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Bandera de Polonia

POLONIA

Relato de un viaje en coche a Polonia

Antonio y Trini
Published on Data viatge: 2007 | Publicat el 06/05/2008
2.7 de 5 (225 vots)

Introducción

Polonia. Este es el relato de un viaje en el que apenas estuvimos 15 días en este país del este de Europa. El viaje fue hecho en nuestro propio coche, por lo que en este relato prácticamente no hay datos prácticos sobre transportes.


Ficha técnica del viaje

Fechas del viaje

Julio/Agosto de 2007.

Moneda

La moneda de Polonia es el zloty. El cambio en las fechas de nuestro viaje era de, más o menos, 1 € = 4 zlotys.

Nivel de vida

Es un país que no es caro para los estándares españoles, se puede comer y beber cerveza en sitios elegantes a precios muy razonables. Peor son los hoteles ya que tienen precios elevados para la calidad que dan. Desde que Polonia ha entrado en la UE los precios están subiendo mucho.

Seguridad

Es un país muy seguro, aunque en los centros turísticos principales supongo que se debe vigilar algo más.

Electricidad

Los enchufes son los normales de toma europea, a 220 Voltios

Clima

A finales de Julio y en Agosto nos llovió algo, pero, en general, hizo buen tiempo.

Guía de viaje

Existe la guía Geoplaneta en castellano y otras guías visuales.


DIARIO DE VIAJE A POLONIA

Día 1

Salimos hacia Polonia. Hay 2 opciones: o por Chequia, o por Chequia y Eslovaquia. Como hay que comprar también una viñeta para pasar por las autopistas optamos por pasar sólo por Chequia. La viñeta se compra en cualquier gasolinera del país y la más barata es por 7 días y cuesta 200 coronas (8 €). Vamos a estar muy poco rato por las autopistas pero sabemos un caso que la policía paró a una pareja de españoles y se pusieron muy bordes, además que la multa era de unos 200 €.

Pasamos por Brno y Ostrava, donde pasamos la frontera. Pasamos muy poco tiempo después a Polonia y es horroroso las carreteras que tienen y la cantidad de obras que están haciendo con los fondos de la UE. Se hace eterno cualquier desplazamiento y la media es de unos 30 km/hora. En el primer cajero que vemos sacamos dinero para tener zlotys, la moneda del país. El tipo de cambio actual era de 1 € = 3,7 zlotys.

La gasolina diesel está desde 3,5 a 3,99 zlotys el litro. Tardamos una eternidad en llegar a Cracovia. Cuando llegamos a Katowice cogemos una de las poquísimas autopistas que hay hasta Krakow (Cracovia), que nos cuesta 6,5 zlotys.

En Cracovia encontramos el camping muy rápido y plantamos tienda. Se llama Camping nº 46 Smok. Luego nos daremos cuenta que la mayoría de camping en Polonia tienen un número y ya está, y que están fatalmente indicados casi todas las veces. Parece que no quieren que los encuentres. Ahora la mayoría de gente tiene un GPS TomTom, pero nosotros no lo llevamos y a veces lo pasaremos mal para llegar a nuestro destino. Este camping está muy limpio y una cosa que agradecemos es que tienen unos folios con toda la información que se pueda necesitar y además está en castellano. También tienes cocina, congelador y nevera para dejar tus cosas. Cuesta 64 zlotys al día. Una cosa que nos sorprende es que hay supermercados que están abiertos 24 horas todos los días del año. Hay uno especialmente grande y relativamente cerca del camping que se llama Tesco que es de esos. Hoy hemos hecho 492 km.


Día 2

Compramos en la recepción del camping unos billetes de transporte que son como los de ATM en Barcelona: te duran 1 hora y puedes hacer los transbordos que quieras con el mismo billete. Cuestan 3,2 zlotys. Nosotros tenemos que coger un bus y luego un tranvía que nos deja en el mismo centro de Cracovia. Vemos que hay 3 zonas en Cracovia: la primera es sólo peatonal, por la segunda pueden circular los autorizados y por la tercera pagando, pero con muchas restricciones. La policía funciona muy bien poniendo multas y no se les escapa nadie.

En Cracovia tenemos mucho trabajo, pues hay muchas cosas para ver. Empezamos en la Rinek Glowni (Plaza Mayor del Mercado), es la más grande de Polonia. Mide 200 metros por 200 metros. Dentro de la plaza está el mercado de Paños, que data de la época medieval y que ahora está lleno de tiendecitas de recuerdos y joyas de ámbar. La torre del ayuntamiento es lo único que queda del antiguo ayuntamiento, y se aprovecha para un bar que han puesto en el sótano. También esta la Iglesia de Santa Maria que se empezó a construir en 1355. Es impresionante y tiene un montón de obras de arte. Como curiosidad es que cada hora hay un toque de trompeta, en memoria del trompetero medieval abatido mientras hacia sonar la alarma. Se va asomando por distintas ventanas de la torre Hejnal y saluda a la gente que lo está mirando.

Castillo de Wawel
Castillo de Wawel

Después de aquí nos dirigimos al castillo real de Wawel, pasando por una serie de iglesias como la Iglesia Escolapia, la Iglesia de Santa Ana, la Iglesia Franciscana etc. Una cosa a resaltar es que las iglesias están llenas de feligreses, muchísima gente joven que entra y de rodillas reza. Incluso fuera de las iglesias hay gente cuando no coge dentro y va siguiendo la misa. Cuando llegamos al castillo vemos que es inmenso y que hay muchísima gente. Hay hasta una oficina de turismo que tienen folletos gratuitos, cosa no muy habitual como nos daremos cuenta posteriormente y algunos en castellano. Las fortificaciones del castillo son muy antiguas y de las viejas defensas sólo restan 3 torres de la segunda mitad del siglo XV.

Tiene una catedral gótica que cuesta 10 zlotys por persona. Era donde se hacían las coronaciones de los reyes y donde los enterraban a su muerte. Dentro hay un museo que exhibe piezas del tesoro catedralicio, espadas reales etc. En los sótanos hay un montón de tumbas de reyes polacos, pero lo más llamativo es la campana que es la más grande de Polonia. Pesa unas 11 toneladas y tiene más de 2 metros de diámetro. También la sillería barroca del presbiterio en madera de roble es muy interesante. Hay bares en el castillo, pero no nos atrae lo que venden para comer y decidimos bajar al centro y comer algo. La visita al palacio con su colección oriental y los aposentos reales lo dejamos para otro día. Vamos a comer al Green Way, una cadena de restaurantes vegetarianos que hay por otras partes de Polonia. Nos comemos una especie de musaka con ensalada que está buena aunque llena mucho. Nos cuesta 13 zlotys por persona. Seguimos paseando por el centro y nos acercamos al Collegium Maius que es el edificio más antiguo que se conserva de la Universidad Jagellona que se fundó en 1399. Aquí estudió Copérnico, entre otros sitios. Tiene un artesonado renacentista en el auditorio muy bonito.

Una de las calles para recorrer es la Ulica Florianska, llena de bares, restaurantes y tiendas que va de la Plaza Mayor a la Puerta Florian que es uno de los pocos restos que quedan de las fortificaciones medievales de la ciudad. Hay más museos, iglesias, etc. pero nosotros ya hemos tenido nuestra ración y nos vamos a una terracita a ver pasar la gente y a tomar algo. Volvemos al camping otra vez con el tranvía que, por cierto, tarda bastante. En los postes de las paradas te pone el número del tranvía y la frecuencia de paso. El nuestro pasa cada 20 minutos. Hay otros que pasan más a la hora.


Día 3

Hoy nos vamos a dedicar a ver cosas que hay en los alrededores de Cracovia. Empezamos por algo muy desagradable, pero que hay que ver. Me estoy refiriendo a Oswiecim, que supongo que aparte de la gente que ha estado no nos recuerda nada, pero si digo Auschwitz todo el mundo sabe que fue uno de los campos de concentración más mortíferos de los nazis. Está a 65 km del camping. Nadie sale indiferente de este lugar. Hay 2 centros: el mismo Auschwitz y luego a 2 km está Birkenau, donde se mató a mucha más gente que en el anterior. Empezaron a llegar prisioneros en 1940 y se construyeron cámaras de gas que podían matar a miles de personas al día. Cuando llegaban los vagones de tren se hacían tres partes: los que se mandaban directamente al exterminio, los que iban a hacer trabajos forzados y los que cogían para los experimentos médicos del Dr. Mengele. Cuando liberaron los rusos el campo en Enero de 1945 se encontraron a 7.650 prisioneros enfermos y moribundos. Hay una puerta que pone los pelos de punta porque la hemos visto en películas o documentales y pone Arbeit macht frei (El trabajo libera). La mayoría de muertos fueron judíos, pero también murieron gitanos, homosexuales y de otras nacionalidades. Se hacen estimaciones de que murieron entre 900.000 y 1.500.000 de personas.

Campo de exterminio de Birkenau
Campo de exterminio de Birkenau

A nosotros nos impresiona más Birkenau, porque en ese campo no han reconstruido nada y el espacio donde había más de 300 barracones, los restos de los hornos crematorios, las duchas, etc. es estremecedor. Para darle colorido llegan unos autocares de estudiantes judíos de varios países y van pasando y les van explicando unos guías todo el horror que se vivió. En Auschwitz hay tanta gente y todo está tan reconstruido que no nos impresiona tanto. Hay visitas guiadas que se han de coger si van más de 10 personas, pero como nosotros vamos a nuestro aire lo hacemos más rápido, ya que la visita guiada son 3,5 horas de repetición del horror. Hay unas salas especialmente dolorosas, como en una que hay una vidriera y detrás hay miles de zapatos, u otra donde están los cepillos de los zapatos de los presos. También se ven fotos que es para que se te quiten el sueño durante varios días.

Cuando estamos saturados nos vamos en dirección a Pszczyna, ya que la guía visual que llevamos dice que vale la pena. Hay un palacio dentro de las murallas de un castillo gótico de la zona. Era un pabellón de caza enorme con lagos y actualmente el palacio alberga un museo interesante con armas, trofeos de caza y un bonito mobiliario de época. De allá nos vamos a Czestochowa, donde está el monasterio de Jasna Gora, que es el santuario mariano más famoso de toda Polonia y el primer lugar de peregrinación del país. El tesoro de este santuario es la imagen de la Virgen Negra, a la que se atribuyen poderes milagrosos, se pintó en 1434 sobre un antiguo icono bizantino. Representa a la Virgen con el Niño. El monasterio lo fundaron los monjes paulinos que vinieron de Hungría. A destacar está el refectorio, la sala de los Caballeros, el Tesoro y el Vía Crucis que varias personas con su rosario lo van haciendo. Son 14 estaciones dispuestas sobre rocas artificiales en el foso, donde cada día se hacen misas. Cada día hay muchas misas y todas abarrotadas.

De vuelta a Cracovia queremos hacer una ruta de castillos que se llama la ruta de los nidos de águila, pero como nosotros proponemos y las obras y caravanas de Polonia disponen, solo hacemos el castillo de Ogrodzieniec. Está bastante ruinoso pero como tuvo, retuvo. La entrada cuesta 5,5 zlotys y valen la pena. Al día siguiente van a hacer un festival medieval y ya están poniendo las tiendas. Hay unos cuantos chicos tirando con arco, la gente vestida como en la época medieval. Nos da pena no poder quedarnos a ver la fiesta porque promete. Hoy hemos hecho 345 km.


Día 4

Casa de madera de Zakopane
Casa de madera de Zakopane

Hoy hemos decidido acercarnos a los montes Tatra, y el pueblo más representativo, que es Zakopane y tiene el titulo de capital del invierno de Polonia, con unas excelentes instalaciones deportivas y de ocio. Para hacer los escasos 100 km que hay tardamos 3 horribles horas y la última hora para hacer sólo 5 km. Estamos ya cansados y no hemos empezado a visitar nada. Vamos a la oficina de turismo y queremos coger un teleférico que va al monte Kasprowy Wierch, pero nos dicen que está cerrado. Hace mucho frío porque estamos a unos 14 grados y, aunque llevamos ropa de abrigo, estamos destemplados, con lo que nos dedicamos a dar una vueltecita con los millones de polacos y no polacos que han decidido que era una buena idea venir hoy a Zakopane.

El paisaje realmente vale la pena, lo que molesta es tanta tienda y tantísima gente. Por cierto, en Polonia es típico comprar unos collares de bolas de madera de colores. Los hay de muchos tamaños, pero los más baratos, con diferencia, los encontré aquí en Zakopane o en la Rinek de Cracovia. Cuesta un tamaño mediano 6 zlotys, mientras que en otras zonas luego los veré a 20 zlotys. Cerca de Zakopane hay una iglesita de madera muy bonita, aunque el nombre no lo sabemos. Cuando nos cansamos de multitudes nos vamos a Chocholów, famoso por las casas de madera, que son un ejemplo de la arquitectura tradicional de la zona. Como curiosidad cada año los habitantes de las casas las limpian hasta dejarlas blancas. Hoy hemos recorrido 271 km.


Día 5

Nos vamos de Cracovia y vamos dirección norte hasta Jedrzejów, donde según la guía hay la mayor colección del mundo de relojes de sol, después de Chicago y Oxford. Llegar es más o menos fácil, pero encontrar el museo nos cuesta un poco, y al final era tan fácil como que estaba en la Rinek (plaza mayor). Es una visita guiada cada hora en punto. La guía sólo habla en polaco y no sabe una palabra de inglés, con lo cual la comunicación es poco fluida por no decir nula. Nos acompaña de sala en sala y nos va indicando con la mano la dirección a seguir y ya está. Somos los únicos visitantes y no me extraña con lo complicado que es entrar. Cuesta 10 zlotys por persona.

La colección es espectacular, pero no solo por los relojes de sol, sino por todas las colecciones que tenía esta familia. Los relojes más curiosos eran unos relojes de sol de bolsillo fabricados en marfil y que daban la hora con un margen de error de medio minuto, y luego hay otro que a las 12 del mediodía lanzaba una bala con un cañón. Hay uno que calcula la hora por la posición de las estrellas. En fin aparte de todo esto, como es la casa de la familia pues está decorada como del siglo XIX. Llama la atención la cocina con todos los artilugios que utilizaban, había una secadora de la época muy curiosa, también la biblioteca que está especializada en libros para hacer relojes de sol, la biblioteca, la habitación etc. Nos gusta, pero nos encantaría haber tenido alguna explicación aunque hubiese sido en inglés.

De aquí nos vamos a Tokarnia Skasen, que es un museo al aire libre, donde hay más de 30 construcciones de reproducciones de casas de la zona, desde la más pobre a la más suntuosa, también hay tiendas, el colegio, la iglesia etc. Por deformación profesional nos fijamos especialmente en el colegio y realmente era muy duro estudiar en aquella época y el profesor tampoco lo pasaría demasiado bien. Cuesta 10 zlotys por persona. Pasamos por Grabki Duze, donde vemos un palacio rococó que en su momento se pensó que era por sus formas insólitas un harén. Como al dueño le gustaban mucho las mujeres no desmintió el rumor. Está bien, pero es privado, con lo que no se puede visitar.

También en ruta pasamos por Szydlów, un pueblo medieval que le llaman el Carcassone de Polonia. Pueden pasar dos cosas: que no hayan estado en Carcassone o que son muy chovinistas, porque es una presunción comparar las dos ciudades. Tiene una puerta de entrada de estilo gótico que no está mal y realmente está rodeada por unas murallas, pero ahí se acaban las similitudes.

La siguiente ciudad donde paramos es Kurozweki, que se caracteriza por un castillo gótico que fue una de las primeras fortalezas de piedra de la zona. Actualmente lo han convertido en un hotel y un restaurante. Para entrar en los jardines hay que pagar, pero nosotros nos hacemos los locos y pasamos. Hay mucha gente y luego vemos el porqué. Hay una reserva de bisontes, avestruces, jabalís, camellos, ponis, caballos, ciervos, etc. Hay atracciones, un vehículo que te lleva a ver a los bisontes más de cerca y merenderos donde puedes comer unas salchichas con cerveza. Está animada la cosa.

Castillo esotérico de Krzyztopór en Ujazd
Castillo esotérico de Krzyztopór en Ujazd

De camino a nuestro destino visitamos Ujazd, donde están las ruinas del castillo Krzyztopór. La entrada cuesta 6 zlotys. Es un castillo muy excéntrico, pues se construyó para simbolizar un calendario. Tenía 4 torres que representaban las cuatro estaciones y 12 salas, una para cada mes. Se construyeron 52 habitaciones y 365 ventanas sin olvidarse de añadir una ventana para los años bisiestos que permanecía cegada el resto del tiempo. El gran comedor tenía un gigantesco acuario de cristal dentro del techo. Los establos, para los 370 sementales del propietario, estaban completados con espejos y comederos de mármol negro. Tenía un pasadizo que unía este castillo con el de su hermano en Ossolin, a 15 km de distancia. Se dice que el suelo se cubría de azúcar para crear la sensación de que era nieve para cuando se visitaban con los trineos tirados por caballos. El dueño se murió nada más estrenarlo y los suecos lo destrozaron 10 años después. De todo esto no queda nada. Hay idea de restaurarlo, pero es un trabajo ingente y no sé si vale la pena. Las ruinas igualmente valen la pena.

El final del día lo tenemos en Sandomierz, donde buscamos alojamiento. Buscando un hotel encontramos una casa que tiene un cartel en la puerta que pone Pokoje , lo cual significa que alquila habitaciones. Preguntamos y el dueño de la casa nos enseña las habitaciones que son lujosísimas. Cuestan 100 zlotys y nos la quedamos. Esta ciudad, que hemos escogido por la hora que era y porqué ya estábamos cansados, es una preciosidad y nos sorprende la cantidad de cosas que tiene para visitar. La catedral tiene 12 grandes pinturas en sus paredes laterales que describen todos los métodos imaginables de tortura y todos los métodos de muerte para un ser humano. Se supone que simboliza los 12 meses del año. Junto a cada escena de tortura se encuentra el numero ordinal que representa el día del mes. La leyenda cuenta que si uno encuentra el mes y el día de su nacimiento, conocerá como va a morir. El pintor no se quedó contento con lo anterior, sino que también pintó en el muro posterior de la iglesia historias de la ciudad como la masacre mongol de 1259 y la explosión del castillo por los suecos en 1656. La plaza del mercado está ligeramente inclinada y se debe a que las casas tenían unos sótanos construidos en el siglo XV que con el paso de los años fueron quedando en desuso y abandonados. Como estaban en suelo blando y sin refuerzos socavaron la ciudad y contribuyeron al deslizamiento. Se han restaurado y de hecho se pueden visitar. También tiene su castillo y unas cuantas iglesias. Aquí cenamos en la Rinek una pizza, pero está bastante mala, aparte de que a todo le ponen ketchup, sea lo que sea. Hoy hemos hecho 286 km.


Día 6

Salimos en dirección a Zamosc, que es, según las guías, la ciudad renacentista mejor conservada de Europa. Pero en ruta paramos en Zwierzyniec, que nació como pueblo cuando a un señor se le ocurrió hacer una reserva de animales, pero no un coto de caza, sino para preservarlos. Este pueblo es famoso por 2 cosas: la primera que es la entrada del parque nacional de Roztocze donde se conservaron los tarpanes, un caballo autóctono de la zona (ahora aquí no hay), ahora hay zorros, venados, martas, tejones, alces, lobos y linces. Hay también más de 190 especies de aves e insectos. De escarabajos hay más de 2.000 especies (ya son ganas). Hay rutas de senderismo y según la guia en información tienen mapas para hacer algunos senderos. Nosotros no encontramos a nadie que nos informe y eso que lo buscamos, con lo que nos vamos a la segunda razón para conocer este pueblo, que es que hay una fabrica de cerveza y si no la bebes aquí no se encuentra. Como veis el tema de la cerveza es un tema que nos apasiona, con lo que para seguir con nuestro estudio científico de las cervezas allá que nos vamos a tomarnos una. Está muy buena, la verdad.

Llegamos a Zamosc y en la oficina de turismo nos miramos las distintas opciones de hoteles que hay y vamos al Junior, donde la habitación doble con baño cuesta 105 zlotys. Es correcta sin más. Para comer vamos a la Plaza del Ayuntamiento donde las casas más espectaculares, que recomienda la guía, que son las de los armenios, están tapadas porque las están restaurando. Nos comemos un pancake de patata que es típico de aquí, pero no nos convence demasiado. Seguimos con la visita de la ciudad y vamos a la Catedral, que la están restaurando. Las fortificaciones que rodean Zamosc permitieron a la ciudad resistir el asedio cosaco y el sueco. También se tiene que visitar la Rotunda, que es un fuerte con planta anillada construido hacia 1820 como parte de la defensa de la ciudad. Durante la II GM los nazis lo utilizaron para las ejecuciones y ahora es el Museo del Martirio. Hay unas capillas con tumbas y en las inmediaciones las tumbas por sectores, los judíos, los polacos, los rusos etc. Para cenar en la misma Rinek una pizza nos reconcilia con la humanidad porque esta si que esta muy apetitosa. Aquí por lo menos preguntan si la queremos con mayonesa y ketchup y podemos rechazar la propuesta. Hemos hecho 182 km.


Día 7

Hoy nuestra primera parada es Lublin. Cuenta con muchos edificios históricos y también es conocida por la universidad. La puerta de Cracovia es uno de los símbolos de Lublin, y está rodeada de un laberinto de callejuelas. Las fachadas tienen motivos ornamentales barrocos y manieristas. En el centro de la ciudad vieja está la plaza del Mercado con el Ayuntamiento. El castillo de Lublin es el edificio histórico mas importante de la ciudad, se construyó en el s. XIV y reconstruido luego en estilo gótico. Ahora alberga el Museo de Lublin, pero hasta mediados de 2008 está cerrado por obras de rehabilitación.

Desde aquí vamos a Kazimierz Dolny, un pueblo pequeñito, el favorito de los poetas y los pintores para pasar las vacaciones. Las ruinas de un castillo gótico dominan la población, pero este han decidido no reconstruirlo. Es normal: está hecho polvo y tienen demasiado trabajo con el resto de castillos que reconstruyen. Tiene una atalaya, 200 metros monte arriba que se construyó como parte de las fortificaciones de madera, que se han perdido. Mide 20 metros y sus paredes tienen 4 metros de grosor. La parte más atractiva es la plaza del mercado, rodeado de casas manieristas, muy decoradas y en el centro tiene un pozo de madera. Cuando llegamos está lleno de puestos de fruta, y nos llama la atención las cestitas con moras y frambuesas que por estos lares son más tempranas y hay en mucha cantidad por los inmensos bosques de que disfrutan. A las 12 del mediodía ya lo quitan todo y el servicio de limpieza lo limpia con una celeridad increíble y no quedan rastros del mercado. Ahora es el pueblo donde los habitantes de Varsovia pasan el fin de semana, con lo que está lleno de hoteles, casas que alquilan habitaciones, restaurantes, etc.

Desde esta tranquilidad y sosiego nuestra siguiente parada ya es la capital: Varsovia. Es una macrociudad llena de autovías, autopistas, puentes etc. Aturulla un poco y como no sabemos exactamente donde está el camping que nos habían recomendado una pareja de madrileños en Cracovia, paramos en una gasolinera para comprar un mapa de la ciudad. El que compramos no es exactamente lo que queríamos, pero ya nos orienta y después de unas vueltas lo encontramos. Se llama Wok y es nuevo y pequeñito. Está a unos 13 km del centro de Varsovia, pero en cuanto lo encuentras es fácil orientarse porque una autovía que va paralela al río te lleva a el. Cuesta 60 zlotys la noche y tiene donde cocinar y nevera. Hemos hecho 323 km.


Día 8

Desde el camping llegamos a la ciudad en coche. Hay transporte público, pero como está lejos decidimos ir en el coche. Unos vecinos catalanes del camping nos han dicho que no es difícil aparcar. Cuando llegamos lo dejamos en una calle pagando 2 horas que cuestan a 2,5 zlotys la hora. Nos acercamos a la Ciudad Vieja a visitar el Castillo Real.

Se construyó en el siglo XIV, pero se reformó en el s. XVII y se convirtió en una de las residencias reales más suntuosas de la época. En la II GM, el castillo fue deliberadamente destruido por ordenes de Hitler, pero se reconstruyó enteramente desde 1971 hasta 1988, conservando las partes que habían sobrevivido y miles de fragmentos arquitectónicos originales. Se pudo reconstruir gracias al trabajo desinteresado de miles de polacos que llegaban con tiendas de campaña a trabajar en sus tiempos libres. También se puso una gran hucha en la puerta donde la gente depositaba dinero para la reconstrucción. También miles de exiliados en USA y Canadá hicieron aportaciones económicas para que la maravilla que fue, se consiguiera recuperarla para las generaciones futuras. Tiene "solo" 300 habitaciones y la estructura de ladrillo es una reproducción. Todo ello hace que nosotros ahora nos maravillemos con las habitaciones de los príncipes, la sala de Mármol, la sala de los senadores, el Salón de Baile, el salón de los caballeros y la estrella, según nuestras apreciaciones muy subjetivas, la Sala Canaleto, donde sus paredes están decoradas con 23 cuadros con escenas de Varsovia pintadas por este pintor y que sirvieron para que las reconstrucciones se ajustaran lo más posible a la realidad. Cuesta la entrada 20 zlotys por persona el Tour 2, y el Tour 1, 15 zlotys. Lo descrito está en el tour 2 (el tour 1 lo desestimamos por saturación). También hay un video que explica como se reconstruyó el castillo.

Murallas antiguas en Varsovia
Murallas antiguas en Varsovia

Al lado del castillo hay un parking que vale la pena, porque las dos primeras horas están penalizadas (cuestan 5 zlotys), pero luego el precio baja y puedes tenerlo 6 horas por 19 zlotys. Vamos a visitar la barbacana y las murallas que guardaban la entrada norte de la ciudad. La plaza de la ciudad vieja es el punto más animado de la ciudad con múltiples restaurantes y tiendas. También se visita la catedral de San Juan, la iglesia Jesuita, la Iglesia de San Martín, y el Palacio bajo tejado de hojalata que fue la primera casa donde se puso hojalata en vez de tejas. También en el centro de la plaza Zamkowy está la estatua de Segismundo que alcanza 22 metros de altura y consiste en una columna corintia de granito sobre un alto plinto, coronada por la estatua del rey con una cruz en la mano izquierda y una espada en la derecha.

En esta plaza empieza la ruta real con la iglesia de Santa Ana, la estatua de Adam Mickiewicz (importante poeta romántico), la iglesia carmelita, el Palacio Namiestnikowski, que es hoy la residencia del presidente de Polonia (sin comentarios del personaje), la iglesia de la Visitación, la universidad de Varsovia (la mayor institución educativa del país), la iglesia de la Santa Cruz, la estatua de Nicolás Copérnico y el Palacio Staszic que ahora alberga la Academia Polaca de las ciencias. De allí vamos a la calle Nowy Swiat (Nuevo Mundo), donde se levantaron casas vecinales de estilo neoclásico tardío, con restaurantes, cafés, teatros, hoteles y tiendas.

De aquí, pero en coche, vamos a ver un poco el centro urbano, con la estrella que es el mamotreto del Palacio de la Cultura y la Ciencia. Es un enorme inmueble regalo de la URSS al pueblo de Varsovia que se construyó entre 1952 y 1955, y fue el segundo más alto de Europa. Alcanza una altura de 230 metros, 30 plantas, y un volumen de 800.000 metros cúbicos. Tiene un mirador que brinda una buena panorámica de la ciudad. Hay gente que pide la demolición, aunque creo que sería un error. De allí vamos al Gueto Judío, donde no queda absolutamente nada, sólo un monumento a los Héroes del Gueto que se erigió en 1948, con la ciudad aún en ruinas. Simboliza la heroica defensa del Gueto en la insurrección de 1943, no ya para conquistar la libertad sino como una manera honorable de morir. En los relieves se ven hombres, mujeres y niños que tratan de huir del gueto en llamas y un desfile de judíos en dirección a los campos de la muerte bajo las bayonetas nazis. También hay el monumento Umschlagplatz. Se inaguró en 1988 en el lugar de un antiguo apeadero de tren desde donde partieron 300.000 judíos del gueto en vagones de ganado a una muerte casi segura en los campos de exterminio nazis, sobre todo Treblinka. Las condiciones de vida en el gueto eran inhumanas, hacia 1942 habían muerto ya 100.000 de sus habitantes. Entre el monumento a los héroes del gueto y este circula el Sendero del Martirio Judío y la Resistencia, que está señalizado con 16 bloques de granito que llevan inscripciones en polaco, yídish y hebreo. Cada bloque está dedicado a la memoria de los 450.000 judíos que fueron asesinados en el Gueto de Varsovia desde 1940 a 1943.

En las afueras de Varsovia está el Palacio Lazienki, ubicado en el Parque del mismo nombre. Es sus inicios fue un pabellón de baño sobre una isleta que ahora es un museo. La zona fue adquirida por el rey en 1776 y al poco tiempo se transformó en un espléndido parque con un palacio, un anfiteatro (que se inspiró en el aspecto que presentaba el teatro romano de Herculano, según unos, y en la ciudad de Baalbek en Líbano según otros) y diversos castilletes y otros edificios como el Palacio Belvedere que fue residencia de los presidentes polacos hasta 1994. También hay una escultura a Chopin y pavos reales por los jardines en libertad.


Día 9

Salimos de Varsovia con un atasco monumental. Paramos en Pultusk, situado en una isla formada por un brazo del río Narwa y posee una de las plazas de mercado más largas de Europa. El ayuntamiento con una torre gótica de ladrillo, albergando el Museo Regional. Al sur de la plaza se levanta el castillo de los obispos de Plock. En el nº 29 está la casa verde donde Napoleón se alojó después de la batalla de Pultusk, ya que el castillo estaba tan deteriorado que no era aconsejable. Actualmente el castillo lo han reconstruido y han puesto un hotel de lujo.

Pasamos por Swieta Lipka, una diminuta aldea cuyo nombre significa tilo sagrado y sus orígenes están vinculados a uno de los milagros más famosos de Polonia. Cuenta la leyenda que un prisionero del castillo de Ketrzyn recibió la noche antes de su ejecución la visita de la Virgen Maria, quien se apareció con un tronco de árbol para que el le esculpiera su imagen. La talla resultó ser tan bonita que los jueces la interpretaron como una señal divina, perdonaron al condenado y le concedieron la libertad. De vuelta a casa, el liberado colocó la figura en el primer tilo que encontró por el camino que estaba en Swieta Lipka. Se empezaron a suceder los milagros, e incluso las ovejas se arrodillaban cuando pasaban por el lugar. Se construyó una capilla de madera que protegiera la talla milagrosa, reemplazado por el actual edificio barroco. La joya de la iglesia es un órgano de 500 tubos que está decorado con figuras mecánicas de santos y ángeles que bailan alrededor cuando suena, a imagen de los relojes astronómicos. En verano hay varias demostraciones. Es muy kitsch, tipo Almodóvar. También es uno de los principales santuarios marianos de Polonia, por lo que es visitado por miles de peregrinos. El claustro que rodea la iglesia está decorado con frescos, los cuales están siendo restaurados en la actualidad.

Muy cerquita está Ketrzyn, la cual es famosa por tener Gierloz a 10 km, el emplazamiento de la Cueva del Lobo (Wolfsschanze). Fue el cuartel general de Hitler desde 1941 a 1944. Son 18 hectáreas de maleza entre la que se camuflaban varios búnkeres en medio del bosque. Había también un aeródromo, un acceso ferroviario y una estación eléctrica. Las obras, llevadas a cabo por unos 3.000 obreros alemanes, empezaron en 1940; el cemento, el acero y la grava de basalto se trajeron de Alemania. Se construyeron unas 80 estructuras, incluidos 7 pesados búnkeres para los máximos dirigentes. Tenían paredes y techos de hasta 8 metros de grosor. Todo el recinto estaba acordonado por alambradas de espinos, puestos de artillería y un sofisticado sistema de minas. Aparte del camuflaje natural de árboles y plantas, el recinto del bunker se ocultó con pantallas de vegetación artificial que variaban con la estación del año y que estaban sostenidas con cables. Aquí fracasó el atentado del oficial alemán Klaus von Stauffenberg contra Hitler el 20 de Julio de 1944. El espionaje aliado nunca llegó a descubrir la cueva y los alemanes volaron los búnkeres al retirarse en enero de 1945. Se tardó 10 años en desactivar las minas de la zona (había unas 55.000). Cuesta 8 zlotys por persona y otros tantos por el coche. A pesar de estar muy destrozado impresiona mucho lo que queda.

Como ha caído una tormenta importante decidimos ir a dormir a una casa que alquile habitaciones. Encontramos una que nos pide 70 zlotys, pero es una habitación muy cutre, la casa también y nos vamos. En el mismo Ketrzyn encontramos un hotel que se llama Aria, donde la habitación nos cuesta 60 zlotys porque tiene 3 camas y tenemos que pagar las 3. Es sencillo, pero está limpio y tiene una cocina para los clientes. Hoy hemos hecho 300 km.


Día 10

Hemos llegado hasta aquí con la idea de llegar a Estonia, Lituania y Letonia, pero vemos que no nos da tiempo y preferimos ver mejor Polonia y dejar para otro viaje esos países. Vamos en dirección oeste hasta Braniewo. Estamos muy cerca de la frontera con Rusia y hay controles militares por las carreteras. De hecho, en algunos momentos estamos a 10 km de la frontera. Es una zona muy bonita y hay muchas cigüeñas, las cuales en Polonia se ven como signo de buena suerte y a la gente les encanta que hagan sus nidos cerca de sus casas. Vuelven año tras año al mismo nido y son fieles a su pareja durante toda la vida. Se ven en los campos recién arados buscando comida. Otras se ven con ramitas porque deben estar construyendo su primer nido. Es bonito y bucólico.

En Braniewo está la iglesia de Santa Catalina que data de 1343, aunque durante la guerra la destruyeron y ha sido reconstruida por completo. A pocos kilómetros está Frombork, una población fortificada cuyos orígenes se remontan a mediados del s. XIII. Es famosa porque aquí es donde Copérnico pasó la segunda parte de su vida, hizo todos sus estudios y formuló la teoría heliocéntrica. Fue enterrado en la catedral. El castillo, que domina el pueblo desde lo alto de una colina, de hecho es una catedral, aunque el conjunto perdió muchas de sus defensas, todavía está rodeada por una muralla defensiva con varias torres y una gran puerta principal en su lado Sur. Dentro de los terrenos hay un palacio y una sala capitular. El campanario, también llamado Torre de Copérnico, alberga un planetario. Se paga 4 zlotys por cada cosa que quieres visitar. Además pasan un video en polaco en el planetario que no sé lo que vale, porque en ningún momento nos planteamos verlo. Nosotros subimos al campanario porqué las vistas son magnificas y es muy agradable.

Desde aquí nuestro próximo objetivo es el Canal de Elblag. Vamos hacia Elblag, pero es un error porque se da una gran vuelta y aparte hay obras (que raro!!). Lo mejor es coger una comarcal que sale de Frombork y llegar hasta Paslec. De allí se coge otra carretera que lleva a Buczyniec. El canal de Elblag es una de las proezas de la ingeniería hidráulica de Polonia. Se trata de una red de canales y esclusas que comunican los lagos. La construyó un holandés entre 1848 y 1872. Las autoridades prusianas no daban su aprobación al proyecto por irreal y demasiado costoso, pero el inventor no se arredró y consiguió hablar con el rey de Prusia, y como nadie había hecho nada igual dio su apoyo al proyecto. En su origen se utilizaba para transportar madera, pero ahora ya no se utiliza. Tiene una longitud total de 212 km, ramales incluidos. Un ingenioso sistema de gradas permite izar y transportar las gabarras por tierra de un lado a otro, ya que la diferencia de nivel es muy alta como para construir esclusas convencionales. Hay 5 gradas en los 10 km que hay de Buczyniec a Caluny. Desde la orilla se ve como transportan los barcos, de las 12 a las 2 del mediodía: cada grada consiste en 2 vagones atados a una sencilla cuerda que funciona como un funicular y son accionados por energía hidráulica. Se pueden coger unos barcos que tardan unas 5 horas en hacer el trayecto Elblag-Buczyniec.

Castillo de Marlbork
Castillo de Marlbork

De aquí vamos a Malbork, donde encontramos rápidamente el único camping que señalizan de toda Polonia. Está a 500 metros del castillo. Es el nº 179 y cuesta 48 zlotys la noche.

Malbork, el castillo de la Orden Teutónica, se comenzó a construir en el s. XIII. En 1309 se convirtió en capital de un estado independiente, fundado por dicha orden. La primera fase de la obra era el castillo de la Asamblea, convento fortificado más tarde conocido como castillo superior. El castillo medio se construyó poco después en 1310. Luego se levantó el palacio del Gran Maestre. Es el castillo gótico más grande de Europa, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

El enorme tamaño de la fortaleza es lo primero que impacta al viajero, ya que se ha preservado casi la totalidad del complejo, con sus múltiples murallas y torres de defensa y gran parte del interior. Las mejores vistas se contemplan desde la orilla opuesta del río. Las visitas son guiadas en polaco y duran unas 3 horas. El precio es 30 zlotys por persona. Sólo para entrar hay que pasar 5 verjas. Hemos hecho 285 km.


Día 11

Salimos en dirección a Gdansk, que está a unos 75 km. Nos alojamos en el camping nº 19, en Sopot. Cuesta la noche 38 zlotys. Es muy grande, con restaurante, columpios, etc. A esta ciudad se le llama la ciudad triple porque engloba Gdansk, Sopot y Gdynia. Es una de las ciudades más bonitas de Europa, con hermosos edificios y una historia de más de 1.000 años. Gracias a su casco antiguo, que ha sido reformado minuciosamente, recibe tantos visitantes como Varsovia o Cracovia. Los edificios más importantes de Gdansk se pueden encontrar en el centro urbano, que se puede visitar a pie.

Como hace más o menos buen tiempo decidimos ir a la Península de Hel. Tiene unos 34 km de longitud y entre 200 metros y 3 km de anchura. Está formada por bancos de arena depositados por las corrientes marinas. La llegada del tren estimuló el turismo en toda la península, cuyo mayor atractivo era la doble playa: una parte con vistas al mar abierto y la otra al golfo de Gdansk. En la base de la península está el pueblo de Wladyslawowo, con varios complejos vacacionales. En la punta de la península se halla el puerto pesquero y turístico de Hel, con un faro y casas de pescadores con entramado de madera. Pillamos una caravana importante para llegar, son unos 100 km pero tardamos 3 horas. Lo más turístico de Hel, aparte del museo de la pesca, es el fokarium, donde hay 4 o 5 focas grises. A las 11 y a las 15 se les da de comer y es cuando hay más colas para entrar. Cuesta 2 zlotys. Como en todos los sitios del mundo la gente tiraba monedas en los tanques donde estaban las focas y en el año 2001 se murió una de ellas después de tragar monedas durante años. En la península hay una celebración de la II GM, donde en medio del bosque han hecho una recreación de un campamento con varias tiendas de campaña, una con un hospital militar de campaña, vehículos auténticos, y la gente va disfrazada de militares, de americanos, de nazis , como mínimo es curioso. Hay una paradita que vende artículos militares y otra donde hacen chapas como las que llevaban los militares americanos con su nombre y datos médicos. También hay armas, fusiles, camuflajes, etc. Todo es para promocionar un juego de ordenador que se llama Airbone. Esta zona fue la ultima que pudieron conquistar los rusos.

A la vuelta solo tardamos 2 horas en hacer unos 90 km. Para cenar nos vamos al pueblo de Sopot que tiene su encanto. En la playa hay un montón de chiringuitos. Cenamos halibut en papillote y patatas fritas con cerveza. Todo muy bueno y con mucho ambiente. El pescado, después de hecho, lo pesan y te cobran a 6 zlotys los 100 gramos. Hoy hemos hecho 264 km.


Día 12

Hoy lo dedicamos a visitar Gdansk. Hacemos el camino real, que sólo mide 500 metros, pero quizás es el más perfecto. Empezamos por la calle Dluga, que es una calle peatonal con mucho a ver. Tenemos la Puerta Alta construida entre 1574 y 1575 como parte de las nuevas fortificaciones de la ciudad. Posteriormente se embelleció y se adornó con 3 escudos de armas, Prusia con unicornios, Polonia con ángeles y Gdansk con leones. Detrás de la puerta alta hay una gran construcción del siglo XV llamada puerta Delantera que contiene la cámara de las torturas, luego se añadió un piso más que hacía las funciones de tribunal y al lado oeste está la torre de la Cárcel, donde se encerraba a los reos de muerte y ahora acoge el museo del ámbar.

De aquí pasamos a la Puerta Dorada, una especie de arco de triunfo ornamentada con una columnata de dos pisos y cubiertos con 8 estatuas alegóricas. Al lado está la sede de la Hermandad de San Jorge, la casa Uphagen que ahora forma parte del Museo de Historia Local y tiene unos paneles rococó muy bonitos. Nos encontramos poco después el Ayuntamiento, con su alta torre de 81,5 metros que ahora alberga el Museo de Gdansk. A partir de aquí es la calle Dlugi, también con edificios destacados como el Palacio Artús que era un lugar de reunión de dignatarios, sede de la Hermandad de San Cristóbal, también llamado la corte del Rey Arturo, que conserva una estufa gigantesca de cerámica. Tiene una torre de 5 niveles y mide 10,65 metros de alto y está decorada con representaciones de dirigentes, alegorías y escudos de armas. Se conservó porque los conservadores desmontaron la parte superior y la escondieron. Enfrente está la fuente de Neptuno, protegida por una cerca de hierro dado que, según cuenta la leyenda, una noche de bodas del tridente manó vodka Goldwasser (el vodka de la ciudad) y Neptuno se vio amenazado por una multitud de borrachos.

También encontramos la Casa Dorada, que se construyó para un rico mercader y su esposa. Lo más llamativo es la fachada cubierta de relieves dorados que no fueron dañados con los incendios de 1945. Se dice que la casa está encantada y que en uno de los pasillos se puede ver la figura resplandeciente de la antigua dueña susurrando: "Un acto justo no tiene miedo de nadie". Las 4 estatuas que saludan desde la balaustrada son Cleopatra, Edipo, Aquiles y Antígona. Al final nos encontramos con la puerta verde, que no parece una puerta sino una mansión porque ejercía la función de residencia de los reyes durante sus visitas a la ciudad.

En este edificio tiene actualmente las oficinas el expresidente de Polonia y líder del sindicato Solidarnosc, Lech Walesa. De aquí vamos a ver la Grúa de Gdansk, que es un símbolo de la ciudad y una construcción medieval única en Europa. Se levantó en el siglo XIV y su estructura es de madera en su totalidad, estando situada entre 2 torres circulares de ladrillo. Se accionaba manualmente mediante unas enormes poleas situadas en el interior, capaces de levantar pesos de hasta 2 toneladas hasta una altura de 27 metros. Servía tanto para cargar como para descargar mercancías y también instalaba los mástiles en los barcos. Una calle para pasear es la Ulica Mariacka, que se considera la calle más bonita de la ciudad. Las casas se han reconstruido en su totalidad y están elevadas con unas terrazas exteriores y con parapetos decorativos. No hay que dejar de visitar la Iglesia de Santa Maria, a poder ser a las 12 del mediodía, pues tiene un reloj astronómico realizado entre 1464 y 1470, el cual da la hora, el día, las fechas de los festivos y las fases lunares. Pero a las 12 muestra un desfile con Adán y Eva, los Apóstoles, los Reyes Magos y la Muerte. La iglesia en sí es gigantesca. Tiene 3 naves, con 37 ventanales (el más grande tiene 127 m²) y se debe destacar un panel que representa la Tabla de los Diez Mandamientos y otro que se llama el Panel de la Caridad, cuyo fin era estimular la generosidad de los fieles y estaba encima del cepillo de la iglesia.

Puente en Gdansk
Puente en Gdansk

Todo está muy animado porque desde el 29 de Julio hasta el 19 de Agosto es la feria de Santo Domingo y está lleno de puestos de venta de todo tipo de cosas y también de comida, lo cual aprovechamos para probar los zapiekanki. Es el tentempié favorito de los polacos y es media barra de pan con cebolla frita, champiñones, queso, ketchup y gratinado. Está muy bueno y es barato, pues se puede encontrar por 3 zlotys. Por la tarde visitamos el Molino grande, el cual fue uno de los edificios industriales más grandes de la Europa Medieval. Se terminó sobre 1350, es de ladrillo y está rematado por un tejado alto y afilado. En la parte delantera del edificio había una panadería de dos plantas con una chimenea de la misma altura que el tejado. Al lado del molino había 12 y más tarde 18 grandes pértigas en las que se montaban las muelas para las distintas clases de cereal. Enfrente está la iglesia de Santa Catalina, que se quemó en mayo de 2006 y ha perdido gran parte de su interior, aunque la están reconstruyendo.

De vuelta nos acercamos al monumento a los trabajadores de los astilleros. Se levantó a los pocos meses de la famosa huelga de los trabajadores de los astilleros de Gdansk en 1980 y la fundación del sindicato Solidaridad. Rinde homenaje a los obreros de los astilleros asesinados durante la huelga. Se alza a 30 metros del lugar donde cayeron las 3 primeras victimas. Las 3 cruces de acero inoxidable de 42 metros de altura advierten de que la tragedia puede repetirse. El diseño fue hecho por los mismos trabajadores ayudados por unos artistas y todas las manifestaciones que se hacían en aquella época salían de aquí, siendo represaliadas siempre por la policía.


Día 13

Salimos de Sopot, en dirección a Torun, pero como es habitual por el camino vamos encontrando pueblitos que merecen una parada, como Gniew, una pequeña y bonita localidad a orillas del Vístula fundada por la orden teutónica. El castillo que se empezó a construir en 1283 tiene una planta regular con 4 torres en los ángulos y restos de una torre del homenaje. Acaban de celebrar el día anterior un festival con torneos, concursos medievales etc. El castillo también alquila habitaciones a jóvenes.

Grudziadz es famoso por su enorme conjunto de graneros del puerto, 26 edificios de ladrillo alineados a orillas del río, tenía fines defensivos, aparte de la propia función de almacenamiento. Después se han abierto ventanas en algunos de ellos para reconvertirlos en viviendas. Tienen la mayoría 6 pisos y ofrecen una panorámica imponente desde el río. De aquí a Chelmno, cuyo trazado medieval y las fortificaciones se conservan casi sin alteración. En las murallas hay 23 torres y una puerta fortificada, la puerta de Grudziadz, que se transformó en capilla. El mejor edificio de la ciudad es el Ayuntamiento, de estilo renacentista y que acoge la oficina de turismo (cuando pedimos información dicen que por supuesto, pero pagando). Detrás del ayuntamiento hay una barra de medir de hierro de 4,35 metros que establece la llamada medida de Chelmno o pret que se divide en pies un poco más pequeños que la medida inglesa. Toda la ciudad está diseñada siguiendo esta unidad de medida y todas las calles tienen la misma anchura. También cuenta con su propio sistema de pesos. También merece una visita la Iglesia de la Asunción.

En Torun vamos a la oficina de turismo a buscar hotel, pero los que nos ofrecen no nos convencen y al final nos vamos al camping nº 33 Tramp. Cuesta 30 zlotys. Tienen habitaciones por 65 sin baño y 80 con él. Son tan pequeñas que no la cogemos. Esperemos que no llueva. Torun es conocida por ser el lugar de nacimiento de Copérnico, aunque también es famosa por su arquitectura. Conserva el trazado urbanístico medieval y es muy pacifica porque las calles son peatonales. El punto de inicio habitual del recorrido es la plaza del mercado, donde el edificio de ladrillo rojo del Ayuntamiento destaca rodeado de unas bonitas casas decoradas con profusión de figuras, adornos, etc. También vale la pena visitar la casa de Copérnico. No es muy seguro que naciese allá, pero la casa pertenecía a la familia, con lo que se presupone. Quedan las ruinas del castillo que construyeron los caballeros teutónicos. Sólo quedó en pie la torre de la letrina, que se levantaba sobre el arroyo y actuaba como colector, y también se conservan parte de las celdas y el claustro. Desde aquí se pueden visitar la puerta del Puente (Brama Mostowa) desde donde antiguamente se cruzaba el río. La puerta de los marineros y la puerta del Monasterio, quedan también algunos graneros y la torre inclinada. La catedral de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista también merece una visita.

Cuando ya hemos visto lo más interesante de Torun nos dirigimos a un ciber que, a pesar de tener la dirección, como está en un piso, no es muy visible. Es el Space Café y la persona que lo lleva es la persona más estupida que nos hemos encontrado en todo el viaje. Al acabar con los mensajes y la lectura del periódico para ver como estaba todo, le preguntamos cuanto tenemos que pagar porque no habíamos controlado el tiempo que llevábamos conectados. Nos dice el precio en polaco y sintiéndolo mucho, ese idioma no lo dominamos nada con lo que le decimos si nos lo puede decir en inglés y dice que no. Nos vuelve a repetir el precio en polaco y nosotros con cara de incredulidad pensando este chico es idiota. Cuando la cosa se ponía tensa nos enseña la pantalla del ordenador donde estaba el precio. Increíble, tanto costaba apuntarlo en un papel???. Después de esta experiencia nos vamos a cenar a un restaurante con una terracita muy agradable. Hoy hemos hecho 251 km.


Día 14

Hoy vamos directamente a Wroclaw, porque en medio no hay nada demasiado interesante. Cuando llegamos nos cuesta un poco ubicarnos y empezamos a buscar el camping que pone la guía, pero que no sale la dirección correcta. Damos muchas vueltas (no tenemos GPS en el coche) y al final lo encontramos y ¡oh sorpresa! está cerrado y "ocupado" por gente un poco rara. Volvemos a la ciudad y nos vamos a buscar un hotel, pero todos los medianos están ocupados. Nos vamos a la oficina de turismo y nos dice que hay otro camping y nos da un mapa donde sale la ubicación con lo que lo encontramos rápido. Cuesta 41,7 zlotys. Ha sido demoledor el primer contacto con la ciudad donde nació la abuelita de Antonio. La furibunda defensa que hicieron las tropas alemanas en los últimos meses de la II GM hizo que destrozaran Ÿ partes de la ciudad. La reconstrucción ha paliado aquel desastre. Tenemos la universidad de Wroclaw, con su aula Leopoldina que es el salón de actos, con decoraciones de estucos, y tallas espectaculares. De estas aulas han salido 8 premios Nobel, como el físico nuclear Max Born. La Rinek es la segunda más grande del país, sólo superada por la de Cracovia. Está muy animada en verano con músicos ambulantes que amenizan el rato a los que están sentados en los numerosos restaurantes que hay en la plaza.

El Ayuntamiento es tan grande que en su interior confluyen 3 calles. El decorado Pilar de la Flagelación, frente a la fachada, marca el lugar exacto donde los reos eran azotados en la época medieval. El punto más visitado de Wroclaw es el Panorama Raclawice que se halla en un edificio cilíndrico del parque, junto al Museo de Arquitectura. Se trata de un enorme lienzo panorámico (15 metros de altura por 114 de ancho) que cubre el muro interior de una rotonda de una forma continua y que puede contemplarse desde un balcón central. La pintura representa la Batalla de Raclawice, que tuvo lugar en 1794, entre el ejercito de campesinos polacos y las tropas rusas. Fue uno de los tantos intentos de conservar la soberanía polaca. Esta batalla la ganaron los polacos, pero pocos meses después el ejército zarista volvía a machacarlos. Un siglo después se pensó en conmemorar esa gesta y se tardó en pintarlo 9 meses, 9 pintores que pintaban conjuntamente. Después de la II GM los rusos se mostraban reacios a mostrarla y no fue hasta 1980, con la incipiente democracia implantada por el sindicato Solidaridad, cuando se tomó la decisión de volver a mostrar el lienzo al público. Es recomendable comprar la entrada con antelación porque hay muchas colas.

La iglesia de los Santos Wenceslao, Estanislao y Dorotea, está dedicada a 3 santos: el 1º checo, el 2º polaco y la 3ª alemana, y se levantó en 1351 para estrechar las relaciones entre las tres nacionalidades que convivían en la ciudad. Hay más de 100 puentes en la ciudad, pero uno de los más famosos es el Puente de Tumski que tiene las figuras de Santa Jadwiga y San Juan Bautista. Otro impresionante es el puente colgante de Grumwaldzki, construido en 1908. Hoy hemos hecho 332 km.


Día 15

Hoy lo vamos a dedicar a visitar el Valle de Klodzko, famoso por su arquitectura, sus balnearios y sus paisajes. La zona, fronteriza durante siglos, está llena de castillos. Aquí levantaron residencias muchos dignatarios atraídos por la bonanza del clima y las aguas minerales.

La primera visita es Klodzko. Su casco antiguo se encuentra en una ladera, y sus serpenteantes calles, su plaza inclinada y sus casas colgantes le otorgan un encanto especial. Debido a su posición estratégica, la ciudad estaba fortificada. Los primeros castillos fueron reemplazados por una enorme fortaleza de ladrillo que iniciaron los austriacos y completaron los prusianos. Cuesta 7 zlotys la entrada. Los muros de la parte más baja miden más de 11 metros de grosor y los de la parte superior no bajan de los 4 metros. Es posible recorrer los senderos y las salas o ir hasta lo alto de la fortaleza para contemplar la ciudad a vista de pájaro. Hay algunas exposiciones (una de coches de bomberos antiguos!!!!), pero el principal atractivo (que nosotros no hacemos) es la extensa red de túneles de defensa. Hay una visita guiada en polaco de 40 minutos que cada hora recorre un circuito de 1 km por algunos pasadizos tan bajos que a veces hay que agacharse, la temperatura media es de 8º y la humedad del 100%. Ahora está iluminado, pero antes estaba iluminado por antorchas que suponían un gran riesgo a causa de la pólvora que transitaba por los mismos. En total se excavaron 40 km que servían a 2 propósitos: los que pasaban por debajo del castillo eran de comunicaciones, refugio y almacenaje, mientras que el resto, a más de 500 metros de la fortaleza, fueron diseñados para destruir la artillería enemiga. Estaban llenos de pólvora y cuando el enemigo avanzaba en una posición explotaba el túnel correspondiente. El puente gótico con esculturas barrocas también es muy bonito.

De aquí vamos a Kudowa Zdrój, que es una ciudad con balnearios a solo 3 km de la frontera checa. Comemos allá los pierogi famosos, pero la verdad es que los que hemos escogido no están muy buenos, son muy sosos, pero no nos podíamos ir sin probar el plato nacional. De aquí vamos a Czermna, a 1 km, que tiene como curiosidad una capilla (Kaplica Czermna) recubierta en su interior de miles de calaveras y huesos. El creador de este santuario fue un sacerdote checo que con sus sepultureros pasaron 20 años coleccionando esqueletos humanos (unos 30.000) que limpiaban y conservaban. La decoración no finalizó hasta 1804. El material que no cupo en las paredes y el techo fue depositado en una cripta a 4 metros de profundidad. Algunos esqueletos anatómicamente interesantes se exponen en el altar principal, entre los que se encuentran el de un guerrero tártaro, un gigante y una victima de la sífilis. A su lado descansan también los cráneos de los patrocinadores de la empresa: el sacerdote y los sepultureros. Cuesta 4 zlotys y una monja hace una explicación en polaco.

De aquí vamos a Kamieniec Zabkowicki, donde hay un castillo neogótico en lo alto de una colina que vale la pena visitar. Cuesta 11 zlotys y la visita es guiada en polaco. El castillo ofrece una simetría perfecta, con sus grandes torres circulares y sus dos patios en el interior. Ahora funciona como un hotel. Pasamos por Paczków, rodeado en su totalidad por una muralla medieval con torres y puertas es conocido como la Carcassone de Silesia. Lo dicho con anterioridad: son muy chovinistas o no han visto el original. Fue edificado en 1350, tenía 9 metros de altura, una longitud de 1.200 metros y una galería de madera en lo alto para los centinelas. Había 4 puertas completas con sus torres y sus puentes levadizos (3 se conservan) y 24 torres semicirculares construidas desde los mismos muros. Alberga el Museo de la Industria del Gas y cuenta con más de 500 modelos de contadores de gas, calentadores, estufas, planchas, etc.

Para acabar el día vemos Otmuchów, situado entre los lagos Glebinowskie y Otmuchowskie, donde la Rinek (plaza del Ayuntamiento) tiene un magnifico reloj de sol doble. Al sur de la iglesia hay un inmenso castillo que ahora alberga un hotel. Hoy hemos hecho 350 km.


Días 16 y 17

El primer día salimos de Polonia en dirección a Dresden, donde queremos hacer una paradita, pero hace un tiempo tan horroroso que decidimos seguir adelante y llegamos a Francia, a Belfort, donde dormimos en un hotel Premiere Classe por 35 €. Hemos hecho un total de 1.000 km.

Al día siguiente, último día del viaje, pasamos Francia de un tirón y llegamos a Barcelona por la tarde. La autopista en Francia nos cuesta 60 €, y desde la frontera 12 € hasta Barna. Hoy también hemos hecho 1.000 km.


POLÒNIA - Guia i relat d'un viatge en cotxe de Gdansk a Cracòvia - Suanda, Yolanda & Toni (Viatgeaddictes) [2015]
Viatge per Europa amb InterRail - Sandro Alarcón & Rosa Moreno [2006]