Situada en la confluencia de los ríos Anoia y Llobregat, en la zona de contacto entre la depresión central catalana y las cordilleras litorales, Martorell ha sido siempre un cruce de comunicaciones.
Así lo atestiguan los abundantes restos arquitectónicos y el papel que ha desarrollado en los acontecimientos históricos del país.
Después de unos años con un crecimiento urbanístico, demográfico, industrial y viario de proporciones gigantescas, la ciudad conserva verdaderos tesoros culturales que la arraigan en el pasado y que, bien aprovechados, deberían suponer su mejor base de futuro.
De este legado destacan los magníficos museos de la Enrajolada y Vicenç Ros, el bello puente medieval con cabeza-puentes, arco y cimientos romanos, conocido con el nombre de Puente del Diablo, la ermita de Sant Bartomeu, el conjunto arqueológico de Santa Margarida y, también, el casco antiguo o barrio de la Villa, donde destacan edificios representativos, como la antigua farmacia Bujons.
La excursión que aquí se propone visita con detenimiento tres de estos elementos. A Martorell se llega por la autopista AP-7 o la autovía A-7. Dispone, también, de varias líneas de autobuses y de trenes (Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña y RENFE).
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