En el punto en el que el río Noguera Ribagorçana cruza la sierra del Montsec se halla el escarpado y espectacular relieve del desfiladero de Mont-rebei, el más profundo y solitario de las tierras catalanas, paraíso de los escaladores y de la fauna salvaje.
Durante la excursión puede observarse el majestuoso vuelo de algunas de las aves rapaces que habitan esas montañas.
Para llegar a él hay que ir a Sant Esteve de la Sarga siguiendo la carretera LV-9124, que tiene su origen en la carretera C-13, a la altura de la Guàrdia de Tremp, 6,5 km al sur de Tremp en dirección a Balaguer. Se continúa por la carretera en dirección a Castellnou del Montsec y, después de 800 metros, se toma un desvío a mano izquierda hasta Alsamora.
Una vez en el pueblo, se termina el asfalto y, por una pista de tierra, se accede en 8 km a la Masieta, antes de los bancales de la Casota, unos pequeños riscos que se hallan justo pasado el desvío que conduce al pantano: éste es el punto de partida de la excursión a pie.
Se toma la pista que baja al pantano. A los 600 metros aparece una bifurcación y se gira a mano izquierda. Se siguen los indicadores del GR 1. Si el pantano está bajo de caudal, se puede atajar tomando el desvío de la derecha, que lo cruza.
Al cuarto de hora, después de un barranco, la pista se transforma en un sendero y empieza a remontar. Al terminar la ascensión, a los 25 minutos, se baja hasta cruzar el barranco de la Maçana por un puente metálico. A continuación se sigue a mano derecha y poco después empieza el desfiladero de Mont-rebei.
Más adelante se pasa por la parte más estrecha del desfiladero, a los 42 minutos, y se sigue por un espectacular camino excavado en la roca.
Transcurridos tres cuartos de hora de recorrido, después de una curva a la izquierda, se observa en lo alto una gran cavidad, la cueva Colomera, a la que se puede llegar por una senda. Se continúa cinco minutos más hasta que salimos del desfiladero. Aquí termina el itinerario. Si se siguiera, se llegaría al refugio de Mas de Carlets (40 minutos más tarde) y, mucho más tarde, al pueblo de Àger. Para regresar hay que desandar el camino.
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