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África

ÁFRICA MERIDIONAL

Relato de un viaje a Sudáfrica, Namibia, Zambia y Botsuana

Elsa Rada
Published on Travel date: 2008 | Published on 01/12/2008
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Introducción

El siguiente diario relata un viaje a la parte meridional del continente africano en el que visitamos cuatro países: Sudáfrica, Namibia, Zambia y Botsuana. Partimos un grupo de 16 personas con un conductor, un guía y un traductor del inglés al francés porque el el grupo había bastantes franceses. Nos desplazamos en camión y dormimos mayoritariamente en tiendas de campaña.


Ficha técnica del viaje

Itinerari

Días 1/2: Vuelo Barcelona - Zurich - Johanesbourg - Cape Town: Waterfront
Día 3: Sudáfrica: Cape Point, Cabo de la Buena Esperanza, Table Mountain de Ciudad del Cabo
Día 4: Sudáfrica: Namaqualand
Día 5: Namibia: Fish River Canyon
Días 6/7: Namibia: Duna Elim, duna 45, Sossusvley y Deadvley, Sesriem Canyon
Día 8: Namibia-Swakopmund: Trópico de Capricornio, Kuiseb, Walvis Bay
Día 9: Namibia-Swakopmund : sandboarding y visitar ciudad
Día 10: Namibia: Moon Valley y Spitzkoppe
Día 11: Namibia: Namaraland y Twyfelfontein
Día 12: Namibia: poblado de los himbas, entrada al Parque Nacional de Etosha
Días 13/14: Namibia: Safaris en el Parque Nacional de Etosha y Etosha Pan
Días 15/16: Namibia: Delta de Okavango, paseo en canoa para ver hipopótamos
Día 17: Namibia: Parque Nacional de Bwabwata
Días 18/19: Zambia: Cataratas Victoria, rafting en el río Zambeze y safari a pie en el P. N. Mosi-oa-tunya
Días 20/21: Botsuana: río Chone y Santuario de Nata
Día 22: Botsuana (Limpopo)-Sudáfrica
Día 23/24: Sudáfrica: Pretoria, aeropuerto de Johannesburgo. Vuelo Johannesburgo - Zurich - Barcelona

DIARIO DE VIAJE A SUDÁFRICA, NAMIBIA, ZAMBIA Y BOTSUANA

Días 1-2

Mi vuelo de Swiss Air sale sobre las ocho de la tarde. El trayecto es Barcelona - Zurich - Johannesburgo - Ciudad del Cabo.

Llego a Ciudad del Cabo al día siguiente sobre las tres de la tarde. En Sudáfrica es tan sólo una hora más tarde. Me hospedo en el Breakwater Lodge. Este hotel se encuentra en la zona del puerto llamada Waterfront, se trata de la zona más segura.

Del Waterfront salen los barcos hacía la isla donde estuvo prisionero Nelson Mandela. Ese día hay mala mar y han suspendido las salidas previstas. A las 6 de la tarde conozco a parte del grupo con el que vamos a compartir el viaje, conozco al guía, a la traductora de inglés al francés, a un australiano y seis franceses. Salimos todos a cenar juntos al Waterfront.


Días 3-4

Ciudad del Cabo desde Table Mountain
Ciudad del Cabo desde Table Mountain

Hoy vamos a la reserva natural de Cape Point, situada en el extremo sur de Sudáfrica. Allí comemos en un restaurante.

De regreso a Ciudad del Cabo paramos en el Cabo de la Buena Esperanza (Cape of Good Hope). Este lugar fue descubierto por el navegante portugués Bartolomé Díaz en el año 1488 y sirvió de parada a los navegantes que se dirigían a la India.

Una vez llegamos a Ciudad del Cabo subimos, mediante un teleférico giratorio, a la Table Mountain. Desde esta montaña se obtienen unas vistas maravillosas de la ciudad, la superficie de esta montaña es bastante extensa y permite pasearse para tener vistas desde distintos puntos. De vuelta al hotel compramos agua para los próximos días.

Al día siguiente nos dirigimos al camping Cosy Mountain que se encuentra situado a unos minutos de la entrada del parque nacional de Namaqualand. De camino al camping hacemos una parada para comer. Montamos la mesa y nos ponemos todos a cortar vegetales y rallar queso.

Es la primera noche que dormimos en tienda de campaña y somos el único grupo de turistas en el camping. Desde nuestras tiendas vemos un campo de cabras. En el camping ha reventado el depósito de agua, así que no nos podemos duchar.


Día 5

Al día siguiente, como todos los días que dormimos en tienda de campaña, tenemos que tener recogida la tienda y el equipaje antes del desayuno, el cual está listo a las siete de la mañana.

Llegamos a la frontera de Namibia y tenemos que pasar por las aduanas de Sudáfrica y luego la de Namibia. El paisaje cambia por completo. Estamos en medio de la nada.

Hacemos un picnic por el camino y pruebo de postre las naranjas sudafricanas, son sabrosísimas. No hay nada de nada, encontramos un árbol quiboek que los nativos usaban para guardar las flechas envenenadas. A lo lejos divisamos el Fish River Canyon.

Primero llegamos al camping para montar las tiendas de campaña con luz y darnos un merecido baño. El camping se llama Road house campsite.

El Fish River Canyon es precioso. Nos paseamos a su alrededor mientras el sol va desapareciendo y al final del recorrido nuestro guía y nuestro conductor nos esperan con la cena preparada. Nos han preparado pasta y bebemos del vino que hemos comprado en el supermercado. De regreso al camping nos vamos unos cuantos al bar a tomar una cerveza.


Días 6-7

Nos pasamos el día en la carretera hasta llegar al camping Sesriem Campsite. Allí esperamos a que llegue el resto del grupo: cinco italianos, dos españoles y una americana. Nos vamos todos a ver el atardecer desde las dunas.

Deadvley
Deadvley

Llegamos a la duna Elim, la primera duna más cercana al camping de camino a Sossusvlei. Elim es de las dunas que cuando piensas que ya estás en la cima, aparece una nueva pendiente mayor. Cenamos en el camping una especie de calabaza con carne y arroz.

A la mañana siguiente madrugamos para ver la puesta de sol. Salimos a las 5 de la mañana sin desayunar. Tardan un poco en abrirnos la puerta del camping (30 minutos) y subimos la duna 45. Es la duna más alta cerca de la carretera. Es bastante dura la subida, la bajada es muy divertida porque bajamos corriendo por la pendiente. Desayunamos allí y nos vamos a Sossusvley y Deadvley, donde nos espera un recorrido andando de 5 km. Subimos una duna, la bajamos y andamos a pie plano. Por el camino vemos avestruces, springboks (gacelas saltarinas) y perros salvajes. Subimos otra duna para ver el lago seco.

Regresamos al camping para comer y descansar. Por la tarde nos paseamos por dentro del Sesriem Canyon. Se trata de un río seco que desemboca al mar y donde la arena está compacta y dura.


Día 8

Nos dirigimos a Swakopmund. Por el camino paramos en el Trópico de Capricornio donde nos tomamos fotos. Hacemos una parada también en el seco río Kuiseb. Allí durante la segunda guerra mundial dos alemanes se escaparon de la prisión y fueron a refugiarse al río. Al cabo de cuatro años un de los dos alemanes se puso enfermo y fueron a que lo curaran. Fue entonces cuando supieron que la guerra había terminado hacía ya un año.

Hacemos una parada para comer en Walvis Bay. En teoría aquí teníamos que ver flamencos, pero la marea está alta y no vemos ninguno. Hay un contraste total entre las casas de lujo que hay en la costa y las chozas de los alrededores.

Llegamos a Swakopmund y vamos directamente a reservar las actividades. Las más populares son el karting, el sandboarding y el paracaidismo. También hay salidas en barco para ver a los delfines y pelícanos, salidas en globo y en avión. Yo me apunto al sandboarding y me cuesta 300 dólares namíbios (unos 30 euros aproximadamente).

Luego nos vamos al bungalow, la cual cosa se agradece después de tantos días de camping. Comparto el bungalow con los dos españoles. Nos hospedamos en Municipal Bungalows Swakopmund (tel. +26464 4104333), situado a cinco minutos andando del centro. Por la noche vamos a cenar a una pizzería que tenía de todo menos pizza. El sitio se llama Western Pizza y está en la calle Hendrik wit Bool. Sirven varios tipos de pescado y carne, además de cocodrilo.


Día 9

A las 9:30 de la mañana me vienen a buscar al camping para hacer el sandboarding. Llegamos a las dunas y nos dan botas y tablas. Subimos la duna a pie. No hay telesillas porque lo tienen prohibido, ya que es propiedad del gobierno y además dañaría el entorno natural. Nos dividen en tres grupos: principiantes, experimentados y los que van estirados en tablas. En la cima de la duna nos sentamos y frotamos la tabla con cera, bajamos uno a uno, me resulta un tanto difícil. Cuando pruebo la tabla estirada me gusta muchísimo, repito la experiencia. Se trata de tumbarse boca abajo en una tabla de madera delgada y fácil de doblar. Levanto las piernas dejando apoyadas las rodillas y levanto un poco hacia arriba la madera con las manos para protegerme la cara de la arena. Me dan un empujoncito y bajo la duna a 65 km/hora. Terminamos a mediodía y nos dan de comer bocadillos y de beber allí mismo.

Nos llevan de nuevo al bungalow. Me pego un baño y voy andando a visitar la ciudad. La parte más bonita de Swakopmund es el centro y la zona costera. Visito el Cristal Museum, es pequeño y en menos de media hora lo veo (la entrada cuesta 20 dólares namibios). Hay otras cosas que se pueden visitar, pero ya no me da tiempo: la fábrica de cerveza, el museo marino con tiburones, el museo de serpientes, etc.

A las seis de la tarde hemos quedado en el bar Swakopmund Lodge para ver el video de sandboarding y las fotos. Nos dan el CD gratis. Luego me reúno con los franceses para cenar en el Kuckis Pub. También tienen carne y pescado (como curiosidad tienen carne de avestruz, de tiburón, de pez espada y de cocodrilo).


Día 10

Dejamos los bungalows y es nuestra última noche dormiendo en camas, ya que el resto de días dormiremos en tiendas de campaña. Desayunamos en el bungalow donde duermen Shyrod y Fisher, nuestro conductor y nuestro guía.

Spitzkoppe
Spitzkoppe

Vamos a comprar al supermercado y tomamos la carretera que nos lleva al Moon Valley. Por el camino hacemos una parada para estirar las piernas, en nuestra parada vemos el lugar por donde solía pasar el río Swako. Volvemos a parar en medio del camino para comer. Seguimos conduciendo hasta que ya divisamos las montañas de Spitzkoppe, paramos un momento para hacer fotos antes de adentrarnos al camping de Spitzkoppe.

Sin lugar a dudas el camping de Spitzkoppe es el más bonito hasta el momento, a pesar de no disponer ni de agua ni de duchas, sólo un baño que consiste de cuatro palos y un agujero. Montamos las tiendas y nos disponemos a explorar la zona. Las montañas son fáciles de subir porque no tienen vegetación y son muy compactas. El mantenimiento del sitio lo realiza la gente local y entre ellos se reparten el dinero que ganan en el camping. El atardecer es muy bonito. Una de las montañas tiene un agujero muy grande en el medio por donde podemos pasar y hacernos bonitas fotos. La temperatura es agradable, cuando anochece no hace nada de frío.

Cenamos patata, pollo y verdura, muy bueno. A las ocho de la noche vamos a ver un baile local, aunque esté preparado para los turistas, es agradable y entretenido porque hacen participar a los espectadores. Realizan los bailes bajo la luz de la hoguera y sacan a algunos espectadores para bailar con ellos alrededor del fuego. Luego hacemos un juego en el que quien se equivoca debe beberse un vaso de cerveza local preparada por ellos. Dormimos de maravilla porque no hace frío.


Día 11

A las siete de la mañana partimos hacía Damaraland. Paramos también en una tienda improvisada en la calle, de piedras bonitas y muñecas de ropa. Llegamos a Twyfelfontein y un guía nos muestra los dibujos rupestres en las rocas: se trata de hendiduras en la roca, puesto que por el clima no existían las plantas necesarias para obtener los colores con que pintar. Eran nómadas los que dibujaban. Los dibujos tratan de figuras de animales: jirafas, rinocerontes, avestruces, etc. También tratan de las huellas de estos animales para poder enseñar a los niños como identificar a los animales por sus huellas. Se estima (aunque no se sabe) que el dibujo más antiguo tiene más de 6.000 años de antigüedad y el más actual unos 2.000 años.

Hace un calor insoportable, comemos en la sombra y continuamos nuestra ruta. Por el camino paramos para ver la planta Welwitschia, tiene aspecto de lechuga pero se considera un árbol porque vive más de 1.000 años. Los nativos hervían sus raíces y las utilizaban para curar.

Llegamos a nuestro camping, pero está todo lleno porque hay overbooking. Aunque haya sido un fallo del camping, otros turistas se apretujan para hacernos sitio.


Día 12

Poblado Himba
Poblado Himba

El poblado de los Himbas está a tan sólo unos pasos del camping. Nos acercamos andando y los niños nos dan una muy buena bienvenida.

Los hombres Himba pueden tener más de una esposa, depende de lo ricos que sean. Necesitan tener cinco vacas para poder tener una esposa. A los 15-16 años ya se casan y tiene unos 16 hijos. No se duchan con agua nunca, pero son muy higiénicos. Convierten en polvo una tierra rojiza y la mezclan con aceites para untarse cada día el cuerpo. Sólo cuatro niños al año pueden ir al colegio y estos son escogidos por el rey y la reina. La reina es la primera esposa del rey y manda en el poblado cuando el rey se encuentra ausente.

Nos muestran una casa. Entramos dentro y nos indican que la parte derecha es para la cocina y la parte de la izquierda para el marido. Los hombres utilizan un cojín que los aparta del suelo, lo hacen para apartarse de los mosquitos. Cada mujer crea su propio perfume mezclando hierbas. En este poblado sólo hay jóvenes, los ancianos viven más hacia el norte.

Para las enfermedades los Himba utilizan soluciones y métodos caseros, y si estos no funcionan deben contactar con un médico común, aunque el más cercano se encuentra a 300 kilómetros de distancia.

Después de la visita al poblado de los Himbas, continuamos nuestra ruta y paramos en Outjo, pueblo también conocido como la Puerta de Etosha (the Gate of Etosha). Paramos allí para comprar y cambiar dinero. Vamos a quedarnos tres noches en el parque nacional de Etosha. Las dos primeras noches las pasamos en el camping Okaukuejo y la última en el camping Namutoni, que se encuentra en el otro extremo del parque.

Llegamos al camping Okaukuejo, en el que hay piscina, dos tiendas y un water hole (pozo de agua artificial para que acudan los animales a beber). Es un camping muy bonito. Montamos las tiendas y hacemos un game drive (safari). No hay muchos animales debido a la poca agua y naturaleza que hay. Cuando volvemos al camping nos acercamos al "waterhole" para ver animales. Podemos ir en cualquier momento porque está protegido y por la noche iluminado. Vayas cuando vayas hay un animal u otro: jirafas, elefantes, perros salvajes, aves, gacelas saltarinas, impalas, etc.


Días 13-14

Salimos a las 6:15 de la mañana sin desayunar para ver animales. Ese día hacemos un brunch cuando regresamos al camping, el cual consiste en huevos, beicon, alubias, ensalada, queso feta, etc. Luego tenemos tiempo libre hasta las cuatro de la tarde. Tiempo para la piscina y el waterhole. Que fresquita y que bien sienta el agua de la piscina. Por la tarde salimos un rato, como particularidad vemos de lejos a 6 leones andando hacia unas jirafas.

Etosha Pan
Etosha Pan

Al día siguiente nos dirigimos a la otra parte del parque nacional. No vemos muchos animales, de lejos divisamos una manada de zebras. Nos acercamos para verlas de cerca. Tenemos la suerte de ver a una distancia relativamente cerca a un león andando de una forma majestuosa e imponente. Hacemos una parada en el camping Halili para comer. Tenemos tiempo libre, lástima que no llevo el bañador para ir a la piscina porque hace una calor de muerte, al menos pongo los pies en la piscina.

Continuamos nuestro camino y nos paramos en el Etosha Pan, una explanada enorme cubierta de una tierra húmeda totalmente agrietada. Hace ya miles de años allí había un lago que desapareció a causa de un movimiento sísmico, dejando una explanada seca. Durante nuestro game drive de hoy divisamos jirafas, cebras y gacelas saltarinas. Como está atardeciendo, se aprecian las siluetas de los animales a los lejos.

Llegamos al camping Namutoni. Mientras nos esperamos y estiramos las piernas vemos dos cerditos salvajes. Montamos las tiendas antes de que oscurezca. En el waterhole de este camping no vemos animales porque en esta zona hay más agua y los animales pueden abastecerse de agua en varios puntos distintos. Después de cenar vamos al bar, se puede detectar que la entrada del bar se trataba de la entrada de un antiguo fuerte.


Días 15

A las siete de la mañana nos despedimos de Etosha para dirigirnos hacia el Delta de Okavango. Tenemos que recorrer una distancia de 600 kilómetros.

Al mediodía paramos en un pueblo llamado Rundu. Allí hay muchísima actividad, la gente de Angola incluso viene a comprar allí por los problemas que existen en su país. La gente parece molesta cuando les hago fotos. Hacemos las compras y paramos a la salida del pueblo para comer. Paramos justamente delante de una especie de comunidad, es decir, un conjunto de casitas humildes cercadas por una valla. La gente que habita observa todos nuestros movimientos. Cuando acabamos de comer, les damos toda la comida que nos ha sobrado.

Continuamos nuestro camino hasta llegar a una gasolinera que se encuentra a tan sólo 16 kilómetros de nuestro camping. Es el camping Ngepi, que en lengua embukushu significa «como estás». Para llegar al camping dejamos la carretera y nos metemos en un camino para acercarnos al río. El camping es muy simpático, los baños son muy ingeniosos y graciosos. Hay una piscina en medio del río: es como una jaula en el agua para separarla de los animales y proteger así a los bañistas.

Una vez tenemos montadas las tiendas nos avisan que no las ubiquemos cerca del río porque pueden acercarse animales. Después de cenar vamos al bar, el cual está muy bien: las mesas son canoas de madera posicionadas al revés, hay un elefante de madera, dos jabalís de hojalata, fotos, gorras colgadas en el techo y divertidos comentarios.


Día 16

Tenemos la mañana libre y por primera vez podemos dormir hasta que nos dé la gana. Tenemos dos excursiones opcionales a elegir: paseo para ver andando pájaros o paseo en canoa para ver hipopótamos. La gente que decidimos ir en canoa tiene que firmar unas hojas que dicen que nuestra agencia no se responsabiliza de lo que puede llegar a pasar. Al tener la mañana libre no hay desayuno y a las once tomamos un brunch.

A la una del mediodía hace un calor terrible, nos ponemos protector solar, cogemos el agua y vamos al bar donde nos vienen a buscar para la salida en canoa. Nos llevan en coche a otra parte del río. En cada canoa vamos dos personas y el remero. Nos hacen poner salvavidas para subir a las canoas. Antes de embarcar vemos a un grupo de niños que se están tomando un baño, se acercan a saludar y les hacemos fotos. El río es bastante ancho, vemos niños, vacas, toros y mujeres lavando ropa en sus orillas. Divisamos un hipopótamo a lo lejos, el rugido es estremecedor, la verdad es que impone. El guía nos explica que aunque se trate de un animal peligroso es un animal ecológico. El paso que trazan para zambullirse al río en invierno sirve para que cuando se llene de agua los peces pequeños puedan vivir. De sus excrementos crece una especie de seta que sirve de alimento a otras especies.

Hacemos una parada en la orilla y visitamos un pueblecito de san people y bushmen. Se les llama así a los habitantes del Kalahari más antiguos. Viven todos en pequeñas comunidades. Nos enseñan como muelen el trigo y donde lo almacenan. Nos muestran las obras casi terminadas de una escuela. Vemos casas de bushmen pequeñas de ladrillo abandonadas, las cuales fueron entregadas de forma gratuita a estas comunidades, pero el seguir su cultura nómada ha hecho que las dejen abandonadas. Vemos a un señor en silla de ruedas y el guía nos explica que allí mismo, entre los años 1999-2001, hubo una guerra donde murió gente, entre ellos, un grupo de franceses. Algunos de los supervivientes están mutilados.

Regresamos en canoa al camping. De camino al camping vemos de lejos un cocodrilo y a un grupo de hipopótamos. Al bajar de la canoa vemos elefantes al otro extremo del río, tienen cuernos más largos y sanos porque en esta zona tienen más calcio para alimentarse. Por la noche, después de cenar, vamos al bar. Cuando voy a dormir puedo oír a los elefantes y rinocerontes desde mi tienda de campaña.


Día 17

A las seis y media de la mañana estamos desayunando para salir a las siete. Hoy necesitamos recorrer 300 kilómetros.

Paramos en un centro de arte compuesto por varias tiendas de cosas artesanales. Nuestra siguiente parada es un pueblo tradicional llamado Namushash Mbukushu Traditional Village. Allí nos enseñan sus costumbres. Tienen expuestas varias trampas de animales hechas a mano, bastantes curiosas, así como el lugar donde almacenan los granos de distintas cosechas, un gallinero (elevado del suelo para evitar que se las coman otros animales). Finalmente nos hacen una demostración de sus danzas tradicionales. Antes de irnos les regalamos cosas.

Llegamos al Namushasha Lodge, situado justo al lado del poblado que acabamos de visitar. Tan sólo llegar montamos las tiendas mientras nos preparan la comida. Después de comer me da tiempo de darme un chapuzón en la piscina antes de irnos a hacer un game drive por el Parque Nacional de Bwabwata. Nos llevan en barcas motorizadas al parque. Allí nos montamos en un camión de safari abierto (sin techo ni ventanas). Nos muestran el árbol salchicha, kudús, un manada de búfalos y pájaros. Paramos en un lago a estirar las piernas y tomar un refresco. Allí vemos un montón de mandriles (tipo de mono africano). Volvemos al camping.

Después de cenar vamos al bar, también muy bonito, pero más pijo que el del día anterior: no tiene ningún aire bohemio pero tiene su encanto. Todo el camping está iluminado con botellas de aceite. En esta zona hay más mosquitos, ponemos spray antimosquitos dentro de las tiendas.


Día 18

Cataratas Victoria
Cataratas Victoria

Hoy nos dirigimos a las cataratas Victoria, tenemos unos 300 km de camino. Antes de llegar a la frontera entre Namibia y Zambia paramos en Katima Mulilo para hacer compras. En Namibia nos sellan el pasaporte y en Zambia nos lo sellan y además nos hacen pagar 50 dólares por el visado.

Hacía ya más de una semana que enviamos un fax para reservar las actividades que queríamos realizar. Ahora vamos a pagarlas al Waterfront y las realizaremos al día siguiente. Hay muchas opciones distintas: rafting, paseo en elefante, paseo en canoa, crucero, volar en helicóptero, puenting desde el puente de las cataratas, paseo en caballo, safari andando, visitar un poblado, ayudar a una ONG construyendo casas, hacer paintball (guerra disparando pintura), etc.

Después de tantas horas de camión me inclino por actividades que impliquen algo de ejercicio: rafting por la mañana y safari andando por la tarde.

Luego comemos y nos vamos a visitar las cataratas Victoria. La entrada cuesta 10 dólares. Hay tres cosas que se pueden hacer: pasear por el borde para divisar las cataratas enfrente, cruzar al otro lado para andar y/o nadar sobre las cataratas y bajar para ver el río Zambeze. Además, fuera de las cataratas hay tiendas donde se puede regatear.

Llegamos al camping Bush Front Campsite, el cual se encuentra al lado del Waterfront. Montamos las tiendas, nos duchamos y cenamos.


Día 19

A las ocho nos vienen a buscar para llevarnos al Waterfront. Allí nos enseñan vídeos de actividades acuáticas mientras desayunamos alubias con huevo frito y pan. Nos dan unas cuantas indicaciones, cogemos un remo, un salvavidas y un casco y nos subimos a un bus que nos lleva a las cataratas Victoria.

Bajamos por las rocas al río Zambeze (para los que se decidan por hacer el rafting no es necesario que vayan a ver el río cuando visiten las cataratas Victoria porque lo van a ver igual). Allí nos montamos directamente en las barcas, vamos entre seis y siete personas más el guía. Hacemos diez rápidos que son pequeñas cascadas. Para ello nos dan tres instrucciones: forward (remar hacia adelante), backward (remar hacia atrás), y get down (agacharse para protegerse del agua). En el primer rápido se nos voltea la barca por completo y todos nos caemos al agua. Me vienen a rescatar en un kayac. Es muy divertido y descargo mucha adrenalina, a pesar de la dificultad que conlleva. Toman muchas medidas de seguridad, ya que hay kayacs y barcas en todos sitios para ofrecer ayuda. Una vez terminado el rafting, nos bajamos de la barca y debemos subir por las rocas con ayuda de una escalera de madera y apoyando el remo. La subida es bastante cansada. Una vez arriba nos dan refrescos en el bus de regreso al Waterfront.

Al llegar al Waterfront nos dan de comer una hamburguesa que nos sienta de maravilla después de todo el esfuerzo realizado. Nos muestran el vídeo y las fotos que nos han realizado, son una pasada. A las dos de la tarde nos recogen allí mismo para hacer el safari andando. Vamos con un guía y un señor con arma por si acaso, contándolos a ellos somos doce. Nos llevan al Parque Nacional de Mosi-oa-tunya. Vale mucho la pena, es distinto ver a los animales andando que desde un camión. Además nos explican muchas cosas:

- Excremento de elefante: semillas de árboles que no sólo ayudan a repartirlas sino a acelerar el proceso de germinación, dos años en lugar de cinco.

- Excremento de jirafa: con agua sirve de anestésico para el dolor de muelas.

- Orina de jirafa: sirve para extraer dientes. Como la jirafa come hierba la orina está compuesta de esas hierbas y es un ácido muy fuerte.

- Ramas de árbol para limpiar los dientes: existe un árbol que contiene flúor. Las tribus mastican las ramas y se frotan los dientes con ellas.

- Árbol marula: su fruto amarillo se usa para fabricar el licor amarula.

- Hormiga león: además de los Big Five (cinco grandes: león, hipopótamo, elefante, búfalo y rinoceronte) también existen los Small Five. La hormiga león es uno de ellos. Se esconde haciendo un agujero en la tierra para atacar a otros insectos.

- Termitas: existen soldados, trabajadores y la reina. Primero salen hormigas volando hembras y machos. Cuando encuentran un sitio cómodo, un macho fecunda a una hembra y el macho muere. Esta hembra es la reina y se dedica a poner huevos, cada año engorda. Conforme hay más hormigas, más excrementos se generan y más engrandecen su nido. En los sitios húmedos los nidos son altos, parecen pirámides. Vemos termiteros de dos o tres metros de alto.

Vemos jirafas (la causa más habitual de su muerte es la falta de riego sanguíneo en su cabeza, ya que sufren de mala circulación por su altura). También vemos impalas y elefantes. Nos dan un refresco y un snack y nos dirigimos a ver el rinoceronte blanco. Vemos como anochece y nos llevan a nuestro camping. Esta noche vamos a cenar todos a Livingstone. Es una cena de despedida porque es la última noche con los italianos, la americana y los españoles.


Día 20

Hipopótamos en el río Chobe
Hipopótamos en el río Chobe

A las siete y media salimos para ir a Botsuana. Para llegar allí tenemos que cruzar el río con un ferry porque no hay puente. Ese día sólo hacemos unos 80 kilómetros. Antes de cruzar el río nos hacen poner los pies (calzados) en un líquido para desinfectar.

Paramos en Kasane para realizar compras y de allí vamos al camping llamado Chone Safari Lodge, situado justamente al borde del río Chobe. Montamos las tiendas y mientras preparamos la comida, un mandril se nos lleva el queso.

A las tres de la tarde subimos en un barco para pasearnos por el río Chobe y ver a los animales. Hay menos especies, pero más cantidad de ellos: elefantes, búfalos, cocodrilos, impalas, leones e hipopótamos. Mires donde mires ves animales, vale mucho la pena. Los elefantes arrancan hierbas con sus trompas, las limpian balanceando la trompa sobre el agua y luego se las comen. También vemos como dos leones acechan a un impala y como unos cocodrilos se comen a un hipopótamo muerto. Es impresionante.

Cuando regresamos, cenamos y tomamos un cóctel en el bar.


Días 21-22

Salimos a las siete y media de la mañana para ir a Nata. Recorremos aproximadamente 300 kilómetros.

Llegamos a Nata al mediodía. Montamos las tiendas y comemos. Tenemos tiempo libre hasta las cuatro y media., así que me da tiempo de comprar regalos y disfrutar de la piscina. A las cuatro y media partimos al Santuario de Nata para disfrutar del atardecer. Cuando entramos vemos una gran llanura de hierbas secas y al fondo un lago grande, pero de muy poca profundidad. Distintas aves acuden a disfrutar del agua. Con los prismáticos podemos ver distintas aves, entre ellas pelícanos. El atardecer es muy bonito, el sol se refleja en el agua.

Una vez se ha ido el sol, volvemos al Nata Lodge. Cenamos y tomamos una cerveza en el bar.

Al día siguiente partimos a las siete y media hacia Limpopo. Paramos a poner gasolina y en el supermercado de Francistown, la segunda ciudad más grande de Botsuana que, aunque no sea la capital, fue fundada antes que la propia capital, Gaborone. Por cierto, es la primera vez que vemos semáforos. Paramos más adelante para comer en un pueblo llamado Malapye. Continuamos nuestro trayecto y llegamos a la frontera sobre las tres de la tarde.

Cruzamos el río Limpopo y mostramos de nuevo el pasaporte, esta vez en Sudáfrica. Es entonces cuando el teléfono móvil tiene cobertura de nuevo (durante la estancia en Zambia y Boswana no tenía conexión). Llegamos al camping Mabula Safari Campsite. Estamos solos en un camping limpio con cocina y todo. Montamos las tiendas por última vez. Después de cenar cantamos con ayuda de una guitarra.


Días 23-24

En este camping hay hasta nevera, congelador, microondas y tostadora. Así que una vez desmontamos las tiendas por última vez nos tomamos un desayuno en condiciones.

A las ocho partimos hacia Johannesburgo. Paramos en una tienda artesanal y luego en Nylstroom para poner gasolina. Cogemos la autopista y nos dirigimos a Pretoria, capital administrativa de Sudáfrica. Y de allí nos dirigimos al aeropuerto de Johannesburgo. Mi avión sale a las siete de la tarde.

Mi trayecto es Johannesburgo - Zurich - Barcelona. A las diez de la mañana del día siguiente llego a Barcelona.


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