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Bandera de Irán

IRÁN

Relato de un viaje de 17 días a Irán

Antonio y Trini
Published on Travel date: 2002 | Published on 27/09/2002
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Introducción

En las Navidades del 2002 decidimos ir a Irán, ya que había un clima pre-bélico muy fuerte que luego se confirmó con la guerra de Irak. Fue un gran acierto ya que había poquísimos turistas y la gente agradecía el apoyo de los turistas occidentales a su país.

Es el país donde me he encontrado con la gente más amable y tuvimos increíbles experiencias de hospitalidad. Irán sería el lugar menos indicado para finalizar un trabajo sobre los Versos satánicos y tampoco debería figurar en la lista de destinos prioritarios para conseguir un bronceado integral; pero para quienes toleren el hecho de cubrirse o renunciar a una cerveza y a los discursos feministas más honestos, la oferta es muy amplia.

Los amantes de la cultura disfrutarán de magníficos vestigios de antiguas ciudades, gloriosas mezquitas y mausoleos, e interesantes museos.


Ficha técnica del viaje

Fechas del viaje

Navidad de 2002.

Ruta por Irán
Ruta por Irán

Visado

Obtenerlo puede resultar engorroso. La normativa resulta desconcertante y su coste, elevado. Es preferible solicitarlo antes de abandonar el país de origen.

Las agencias de viaje te piden comprar un pack que incluye dos o tres noches de hotel a un precio exorbitante.

Realmente lo que se necesita es que un ciudadano iraní te invite a su país. Hay una persona en Barcelona, Bershi, que por 45 €/persona te hace el trámite. Además hay que pagar a la embajada 60 € más.

La dirección de Bershi es:

C/ Ávila, 89, bajos - Barcelona
Tel. 93 300 00 06

aviso AVISO: Ver información más actualizada sobre como obtener el visado iraní en otros relatos de viaje a Irán más recientes y publicados en esta misma web Viatgeaddictes.

Moneda

La moneda oficial en Irán se llama Rial.
Los hoteles buenos aceptan dólares. No se admiten tarjetas de crédito a excepción de hoteles de lujo.

Sanidad

Ningún problema.


DIARIO DE VIAJE

Días 1 y 2

El primer día de viaje salimos de Barcelona. Escala en Ámsterdam. El vuelo sale tarde. La gente que sube al avión es casi toda iraní. Sólo somos unos pocos occidentales.

Al día siguiente vuelo con KLM, vía Ámsterdam. Todos los vuelos internacionales llegan a una hora intempestiva a Teherán. Pero es un país muy fácil para llegar ya que nadie te molesta. Es algo impactante el ver que todas las mujeres, incluso las pocas occidentales que hay en el avión, cuando las azafatas lo dicen por megafonía, se ponen el pañuelo cubriendo el pelo.

Hay una oficina de taxi pre-pago a la salida de la terminal. El precio es único: 30.000 rials (no llega a 4 euros). Nos alojamos en el hotel Naderi. Es antiguo pero tiene encanto. La cafetería es buena. Vale 160.000 riales. El jardín está lleno de gatos, algunos persas, que juegan todo el día. Además está muy céntrico.

Visitamos la ciudad de Teherán. El Museo Nacional de Irán alberga colecciones de cerámica, figurillas de piedra y tallas, con piezas que se remontan hasta el V milenio a.C. Muchas de estas reliquias proceden de las excavaciones de Persépolis, Susa, Sha-e Ray y Turang Tepe, y probablemente tendrán mucho más significado para el viajero que haya visitado dichos yacimientos arqueológicos con anterioridad. El Museo del Vidrio y la Cerámica es uno de los más impresionantes de Teherán, no sólo por su organización, muy profesional, sino por el edificio en sí mismo. El Museo Reza Abbasis, otro prodigio, contiene ejemplares de pintura, cerámica y joyería islámica. Los Museos Saad bad se encuentran en la antigua residencia del sha, que actualmente acoge un complejo museístico. Sólo a destacar el Museo de las Joyas que está en la cámara acorazada de un banco. Su horario es muy limitado (de 3 a 5 de la tarde) y salta la alarma en cada momento, causando un gran estruendo pero sin más consecuencias.


Día 3

Cogemos un autobús hacia Kashan. Sale de la Estación del Sur. El autobús es bueno y baratísimo (1'5 € persona).

Llegamos a Kashan. Nos alojamos en el Sayyah Hotel. Es caro (160.000 riales) para lo que es, pero no hay demasiados opciones para extranjeros. Te dan desayuno, pero no es para tirar cohetes. El bazar es colorista e interesante. Es recomendable el Dellpazir Restaurant, algo caro (3 euros/persona) pero de lo mejor de Irán.


Día 4

Cogemos un taxi y visitamos Abbyanet. Muy recomendable. El taxi nos cuesta, medio día, 95.000 riales (12 euros). Lo concertamos en el mismo hotel.

Nada más volver nos vamos hacia la estación de autobuses y vamos a

Isfahan

. El taxi hasta el hotel Amir Kabir Hostel nos cuesta 7.000 riales. El hotel no es muy bueno (30.000 riales por persona/día), pero tiene internet barato. Está aceptablemente bien situado. Conocimos a una viajera, Amparo, de Barcelona, que estaba alojada en el Aria Hotel que es más caro (20 US$) pero es mucho mejor.


Días 5 a 7

Isfahan es una pasada. Los refrescantes azulejos de las construcciones islámicas de Isfahan, así como sus majestuosos puentes, contrastan con el caluroso y árido paisaje iraní que los rodea: la localidad ofrece una soberbia arquitectura y un agradable clima, además de un ambiente relajado en relación a otras ciudades iraníes. Resulta indicada para pasear, perderse en el bazar, dormitar en sus bellos jardines y conocer gente. La famosa rima Esfahan nesf-e jahan (Isfahan es medio mundo) surgió en el siglo XVI, para expresar la majestuosidad de la urbe.

Los numerosos enclaves de interés provocarán que el viajero deba racionar su tiempo y concentrarse en lo más relevante, como la mezquita del Imam, un magnífico edificio totalmente recubierto por los tradicionales azulejos de la ciudad; la plaza del Imam Jomeini, una de las mayores del mundo, el Museo y parque Chehel Sotun, un pabellón del siglo XVII, espléndido para un picnic, y la catedral de Vank, el centro histórico de la iglesia armenia en Irán. Una parte esencial de la visita consiste en tomar el té en uno de los numerosos establecimientos especializados situados bajo los puentes. Si recomendaré no pagar para ver los shaking minarets. Se puede ver desde fuera y el espectáculo es cada media hora. No vale la pena. Todas las entradas valen 30.000 riales por persona. Es demasiado caro para el nivel del país. Una recomendación que no está en la Biblia (la guía Lonely Planet): el cementerio de los mártires de la guerra.


Día 8

Cogemos un autobús nocturno hacia Shiraz. Nos alojamos en el Saadi Hotel. Tiene habitaciones grandes, pero básicas, con baño dentro por 60.000 Rials.

Visitamos el pueblo. Shiraz ofrece un entorno calmo, mostrándose como una urbe cultivada, con amplias avenidas flanqueadas por árboles y abundantes monumentos, jardines y mezquitas. Su universidad se alza como una de las más elegantes de la nación, y la ciudad rebosa estudiantes deseosos de comunicarse con los visitantes. Entre los enclaves más notorios destacan la sosegada tumba y jardín de Hafez, un celebrado poeta; el mausoleo del sha Cheragh, importante punto de peregrinación chiíta que atrae a multitud de suplicantes; el Museo Pars, que alberga reliquias de la dinastía Zand; y el jardín de Eram, donde se erige un palacio kayar del siglo XIX junto a una bella piscina.

La tumba de Hafez no es interesante por si misma, pero es donde la gente joven va a pasar el día. Hay una tetería dentro que sirve una especialidad iraní llamada dizi que está buenísima.


Día 9

Cogemos un taxi a Persépolis y demás tumbas.

Persépolis, el trono de Jamshid, se construyó como un magnífico complejo palaciego en 512 a.C., obra que se prolongó durante los 150 años siguientes. Fue incendiada por Alejandro Magno en el año 331 a.C., aunque los historiadores barajan el accidente y la venganza como causas, puesto que anteriormente el rey Jerjes había destruido Atenas.

Las ruinas actuales aparecen como una sombra de la antigua gloria de Persépolis. Pese a todo, con un plano y algo de imaginación, el viajero puede hacerse una idea fidedigna de la majestuosidad de una urbe que permaneció oculta bajo el polvo, la tierra y la arena a lo largo de los tiempos, hasta que fue redescubierta a principios de la década de 1930. Este complejo palaciego fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979. No vale la pena ir a Pasargarda. Nos cuesta 180.000 rials, pero sin Pasargarda vale unos 100.000. Cogemos un autobús hacia Kerman por la tarde para aprovechar el tiempo.


Días 10 y 11

Llegamos a Kerman. Nos alojamos en el Omid Inn. Es sencillo pero correcto. Los lavabos son compartidos. La ciudad es interesante, pero bastante igual a otras. En el bazar está la tetería Chaykhneh-ye Vakil. Es sensacional.

Al día siguiente cogemos el autobús a

Bam

. Visitamos Bam. En esta agradable localidad abundan los eucaliptos. Sus palmeras datileras indican que se trata de un oasis en el desierto; su antiguo asentamiento la convierte en una ciudad especial. Algunas de las estructuras que permanecen en pie datan de antes del siglo XII, aunque la mayoría de sus restos corresponden al período sefévida (1502-1722). Lo mejor del viaje hasta el momento. Por la noche cogemos un Bus hacia Bandar Abbas. Es nochevieja y nosotros en un destartalado autobús.


Días 12 y 13

Llegamos a Bandar Abbas. Hace calor y eso que estamos a 1 de enero. Hay mucho ambiente porque hay contrabando de las islas cercanas. Sólo nombro el hotel Gods para que nadie vaya. Es caro (40 US$) y el personal antipático, pero estábamos cansados y no buscamos más.

Al día siguiente, es jueves y cogemos un taxi compartido al

mercado de Minab

. Sin duda lo mejor de Irán. No se puede perder. El taxi compartido hace 100 km y vale 8.000 Rial (1 €). Se ha de planificar el viaje a Irán pensando que un jueves se ha de estar ahí. Están las famosas etnias de las mujeres con antifaz. No había ningún turista en toda la población. Por la noche cogemos bus a Yazd.


Días 14 a 17

Llegamos a

Yazd

. Nos alojamos en el primer hotel que pone la Lonely Planet, el Hotel Aria. Por favor: no os alojéis en él!!!. Nos intentaron timar (de hecho nos timaron). Muy mal rollo. Tuvimos que acudir a la Policía, pues no nos querían devolver los pasaportes. Evidentemente, se asustaron y al final nos los devolvieron.

La población de Yadz, una maravilla. Vale la pena perderse por el barrio antiguo. Es interesantísimo.

El último día de viaje vuelta a Teherán. Por la noche cogemos el avión hacia España.


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Viaje a Irán - Web de los autores de este relato, con el texto completo, información complementaria, y fotografías.