Esta es una de las tres rutas a pie dentro del término municipal de
Las barracas de piedra seca se construyeron durante el siglo XIX y primeros años del XX, en épocas de gran actividad agrícola. Su uso era como refugio ocasional del campesino en caso de inclemencias del tiempo y para guardar los enseres del campo en el caso de encontrarse a una distancia considerable de casa.
Van asociadas a los márgenes de piedra seca que se ven por la zona. En la actualidad las barracas y los márgenes de piedra seca permanecen solitarios, como un testigo mudo en mitad del bosque que los rodea, permitiendo hacerse una idea de como debió ser el paisaje de la época.
En la web Barracas de piedra seca de Subirats podréis consultar las fichas completas de todas las barracas del municipio de Subirats.
En esta ruta se propone un recorrido circular de unos 8 km y con un desnivel acumulado de unos 270 metros.
El itinerario parte de la Plaza de Subirats, en el mismo centro de Sant Pau de Ordal, que os llevará por las zonas de Can Mata del Racó, Can Sala, Can Docte, Can Rossell, Can Savall y de vuelta a Sant Pau de Ordal por el Collado de Conxes Portes.
La excursión no presenta ninguna dificultad. La mayor parte de la ruta se hace por caminos anchos y pistas. Hay que llevar siempre calzado adecuado y bebida en los meses más calurosos.
Son necesarias unas 4 horas para hacer el recorrido completo, donde podréis visitar una docena de barracas representativas de las construcciones de piedra seca de la comarca.
Los márgenes son otro de los atractivos de la ruta. En uno de los puntos podréis contar hasta 11 líneas de márgenes. Se ven también pozos y escondrijos.
Disfrutaréis de los peculiares paisajes del Penedés, con viñas, campos de melocotoneros y relieves suaves y la vista de la montaña de Montserrat al fondo.
Las barracas que veremos en esta ruta son de planta circular, techo de falsa cúpula, portal con dintel plano, construidas con piedra calcárea irregular, en general medidas moderadas y se calcula que fueron construidas a mediados del s. XIX, cuando no contaban ni el tiempo ni las horas. Diversas de ellas aún son usadas para trabajos agrícolas.
Algunas de estas barracas presentan particularidades morfológicas interesantes: la A-09 y la C-12 tienen cúmulos sobre la cubierta y la A-12 y B-13 cuentan con lirios plantados.
La B-11 está construida con losas finas. Y la A-09 está adosada por dos lados a un margen, mientras que la C-19 tiene dos biombos de piedra diametralmente opuestos y una bonita ubicación sobre un collado.
Esta ruta fue publicada originalmente en la Hoja Informativa de la revista Pedra Seca, en la edición n.º 72 del mes de diciembre de 2009.
© Jaume Rovira i Araceli Soler