (la web presenta un mapa informativo del aforo y se puede pagar con tarjeta Visa).
Para los interesados en la música, aparte de ir a la Ópera, se puede visitar también la Casa-Museo de Franz Liszt (Vörösmarty út. 35, en Pest), una reconstrucción del lugar donde vivió, entre 1881 y 1886, el más famoso de todos los compositores húngaros. Se pueden ver instrumentos originales, mobiliario, libros, recuerdos y objetos personales de Franz Liszt. También se puede visitar la Casa-Museo de Béla Bartók (Csalán út. 29, algo lejos del centro, en Buda), donde vivió este gran compositor húngaro a partir de 1924.
De vuelta al centro de Pest, en el extremo nordeste de Andrássy se encuentra el Parque de la Ciudad (Városliget), un parque público con una superficie de 1.2 km² al cual se accede a través de Hosök tere o plaza de los Héroes. Además de ser un sitio muy agradable para pasear sin prisas, en él hay también algunas cosas interesantes por ver, con el aliciente de que hasta aquí no suelen llegar los tours.
A este parque se puede llegar desde el centro en metro hasta la estación Hosök tere (línea amarilla) o andando por la avenida Andrássy. En ambos casos llegamos a la Plaza de los Héroes, el principal punto de entrada al parque. En el centro de la plaza destaca el Monumento Millennium y a los lados el impresionante Museo de Bellas Artes y el Palacio del Arte (Mucsarnok).
Ya en el interior del parque encontramos el espectacular Castillo Vajdahunyad, copiado en gran parte de otro con el mismo nombre en la Transilvania rumana. También encontramos aquí el Zoológico Municipal y el Jardín Botánico, el Parque de Atracciones (Vidám Park, con una zona separada para niños pequeños), el famoso restaurante Gundel (abierto en 1879 y en el mismo edificio actual desde 1894), los Baños Termales Széchenyi o el Museo del Transporte, entre otras muchas cosas. De todos modos, ya sólo por pasear por este bonito parque vale la pena venir hasta aquí.
• Baños termales en Budapest. Ir al menos a uno de los numerosos baños termales de Budapest es casi un obligación en toda visita a la ciudad. Ya los romanos empezaron a disfrutar de sus aguas curativas, pero fue bajo la ocupación turca, y posteriormente en la época de los Habsburgos, cuando la cultura del baño se desarrolló más, estando aún hoy algunos de esos baños en funcionamiento.
Es recomendable llevar traje de baño, pero dependiendo del lugar o de si es mixto o no, es posible bañarse desnudo. En la mayoría de ellos se pueden alquilar toallas, chanclas, albornoz e incluso el traje de baño. Y hay consignas donde dejar los objetos de valor.
Nosotros fuimos a los Baños Gellért, un complejo termal que ocupa un precioso edificio de estilo Art Nouveau, construido entre 1912 y 1918. Las piscinas están decoradas con bonitos mosaicos. Este es quizás el complejo más conocido de Budapest (aquí se rodó un antiguo anuncio de Danone que muchos, y sobre todo muchas, recordaréis), pero también de los más caros. Los precios para poder bañarse y usar las instalaciones empezaban a partir de 3.500 Ft/adulto en el momento de nuestra visita (los fines de semana es algo más caro). El acceso a la piscina grande es mixto, pero otras secciones son separadas para hombres y mujeres. Estos baños están situados en la calle Kelenhegyi nº 4, en Buda, muy cerca del Puente de la Libertad (se puede llegar con los tranvías 18, 19, 47 y 49, o con los autobuses 7, 7A y 86).
Pero hay otros baños termales en Budapest que pueden ser igualmente recomendables. Por ejemplo, los Baños Széchenyi (Állatkerti krt. 11, en el Parque de la Ciudad, en Pest), construidos en 1913 de estilo neo-barroco y con unas instalaciones termales que son de las mayores de Europa. También aquí hay secciones mixtas y otras separadas para hombres y mujeres.
Los Baños Rudas (Döbrentei tér 9, en Buda, cerca del Puente Elizabeth) fueron construidos en 1550, durante la época de dominación otomana, y aún retiene muchos elementos de los baños turcos, como una típica cúpula turca sobre una piscina octogonal. Los precios aquí son bastante más baratos que en los anteriores. Los lunes, miércoles, jueves y viernes son sólo para hombres y el martes sólo para mujeres, mientras que los fines de semanas son de acceso mixto.
Otros complejos históricos son los Baños Lukács (Frankel Leó utca 25-29, cerca del Puente Margarita, en Buda), Baños Rácz (Hadnagy út 8-10, en Buda) o los Baños Király (Fo ut. 82-84, metro Batthyány tér, en Buda) entre muchos otros. Y si, por contraste, queréis unos baños con unas instalaciones ultramodernas y lujosas entonces hay que ir al Danubius Health Spa Resort, situado en la parte norte de la isla Margarita (Margitsziget) sobre el Danubio (tomar autobús 26 desde la estación de tren Nyugati).
• Cafés históricos de Budapest. Desde siempre Budapest ha tenido tanto renombre por sus cafés como la mismísima Viena. De hecho, a principios del s. XX llegó a tener más de 500 cafés, muchas veces frecuentados por escritores, poetas y artistas. Tras el paréntesis de la época comunista, en la que muchos de ellos desaparecieron, en las últimas décadas han vuelto a aparecer en gran número. La mayoría se concentran en Pest, aunque en Buda también hay unos cuantos.
De los cafés históricos destacamos el Café Ruszwurm (Szentháromság ut. 7, en el Barrio del Castillo de Buda), que fue abierto en 1827 y es el más antiguo de Budapest. Es pequeño y puede ser difícil encontrar mesa porque suele estar abarrotado de turistas. Otro gran clásico de Budapest es el Café Gerbeaud (Vörösmarty tér 7, en Pest), abierto en 1858. En los últimos 20 años ha recobrado el lustre y estilo de época de sus inicios, por lo que vale la pena pasear por sus salas. Es famoso además por sus pasteles y bombones. Tiene una gran terraza que da a la super-céntrica plaza Vörösmarty y es usual verla atestada de turistas a cualquier hora, a pesar de que los precios son caros tal como se espera de un sitio así. Otros cafés clásicos de la ciudad son el New York Café (Erzsébet körút 9-11, Pest, en la planta baja del hotel New York Palace), Centrál Café (Károlyi Mihály ut. 9, en Pest), Lukács Cukraszda (Andrássy út 70, Pest) o el Muvész Kávézó (Andrássy út 29, delante de la Ópera, en Pest), entre otros.
Para ir a la terminal 2 del aeropuerto Liszt Ferenc de Budapest desde la ubicación de nuestro hotel, en Buda, empezamos por ir andando hasta la cercana plaza Batthyány, donde tomamos el metro (línea roja M2) en la parada de Batthyány tér hasta la de Deak Ferenc tér (2 paradas). Aquí cambiamos a la línea azul M3 y tomamos el ramal sur hasta la última parada, Köbánya-Kispest (10 paradas).
Al descender en Köbánya-Kispest subimos por unas escaleras que hay al final del andén y que conducen a una pasarela sobre las vías que desembocan en una explanada asfaltada donde esperan varios autobuses. Compramos el billete para ir al aeropuerto (320 Ft cada uno) y subimos al autobús 200E. Poco después salió el autobús y en pocos minutos ya estábamos ante la terminal T2 (de hecho el autobús 200E para en las terminales 1 y 2 del aeropuerto Liszt Ferenc).
Antes de embarcar en nuestro vuelo de Vueling hacia Barcelona aprovechamos para cambiar a euros los pocos florines que nos quedan. Tras un tranquilo vuelo de 2 horas y 5 minutos aterrizamos en Barcelona.