La catedral y el castillo árabe son sólo dos piezas del gran tesoro arquitectónico y artístico que Tortosa ofrece a sus visitantes.
Para descubrir el rico pasado histórico de Tortosa, nada mejor que empezar por el castillo árabe, llamado castillo de la Suda o de Sant Joan, más conocido por 'lo castell', emplazado sobre una colina que domina la ciudad. En la actualidad, una parte del castillo se ha convertido en un parador de turismo.
Tras visitar el castillo hay que dirigirse a la catedral. Una de las épocas de más esplendor para Tortosa empezó al ser declarada sede episcopal. La catedral es de estilo gótico, de tres naves, donde destacan el retablo mayor de Santa Maria, el retablo de la Transfiguración, el tapiz medieval de la Santa Cena y el claustro, de planta trapezoidal y con galerías de arcos góticos. No hay que olvidar la capilla barroca de la Virgen de la Cinta.
La siguiente parada es el Palacio Episcopal. Este conjunto de edificios góticos fue construido entre los siglos XIII y XIV, y rodean patio con galerías. Otro palacio, el Oliver de Boteller, del siglo XV, alberga en la actualidad varios servicios culturales de la Generalitat de Catalunya.
El palacio Despuig, de la misma época, también está formado por un patio con galerías de arcos de medio punto. El recorrido sigue por la antigua iglesia dels Dolors y el Real Monasterio de la Puríssima Concepció Victòria, situados uno enfrente del otro. Detrás de estos edificios se halla el monasterio gótico de Santa Clara, que conserva un claustro que bien merece una visita.
Cerca también de las murallas del castillo se encuentra el colegio de Sant Domènec, de fachada renacentista; la iglesia de Sant Domènec, sede del Museu Arxiu Municipal, y los antiguos colegios Sant Jaume y Sant Maties.
La última parte de la visita nos lleva a los jardines del Príncipe, ubicados en los terrenos de los jardines del antiguo balneario del Porcar, inaugurado en el año 1991, con 23 esculturas de Santiago de Santiago.
Si se dispone de un poco más de tiempo, hay en Tortosa otros edificios y monumentos de interés, como la Lonja, de dos naves separadas por tres grandes arcadas; el monumento a la Batalla del Ebro; el matadero municipal y el antiguo barrio judío, desde donde se puede disfrutar de unas impresionantes vistas del Ebro.
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